Turismo sexual en Guatemala: un drama oculto
Entrevista a María Eugenia Villareal, directora de ECPAT Guatemala, sobre la situación de explotación sexual infantil en Guatemala, con una especial atención al turismo sexual, así como las iniciativas desarrolladas para hacer frente a esta problemática.
Guatemala es uno de los destinos turísticos más atractivos de la región centroamericana e invertirá cerca de 90 millones de quetzales (12 millones de dólares) en promoción turística durante 2018. Datos del Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT) señalan que durante 2017, más de 2,1 millones de personas visitaron el país, con un 11% de crecimiento general con respecto al año anterior. También hubo un aumento del 24% de los excursionistas que arribaron a través de 122 cruceros. La actividad turística generó 1,2 mil millones de dólares en divisas y representa el 3% del Producto Interno Bruto (PIB), el 2,6% del empleo directo nacional y el 7,3% del indirecto.
Lamentablemente, el pujante sector turístico guatemalteco trae consigo la aparición de manifestaciones sociales negativas, que pasan desapercibidas a los ojos de la mayoría de la población y que las autoridades no abordan con la beligerancia que se necesita para prevenir y combatir estos delitos.
El Informe Global sobre la Trata de Personas 2016, presentado por la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC por su sigla en inglés) revela que casi un tercio del total de víctimas de trata de personas a nivel mundial son niños y niñas (28%). En regiones como África subsahariana, Centroamérica y Caribe este grupo poblacional llega a representar hasta el 64% de las víctimas. Mujeres y niñas representan el 71% de las víctimas a nivel mundial, sobre todo con fines de matrimonio o esclavitud sexual.
En Guatemala el turismo sexual está tipificado en la Ley contra la violencia sexual, explotación y trata de personas (Ley VET) como la “utilización de actividades turísticas para la explotación sexual comercial de personas menores de edad” (art. 43). De acuerdo con la legislación, quien facilite, organice, promueva o permita de cualquier forma la realización de los delitos contemplados en este capítulo, a través de actividades relacionadas con el turismo, será sancionado con prisión de seis a diez años y multa de 100 mil a 500 mil quetzales (de 13 mil a 66 mil dólares).
La Asociación para la eliminación dela explotación sexual, pornografía, turismo y tráfico sexual deniñas, niños y adolescentes (ECPAT International, por sus siglas en inglés) es la más grande red de organizaciones e individuos dedicada al combate de la explotación sexual infantil a nivel mundial. Cuenta con afiliados y grupos nacionales en 82 países alrededor del mundo.
María Eugenia Villareal es directora de ECPAT Guatemala, organización que ha venido posicionándose como referente en el tema de trata y explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes en el país centroamericano.
María Eugenia Villareal. Imagen de Giorgio Trucchi.
¿Qué hay detrás de la explotación sexual infantil?
El drama de la explotación sexual infantil es muy complejo. Guatemala es uno de los países de la región más afectados por este fenómeno. El turismo sexual es parte de esta tragedia.
Son personas que se organizan para viajar con el propósito de tener relaciones sexuales. Esto es su objetivo y es una forma de explotación sexual a través de la actividad turística.
En el caso de Guatemala, son turistas, tanto nacionales como extranjeros, que viajan a determinados lugares del país para tener relaciones sexuales, sobre todo con menores de edad. Hemos detectado focos rojos para el turismo sexual en Antigua, la zona de Panajachel (Lago Atitlán), Flores (Petén), Puerto San José e Izabal.
También son focos rojos para la trata de personas y la explotación sexual comercial infantil las zonas fronterizas con México, Honduras y El Salvador. Allá la gente se cruza la frontera para tener relaciones sexuales y luego regresa a su país. Son zonas decadentes y desoladas, como el infierno de Tecún Umán, donde reina la miseria y la violación de los derechos humanos está a la orden del día. Niños, niñas y adolescentes, principalmente hondureñas y salvadoreñas, son escondidas dentro de los camiones e introducidas al país para después explotarlas sexualmente.
Las víctimas de turismo sexual son en su mayoría menores de edad, con un bajo nivel escolar, que sobreviven en la economía informal, por ejemplo, desplazándose por los lugares vendiendo artesanía o golosinas. Muchas veces los turistas atraen a las y los menores de edad proponiendo llevarlas a comer o comprarles toda su mercadería a cambio de tener relaciones sexuales con ellos.
Las chiquillas aceptan porque no tienen alternativas. Me acuerdo de una niña que, ante mi asombro, me decía: “¿Cómo le voy a decir que no? Me da de comer. ¡Hasta puedo comer pollo!”. Es horrible. El turismo sexual se aprovecha de la pobreza de la gente.
Si entendí bien, el turismo sexual en Guatemala se manifiesta de diferentes formas dependiendo del lugar, del foco rojo.
Así es. Además, son formas que cambian continuamente y hay que estarlas monitoreando y actualizando constantemente. Piensen sólo en la difusión masiva que ha tenido en los últimos años el servicio Airbnb. Cientos, miles de casas o departamentos prácticamente sin control, donde se vuelve casi imposible detectar casos de explotación sexual.
Material campaña ECPAT. Imagen de Giorgio Trucchi.
En Antigua, por ejemplo, los bares cierran entre 12 y 1 de la mañana. Después de esa hora es cuando se activan los after parties, es decir fiestas en casas particulares donde se traslada la prostitución y la explotación sexual infantil. A estas casas llegan casi solamente extranjeros a buscar menores de edad. Muy similar a lo que pasa en Panajachel.
En Puerto San José el contexto del turismo sexual es otro. Aquí tenemos la presencia casi exclusiva de turistas nacionales, que llegan en grupo o solos y que van para tener relaciones sexuales con quien sea que encuentren. Niños, niñas, adolescentes o mujeres. No importa.
Luego está la zona de Izabal (Puerto Barrios, Livingston) con una institucionalidad fallida y una falta casi total de gobernabilidad por la fuerte presencia del narcotráfico. El control del crimen organizado es absoluto e incluye todo lo que es prostitución y explotación sexual. Niños, niñas y adolescentes llegan en barco desde Honduras para ser explotadas sexualmente.
Además de las zonas fronterizas y de su debilidad estructural de gobernabilidad que ya hemos mencionado, otro foco rojo es la zona de Flores, en el Petén, que representa un gran atractivo turístico por la presencia de importantes sitios arqueológicos como Tikal y Aguateca.
¿Qué se está haciendo para combatir este flagelo?
En Guatemala se aprobó la Ley VET que busca prevenir, sancionar y erradicar la violencia sexual, la explotación y la trata de personas. Las autoridades del país también crearon la Secretaría contra la violencia sexual, explotación y trata de personas (SVET) que coordina interinstitucionalmente las políticas para combatir este flagelo.
Pero lo más complicado es que estos temas, incluyendo al turismo sexual, están invisibilizados. La misma población tiene muy poca percepción de su existencia. A esto se suma una muy baja capacidad de detección de casos y una escasa investigación de parte de las autoridades. Todo esto genera un fuerte subregistro de los casos.
Como organización nos hemos coordinado con la SVET y hemos realizado investigaciones profundas, tanto sobre la explotación sexual infantil como sobre turismo sexual. En el transcurso del año vamos a realizar una actualización de dichas investigaciones.
Material campaña ECPAT. Imagen de Giorgio Trucchi.
También se han desarrollado fuertes campañas de prevención contra el turismo sexual. Se elaboró un código de conducta para que se aplicara en hoteles, bares, restaurantes. Se capacitó al personal de los diferentes servicios turísticos, incluyendo al sector transporte y al personal fronterizo, para prevenir la explotación sexual y trata de menores
Algo muy interesante que iniciamos ha sido trabajar con líneas aéreas, como por ejemplo la mexicana Interjet. Capacitamos a todo el personal de la compañía y hemos creado tres filtros para la detección de posibles casos de explotación sexual infantil: durante el check in, al momento del abordaje y durante el vuelo. En caso de comportamiento sospechoso, el personal de la línea aérea avisa a las autoridades en el país de destino.
¿Falta mucho por hacer?
Hemos avanzado, pero falta muchísimo. De parte del Estado no ha habido la voluntad necesaria. Nosotros hemos elaborado el plan operativo estratégico de la SVET, pero no se ha ido más allá de realizar algunas cosas. Se ha capacitado a los funcionarios públicos, se han hecho planes de investigación penal. Lamentablemente parece que para el Estado estos temas no son una prioridad.
También hay que ampliar y coordinar el trabajo institucional a nivel regional. En sentido ECPAT acaba de presentar la iniciativa de crear e integrar la Red Regional de Fiscales Especializados contra la Trata de Personas. El objetivo es cumplir con el memorándum de entendimiento entre los Fiscales Generales de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y los Procuradores Generales de Guatemala y República Dominicana, para fortalecer la cooperación en el combate a la trata de personas y la persecución penal transnacional de dicho delito.
Hay que profundizar las investigaciones sobre como el turismo sexual ha ido modificándose. Si queremos enfrentar y erradicar a este flagelo debemos buscar soluciones integrales, desde los detectores de primera línea hasta la investigación y sanción penal del delito. Soluciones que también tengan que ver con el combate a la pobreza, la falta de acceso a servicios básicos y a una vida digna.