Rafael Fenoy Rico •  Opinión •  06/10/2023

28 octubre día de la empresa Andaluza

En unas instrucciones enviadas a los centros educativos desde la Viceconsejería de desarrollo educativo y formación profesional, se insta a que en ellos se celebre el 28 de octubre el “Día de la empresa andaluza” ¿Otra Efemérides? Otra tarea más para una institución escolar desbordada por tantos y tantos requerimientos y burocracia. Quienes se dedican a la política no tiene ni idea al maremágnum de “ocurrencias” que cada día los centros escolares deben responder. Tantos programas, tantas efemérides, tantas celebraciones… y es la misma cantidad de docencia la que debe atenderlas, organizarlas, ejecutarlas, evaluarlas, informarlas dejando constancia burocrática de las mismas. No se equivoca quien afirma que ¡Nunca tan pocos llevaron adelantes tantos asuntos de todos. Porque la Educación es tarea de toda la sociedad en su conjunto. Toca ahora analizar el encargo de realizar actividades ese día 28 en torno a algo que se llama “Empresa Andaluza”. Lo de Andaluza ayuda a definir la territorialidad, aunque bien pudiera alguien irse por los cerros de Úbeda, ¡o no!, y estudiar algún caso de compañías multinacionales que se originaron con capital andaluz. Un titular ilustraría esta opción: ¡Abengoa: un relato del hundimiento de la primera multinacional andaluza! Acotar el concepto “Empresa” será sin duda más complejo, y probablemente algún centro educativo precise de un ¿milagro? – Pudiera ser, ya que cuando se utiliza la palabra “empresa” hay que hacerlo con bastantes precauciones dado el carácter multi-polisémico. La polisemia se dice de una palabra que tiene varios significados, por ejemplo, la palabra “banco” tiene varias acepciones en el diccionario de la Real Académica Española (de la lengua, RAE): Asiento. Mesa para labores de carpinteros y otros artesanos. Zona baja en profundidad en mares, ríos y lagos navegables. Conjunto de peces. Empresa dedicada a realizar operaciones financieras con el dinero procedente de sus accionistas y de los depósitos de sus clientes. Establecimiento médico que conserva y almacena órganos, tejidos o líquidos fisiológicos. Otros “bancos” que llevan calificativos: Azul, comercial, de datos, de inversiones… Con la palabra “empresa” la RAE es bastante más parca: Procede de imprendere ‘comenzar’. (de ahí emprendimiento, emprendedor) y puede significar: Acción que entraña dificultad y requiere decisión y esfuerzo. Unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos. Lugar donde reside una empresa. Intento o designio de hacer algo. Símbolo o figura que alude a un concepto que la acompaña (comité de empresa, libertad de empresa…). De ellos posiblemente las instrucciones de la Junta de Andalucía se refieran a la “Unidad organizativa…”. Cabría, ¡por qué no! Otro enfoque si el gobierno andaluz pretendiera asumir “Andalucía como empresa”, pero va a ser que no, ya que ello conllevaría realizar “acciones que entrañarían dificultad y requerirían decisión y esfuerzo” y con publicar unas instrucciones para que la docencia asuma esta “empresa” ya va bien. Para ir concretando el complejo encargo. Si al listado largo de epígrafes que hacienda tiene establecidos para clasificar las actividades profesionales, se le añade además que en el cajón semántico «empresa» cabe desde el más humilde autónomo hasta la mayor de las corporaciones, el abanico de situaciones se antoja enorme. Por ello cuando de la “empresa andaluza” se habla ¿De qué se está hablando? ¿A qué tipología, de entre las variadas categorías, cabe dirigirse? Sólo intentar explicar al alumnado -para que este lo entienda- la complejidad del tema, ya requeriría más de un día. Una opción es partir de lo cercano a la realidad de cada centro educativo que aunque parezca fácil tiene su dificultad. Por ejemplo: en el entorno familiar del alumnado seguro que bastantes personas desarrollan una actividad empresarial porque trabajan por cuenta propia. También habrá personas que son contratadas por empresarios, que trabajan por cuenta ajena. Estas personas pueden ser invitadas a que expongan al alumnado sus experiencias laborales, profesionales o empresariales. La confección de mapas de localidad o barriada con comercios o negocios cerrados, que se venden, se traspasan, se liquidan… sin duda ofrecerá una panorámica interesante. La conexión con la realidad sin duda aportará al alumnado mucho más que la fría letra impresa en textos y documentos. Y como datos hay que facilitar ya que las jóvenes mentes deben ir haciéndose idea de lo que muy pronto les espera laboralmente hablando, ahí va alguno: La consultora “Informa DyB”, utilizando la base de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) realiza un estudio titulado «Demografía empresarial 2022», concretando que el año pasado se cerraron 2.747 negocios más y se dejaron de crear 2.524 empresas menos que en 2021. En total en 2022 se cerraron más de 30.500 negocios y se presentaron 7.272 concursos de acreedores. Según la revista economía digital de Andalucía “El cierre de empresas en Andalucía crece un 11%. Más de 17.000 empresas cesan de forma definitiva su actividad a lo largo de 2022 en la comunidad autónoma” Y si ambas fuentes son veraces, parece evidente que más de la mitad de los negocios que se cerraron en España en 2022 eran andaluces. Con este panorama y los datos de desempleo que es la otra cara de la monedad de la inactividad empresarial, ¿Algo que celebrar? Porque las instrucciones de Viceconsejería antes citadas dicen lo siguiente: “De esta forma, la celebración en el ámbito educativo, del día de la empresa en Andalucía, adquiere sentido en la necesidad de preparar al alumnado andaluz para su incorporación a estudios posteriores y su inserción laboral como ciudadanos y ciudadanas de una sociedad en continuo desarrollo”. –¿Cómo es posible que el Gobierno andaluz aún pretenda confundir la realidad? ¡Oiga! – El gobierno no miente, ya que dice “sociedad en continuo desarrollo”, y es evidente que el sentido de ese “desarrollo” es negativo. Porque el panorama es desolador. Quienes gobiernan, ahora y antes, miran desde la barrera como la sacrosanta “economía de mercado», arruina los mercados -los de abastos también-; cómo la enfermedad social del desempleo, la precariedad laboral, se ceban con las gentes de Andalucía. Acometer el remedio sería una Empresa que implicaría la planificación de la economía andaluza, ya que demostrado está que el libre mercado lleva a la ruina de las familias andaluzas. La palabra planificación está contenida 38 veces en el Estatuto de Autonomía.  La realidad que cada día se vive en pueblos y ciudades andaluzas es rotunda como así lo manifiesta Eduardo Abad presidente de la Unión de profesionales y trabajadores autónomos de España (UPTA):»Es desolador ver las calles de nuestros pueblos y ciudades inundadas de carteles con ‘se traspasa negocio” y se puede añadirse “se vende”, o “se liquida por cierre…” Según la UPTA: “El sector prevé el cierre, el próximo año, de unos dos mil comercios pequeños en Andalucía, el 35% de ellos (unos 700) corresponderían a la provincia de Málaga”. De esto también saben los departamentos de formación profesional en los Institutos Educativos, ya que cada vez más cuesta encontrar empresas en funcionamiento donde puedan realizar las prácticas el alumnado de los ciclos formativos. El gobierno andaluz debe activar la alarma porque Andalucía y España se encuentran en una situación de emergencia nacional. Tendría que acometer la empresa de activar el artículo 128 de la Constitución, ya que parece que solo se puede activar el 155 para el independentismo. “Artículo 128: Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica.”. Pero la clase política de aquí o de allí, que da igual, porque igual da, no está dispuesta a dedicarse a la urgente empresa de garantizar una vida digna a todas las personas. Porque eso supone el trabajo de planificar la economía para que quienes se apresten a trabajar, por cuenta propia o ajena, perciban el beneficio de su trabajo. Pero va a ser que no, ya que desde la política se dedican a recaudar impuestos, y gastarlos según su criterio, sin desarrollar ninguna tarea que mejore la economía de las familias y empresas. – Pero !Oiga! es que esta empresa “entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo”.


Opinión /