Susana Díaz y sus marcianos
«Ese lugar es una pura mierda. Lo regentan unos alienígenas del espacio exterior».
Mario Puzo
Ya abordamos esta barbarie anunciada que nos condena a todos en otros artículos como ‘Susana Díaz: ¿bombera pirómana en Doñana?’, ‘SOS Bruselas, ¡Andalucía en peligro!’ y ‘Pirómanos sin mareas’. Es difícil superarse a sí mismo en brutal ineptitud. Los acríticos palmeros carcamales de la Pp$OE lo han conseguido en la Junta de Andalucía y en Madrid. Y esta mezquindad inhumana producto de una casi nula prevención de los incendios forestales en invierno, y una desastrosa racionalización de nuestros recursos, ambas generadas por una casta de ´técnicos’ o enchufados en organismos estatales, autonómicos o municipales, seguirá dejando su rastro de horror y sufrimiento.
Después del desastre del incendio de Doñana con 8.486 hectáreas quemadas para las fuentes oficiales -no vale que porque quede uno o varios árboles vivos en los cuadrantes de una hectárea, éstas ya no cuenten-, y en torno a quince mil hectáreas según estimaciones de expertos independientes, ahora en el área cercana del Paraje Bellavista del municipio onubense de Minas de Riotinto, otra vez proceden a evacuaciones por centenares de personas. Se ha llegado a desalojar un macrocentro de discapacitados en la zona.
Han tenido que recurrir, en clara muestra de incapacidad de esta administración nefasta, a la UME (Unidad Militar de Emergencia), convertidos ahora todos los veranos en bomberos, que sale más baratito y ayuda a equilibrar presupuestos, por si otro cargo de la Junta de Andalucía precisase enviar al chófer a comprar farlopa en coche oficial (sic) al barrio sevillano de las Tres Mil viviendas, o disponer de sacas de billetes bajo el colchón como ‘para asar una vaca’ (¡sic!).
Tranquilos, aquí no pasa nada mientras el Susanato siga engrasando en la colonia-‘sur’ una maquinaria propagandística estimada en unos 600 millones €, con su corte de ‘periodistas’ lamezurrapas en nómina. Por no referirnos a muchos maestruchos acríticos programados por la LOMCE, con nulo amor por Andalucía y menos carencia de sensibilidad por su planificada miseria que Aníbal por los romanos. Pero en vista de que nuestra presidenta autonómica fracasada en Madrid, elegida en primera instancia por el dedazo de Griñán, ha solicitado ‘voluntarios para reforestar’ Huelva -se conoce que Andalucía no tiene suficientes parados-, estoy dispuesto a ayudarle por puro espíritu altruista. Sin esperar el mínimo agradecimiento ni que tome en cuenta nuestras humildes indicaciones, dada la vomitiva arrogancia de la interpelada.
En primer término Andalucía se deforesta a marchas agigantadas por un abandono y desprecio de la actividad pastoril que se arrastra desde hace décadas. El ganado caprino y ovino resultan indispensables para limpiar el monte de broza seca, material altamente combustible. ¿Hasta cuándo debemos aguantar a imbéciles pseudoecologistas, casi siempre subvencionados, que con la excusa de salvar no se qué flora impiden la viabilidad de la actividad pecuaria?
Las plantas comestibles silvestres que hoy conocemos deben su existencia a que desde hace centenares de miles de años se han desarrollado conviviendo con el ramoneo de los animales. Impedir o dificultar esta simbiosis ancestral supone condenar a los vegetales, debilitados cada vez más; a los propios animales, forzando al pastor a abandonar su oficio por no ser rentable (ni contar con ayudas directas como los vascos, por ejemplo, sin pasar por una burocracia-rémora onerosa, ensoberbecida y clasista). Y por último agrede a toda la sociedad por el riesgo de no ser capaces de prevenir los incendios forestales. Incluso se han llegado a bloquear partidas económicas de Europa habilitadas para este concepto.
Por otro lado, el no ofrecer unas ridículas peonadas en invierno a retenes de nativos de cada pueblo de montaña, con el objeto de limpiar el bosque como se ha hecho siempre, nos pone a todos en peligro. Aunque claro, los hijos del campesinado son menos interesantes a la hora de darles un trabajo, en comparación con ciertos amaestrados interinos o politicastros de florido verbo tripero, salvando el mundo desde sus despachitos entre cibersolitarios de cartas y chácharas insustanciales para aburridos. Parece inconcebible que profesionales de talleres o ‘chapús’ en general, por su buena fe, no les tengan calados y les cobren muy caro a la hora de hacerles una faena, en pago a la sistemática degradación del medio ambiente y el campo andaluz, el inmovilismo económico que generan, y la fosilización cultural que inducen en la sociedad civil a la que tantos parasitan.
Y ya en el terreno de la reforestación en concreto, recuerdo lo que me contaba un amigo sevillano vuelto de la emigración en Francia por enamorarse de una granadina, uno de los últimos en realizar tareas de selvicultura en el monte. Decía que al principio sólo replantaban Pinus Halepensis, el ‘pino de Alepo’, como durante el franquismo, el cual daba lugar a monótonos bosques, tristes, fácilmente inflamables -no como el Pino Canario, especie autóctona, acostumbrado a convivir con los volcanes puede regenerarse tras el fuego-; pero es el sirio un pino ideal para traficar con la madera tras un incendio… También le extrañaba como les ordenaban replantar aquí variopintos arbolillos, para que hubiese biodiversidad, sin una corona dentada de latón o botella de plástico protectoras en su joven copa, lo cual hubiese impedido que las cabras monteses deshiciesen después de cada dura jornada esta labor antrópica positiva, y les hubieran permitido crecer.
Expertos de la NASA han verificado que las condiciones de vida microbiana del Río Tinto tal vez ayuden a descubrir vida en Marte, por su similitud con el planeta rojo. Los guías turísticos de ese inhóspito enclave, de belleza única en el mundo, llegan a vender hasta ‘rutas marcianas’. Aunque no, los alienígenas de temer no están ahí, agitándose entre el sulfuro de hierro y el azufre del cauce del Tinto. Nos golpean a diario endiosados por un cargo, engreídos por un sueldo fijo en medio de un mar de desempleados o infratrabajadores precarizados, carcajeándose gran número de asalariados españolazos de las privaciones y desesperación crecientes del Pueblo andaluz.
Por eso aquel interrogante de Gabriel García Márquez tiene hoy más vigencia que nunca, acosada la ciudadanía por esas altaneras cagarrutas relametraseros del partidocrático poder ilegítimo: ‘La verdadera pregunta no es si hay vida en otros mundos, sino ¿hay vida en éste?’.
* Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza. Twitter bloqueado por la Reacción: @lascultura Nuevo: @liberacionan