Gema Delgado y Eduardo Luque Guerrero •  Opinión •  08/02/2017

Entrevista embajador de Siria en España: Milad Atieh: “La condición sine qua non para solucionar el conflicto es combatir el terrorismo”

“Una premisa fundamental de la solución del conflicto es proteger la unidad territorial del país, su soberanía y su autonomía política”

El embajador sirio nos recibe en la propia sede diplomática en Madrid. Por otra parte, la embajada española en Damasco permanece cerrada, no por imposición de la UE (hay países europeos que la mantienen abierta) sino por decisión del gobierno Rajoy. Nuevamente el servilismo respecto a EEUU nos empuja a la irrelevancia internacional. España podría jugar un papel destacado en esta crisis, las relaciones entre Madrid y Damasco, fueron en general fluidas y a España se la considera una nación amiga. En 2010, cuando la selección ganó el mundial de fútbol, había más banderas españolas en Damasco que posiblemente en Barcelona. En aquellos días pasar la frontera era sinónimo de abrazos y felicitaciones por parte de los siempre serios guardias de fronteras.

El embajador sirio Milad Atieh es un diplomático de carrera con una amplia experiencia. Su primer destino en el extranjero fue la embajada de Siria en Estados Unidos (Washington D.C). Hasta el 2006 estuvo en la Misión de Siria en las Naciones Unidas. Entre 2002 y 2011 fue Director de Organizaciones Internacionales de la Cancillería en Damasco. Se encargaba de la coordinación con las ONGD y con las agencias de ayuda a los refugiados. Entre 2011-2013 fue embajador en Suecia. Posteriormente entre 2013-2014 volvió a ocupar la Dirección de Organizaciones Internacionales de la Cancillería.

Mundo Obrero: Hay versiones encontradas sobre el inicio de la crisis siria y los sucesos que aparentemente la iniciaron. ¿Existió realmente una “Primavera Siria”? En España hay quién sostiene esa tesis. En cambio, la visión dentro del país es otra. 
Milad Atieh:
 Para aquellos que han conocido el país antes de la crisis era difícilmente imaginable la situación actual. El país progresaba a todos los niveles. El nivel de vida en Siria antes de la guerra era más elevado que la media de los países de la región. En Siria la sanidad y la educación han sido proporcionadas de forma gratuita por el gobierno, así como importantes subvenciones a los productos alimenticios básicos. Incluso hoy, a pesar de la destrucción que impone la guerra, la educación, la sanidad y los subsidios se mantienen para aliviar la situación de la población civil. 

Esto vendría a demostrar que la agresión estaba planeada mucho antes del inicio de la crisis.

En realidad, la crisis siria está vinculada a la invasión de Iraq en 2003. Estando en la misión siria de las Naciones Unidas en aquella época, pude ver en primera persona el intensísimo debate en la administración estadounidense y en otros sectores del Complejo de seguridad y defensa. Se debatía si debía producirse una invasión doble, es decir, ocupar Iraq y Siria al mismo tiempo o hacer primero Iraq y después Siria. Eso es lo que está en el fondo de la cuestión. Por supuesto Siria se opuso a la invasión de Estados Unidos hacia Iraq. De igual forma Siria se ha opuesto históricamente a la hegemonía estadounidense que en la zona se proyecta a través del apoyo a Israel. Siria se ha opuesto y se opone a la ocupación de los territorios palestinos y otros territorios árabes, por tanto, no es de extrañar que Estados Unidos quisiera eliminar precisamente esta oposición.

M.O.: Como consecuencia de esta crisis se han introducido reformas políticas en el país. ¿Por qué no se detuvo el conflicto?
M.A.:
 El Gobierno, en marzo de 2011, acogió muchas de las reivindicaciones que se hicieron en las primeras protestas. Introdujo una serie de reformas organizadas en tres paquetes: reformas políticas, económicas y sociales. Reformas que se plasmaron en una nueva Constitución en 2012, en la elección de un nuevo Parlamento o en la reforma de la Administración Local… esto indica que el gobierno asumió con un carácter positivo muchas de las reivindicaciones que algunos sectores de la sociedad siria estaban demandando. Sin embargo, detrás de esos manifestantes había otro tipo de intereses que les dijeron a esas personas que esas reformas que había impulsado el gobierno sirio no eran suficientes y que, por tanto, tenían que dar un paso adelante en el desafío al Gobierno y al sistema. En realidad, las potencias no querían reformas, sino un cambio de régimen.

M.O.: Los medios de comunicación occidentales han establecido una especie de “unanimidad” en torno a la crisis siria. Existe una especie de discurso único. ¿Cómo se valora esta realidad? 
M.A.: 
Ha habido una clara falsificación de los hechos que han ocurrido en Siria por parte de los medios de comunicación occidentales y otros, que han fabricado mentiras y que han conseguido engañar a las audiencias y el público.
Toda esta destrucción de Alepo no fue conocida por el público, sino que fue ocultada por los medios de comunicación.

Los medios de comunicación han sido desde el principio una de las herramientas que se han utilizado para desestabilizar a Siria, eso explica, que desde el primer momento se hayan ocultado las atrocidades y masacres que han cometido los terroristas calificados de «rebeldes» y que se han atribuido al ejército árabe sirio. Es por eso que hay mucha gente que tiene una visión distorsionada de los hechos. 

M.O.: Centrándonos en la perspectiva futura y sobre todo en la liberación de Alepo. Es doloroso, cuando se ha conocido el país, ver el nivel de destrucción actual. ¿Cómo se ve la situación después de la liberación de Alepo? 
M.A.:
 La realidad de lo ocurrido en Alepo no es lo que se nos ha contado. Se ha hablado de un cerco de las fuerzas del Ejército Árabe Sirio a la población impidiendo la llegada de ayuda humanitaria. La verdad es que en los barrios del este de Alepo había hasta 9.000 terroristas, que los países occidentales con EEUU a la cabeza han querido proteger. Cuando se produjo la liberación de los barrios del este de Alepo vimos salir a miles de personas, sin embargo no vimos a ninguno de esos países que durante semanas clamaron porque había que ayudar a los civiles, no vimos a ninguno de sus países ir a proporcionar ayuda a esa gente que acababa de ser liberada y estaba saliendo de sus barrios en condiciones muy difíciles, como pudimos ver por la televisión Siria. Los medios occidentales jamás han querido contrastar sus informaciones con los medios sirios. Es el Ejército sirio el que está proporcionando ayuda humanitaria a la población civil y está desminando la zona y eliminando barricadas. No se ve la presencia de esos países que tanto decían que se preocupaban de la población civil.

Cuando se produce la liberación del campo y el ejército sirio entra en los diversos barrios se encuentran varios depósitos de municiones y armamento sofisticado con capacidad para armar a unos 15.000 combatientes durante 10 años. Al mismo tiempo en esos almacenes se encuentra también comida y medicinas para atender las necesidades de la población durante tres años. Mientras, la población civil pasaba hambre. Los “rebeldes” en los meses anteriores a la liberación de Alepo se quejaban de que no tenían ningún tipo de ayuda humanitaria. Cuando un gobierno se enfrenta a una situación como ésta está obligado a combatir al terrorismo y liberar a la población. Y es lo que ha hecho el Ejercito Árabe Sirio, proporcionando ayuda humanitaria a la población necesitada.

M.O.: ¿En qué medida ha sido decisiva la intervención rusa-iraní-Hezbola en la liberación de Alepo que hoy por hoy marca el rumbo de la situación en Siria?
M.A.:
 Siria tiene amigos verdaderos que se movilizaron cuando quedó en evidencia que en Siria habían entrado terroristas de más de 100 países y unos 360.000 combatientes cuyo objetivo era provocar la muerte y la destrucción. No es ningún secreto que esos terroristas estaban apoyados por potencias extranjeras. No lo decimos nosotros, sino que los propios Estados Unidos declararon que apoyaban a esos grupos armados que estaban actuando en Siria. Estados Unidos, Arabia Saudita, Qatar, Turquía… proporcionaron a estos grupos la financiación necesaria, el armamento y la ayuda logística para actuar en Siria.

Cuando quedó claro y fue evidente lo que persiguen estos grupos en Siria, se produce la intervención rusa. Se produce a petición formal y oficial del Gobierno sirio y en el marco de la carta de las Naciones Unidas que permite a un Estado miembro pedir asistencia a otro Estado miembro. Por tanto Rusia ha actuado dentro de la legalidad internacional.

Lo mismo se aplica para Irán o Hezbola que son amigos del Estado sirio y participan para proteger al pueblo con el permiso, evidentemente, del Gobierno.
Rusia siempre ha sido respetuosa con los acuerdos internos y la posición externa de los estados oponiéndose a cualquier injerencia en la política interna del país. En ese marco se ha producido la intervención.

El actor más importante sobre el terreno es el Ejército Árabe Sirio. La asistencia rusa es especial, su fuerza aérea es importante. La colaboración entre la ofensiva terrestre del Ejército Árabe Sirio y la aviación rusa ha permitido la liberación de Alepo. La intervención rusa ha dejado en evidencia los planes de los países occidentales que apoyaban a los grupos terroristas.

La acción rusa está protegida por el derecho internacional como hemos dicho. En cambio, la acción de la llamada “Coalición Internacional” liderada por Estados Unidos que interviene dentro de Siria lo hace fuera de la legalidad internacional y sin coordinación con el gobierno sirio. El gobierno siempre ha estado dispuesto a colaborar con cualquier actor que estuviera dispuesto a hacerlo de forma sincera. No es el caso de la “coalición” liderada por Estados Unidos que después de dos años no ha querido coordinarse militarmente ni ha conseguido ningún resultado relevante.

M.O.: Turquía parece que ha entrado en otra fase. El golpe de Estado, la depuración en el ejército, los ataques terroristas, el asesinato del embajador ruso… las declaraciones del presidente Erdogan parecen mirar en otra dirección.
M.A.:
 Desde el principio de la crisis Turquía ha sido el elemento más pernicioso. Es el país que ha lanzado las mayores iniciativas para desestabilizar Siria. El presidente Erdogan ha pretendido convertirse en una especie de «nuevo sultán», un nuevo emperador en la región. Apelando a la condición de país musulmán y a la estrecha relación que mantiene con los Hermanos Musulmanes, Turquía se ha promocionado frente a Estados Unidos como cabeza de esta alianza contra Siria.

Si nos fijamos en el comienzo de esto que se ha dado en llamar «primavera árabe» tanto en Túnez como en Egipto vemos cómo los grupos islamistas que actuaron desde el principio, estaban apoyados por la Turquía de Erdogan. Los terroristas de todo el mundo acudían a Turquía y allí iban a un campo militar muy conocido donde se sometían a un entrenamiento que duraba semanas antes de lanzarlos a Siria. Turquía antes de la llegada de estos terroristas abrieron de par en par la frontera sirio-turca que tiene unos 900 km de largo. Abrieron de par en par estas fronteras para que pudieran circular fácilmente estos individuos.

Los turcos al mismo tiempo que decían que querían una solución pacífica al problema sirio en realidad retroalimentaban continuamente el conflicto y elevaban el grado de desestabilización del país. El rol de Turquía desde el comienzo del conflicto ha sido muy destructivo.

M.O.: En esta última fase y especialmente a raíz del asesinato del embajador ruso en Ankara, el presidente Erdogan ha realizado algunas manifestaciones, parece ser, en un sentido diferente al que hasta ahora había sostenido. De hecho, ha acusado a Estados Unidos de estar en el origen de los grupos terroristas que intervienen en Siria. ¿Se puede intuir que existe algún tipo de cambio en la política turca?
M.A.:
 Hay que esperar y ver, puesto que hasta ahora, Turquía, como hemos señalado, es una potencia ocupante e invasora en Siria. Turquía tiene tropas en Siria. Habrá que ver si esas tropas se retiran. Y habrá que ver si Turquía rompe la relación con estos terroristas que han ido a Siria. El Gobierno sirio, igual que cualquier otro, juzga por los hechos y no por las palabras.

Respecto a la acusación que Erdogan ha hecho a Estados Unidos, sí es verdad. Aunque Turquía tiene que cesar de dar apoyo logístico a esos terroristas que han ido a Siria. Tiene que demostrar que efectivamente están contra el terrorismo. 

M.O.: Cuando se produjo la primera guerra fría entre la URSS y Estados Unidos el cuerpo diplomático estaba a salvo. Era respetado por los dos contendientes a pesar de los choques que se pudieran producir. Parece que eso se ha roto en esta nueva guerra fría que se ha iniciado ya. La muerte del embajador ruso en Ankara es un elemento muy importante. ¿Cómo ve esta nueva realidad?
M.A.:
 Es un precedente muy peligroso puesto que se está dando luz verde a que estos grupos terroristas actúen a todos los niveles. Es también un precedente muy alarmante puesto que los diplomáticos eran una especie de «mensajeros para la paz». Su función es allanar el camino para encontrar vías de acuerdo y de arreglo pacífico, y lo que se busca con esto es precisamente sabotear cualquier posibilidad de paz o de negociación. 

M.O.: Estamos en una situación de cambio geoestratégico del paso de un mundo unipolar a otro multipolar. Primero se ha utilizado a Ucrania para dirimir la cuestión de la supremacía mundial y ahora a Siria. ¿Porque se ha elegido a Siria?
M.A.:
 Parafraseando el título del libro del profesor Egido, porque «Siria es el centro del mundo», o al menos es el centro de la región. Históricamente quien ha controlado Siria ha controlado la región, Oriente Medio, por tanto, eso sería una de las causas por las cuales se pretende destruir a este país.

Por otro lado, la sociedad siria es multiétnica y multiconfesional y a partir de este marco cultural se ha opuesto históricamente a las potencias hegemónicas que querían intervenir en la zona. Por tanto eso explica que hubiera una necesidad de destruir la sociedad siria. Desde una perspectiva política derivada del marco cultural propiamente nacional, Siria ha representado lo que ha sido la resistencia frente al imperialismo y las posiciones hegemónicas. Eso explicaría desde una perspectiva política porqué se elige a Siria como país a destruir.

M.O.: ¿Podría darnos unas claves para comprender mejor qué es lo que ha pasado en Oriente Medio, qué está sucediendo y por dónde irán desarrollando los acontecimientos? ¿Por qué toda la atención mundial está centrada en ese país?
M.A.:
 En realidad, hay que remontarse un poco más allá de los últimos años e incluso de las últimas dos décadas. Los problemas profundos de la región se remontan a cinco o seis décadas atrás cuando se produce la creación del Estado de Israel en 1948. La falta de un acuerdo definitivo en la región, el rechazo de Israel a abandonar los territorios que ocupa desde 1967, la construcción de asentamientos en terreno palestino hacen que la situación de la región sea muy tensa. La situación se complica a partir del año 2003 con la invasión estadounidense de Iraq, lo que ha hecho que la población de los países de la zona vea con frustración cómo los Estados Unidos sólo actúan en función de sus propios intereses independientemente de las consecuencias.

A partir de 2010 con los sucesos en Libia o en Egipto se vuelve a ver la repetición del mismo guión de la destrucción de países que se había visto hacía un par de décadas antes con la destrucción de Somalia. Destrucción de países que luego se tienen que reconstruir por sí mismos puesto que Estados Unidos no va a participar en la reconstrucción. Esa reconstrucción la van a tener que hacer los propios países una vez que Estados Unidos y sus aliados se retiren, serán los iraquíes, serán los sirios, serán los libios etc, porque Estados Unidos, como hemos dicho, sólo actúa en función de sus propios intereses en la región y en ningún momento contempla la situación de la población. ¿Cuáles son esos intereses? El primero es que se mantenga el flujo de petróleo desde la región hacia las refinerías estadounidenses. Y, el segundo, asegurar la estabilidad de su gran aliado en la región, que es Israel. 

M.O.: ¿Qué papel juega la Unión Europea en el conflicto sirio?
M.A.:
 En primer lugar, y habría que ser franco en esto, la posición de la Unión Europea respecto a la crisis siria ha sido negativa. La Unión Europea ha carecido de una estrategia global, no sólo para Siria sino para toda la región. Siria y otros países de la zona son los vecinos inmediatos de la Unión Europea. En el caso de Siria, en particular, las relaciones económicas con la Unión Europea siempre fueron muy importantes. Su proyección económica siempre se hizo a partir de la Unión Europea y la UE debería contemplar que para su seguridad y estabilidad es muy importante que la región de Oriente Próximo, en la cual está Siria, sea una zona estable y segura. Al no tener en cuenta esa ecuación, en la cual se unen los intereses económicos sirios y las necesidades de seguridad de la UE, se ha llegado en parte a esta situación. 

M.O.: ¿Cómo ve la situación de los refugiados sirios en Europa?
M.A.:
 La posición de Siria respecto a la cuestión de los refugiados ha sido muy clara desde el principio. Hemos dicho que los países que acogen desplazados debían de tratar el tema desde el punto de vista humanitario, no político. Hay que despolitizar el problema de los refugiados.

Siria no forma parte de la Convención de las Naciones Unidas para los refugiados que se firma en 1951 y sin embargo Siria otorga a los refugiados que ha tenido en su territorio muchos más derechos que los que le concede ese acuerdo internacional.

En Siria hay 500.000 refugiados palestinos, 1,5 millones de refugiados iraquíes, además de refugiados sudaneses, yemeníes, somalíes y de otros lugares. Antes de la crisis el porcentaje de refugiados respecto a la población siria alcanzaba el 10% del total. Siempre se les trató como ciudadanos sirios. Y siempre se hizo desde la perspectiva humanitaria y no política.

Pero con los refugiados sirios se ha producido un abuso y se les ha manipulado. En el caso concreto de Turquía, y su presidente Erdogan, lo que se buscaba eran dos objetivos: el primero era presionar al gobierno sirio y decir que «huyen del Gobierno sirio» y en segundo lugar forzar a la Unión Europea para alcanzar un acuerdo con Turquía que fuera beneficioso para este país con un intercambio de miles de millones a cambio de que Estambul siguiera gestionando el tema de los refugiados. Es necesario insistir en el tema de los refugiados, para evitar la manipulación y el abuso. Es preciso un trato humanitario lejos de la politización. Los desplazados sirios son ciudadanos y pueden volver a sus casas cuando lo deseen. Hay que señalar que la mayor parte de la población que ha huido a países vecinos, lo ha hecho porque sus localidades habían sido ocupadas por los grupos terroristas.

MO: ¿Cuál sería la solución para lograr la paz en Siria?
M.A.:
 Desde el día uno, el Gobierno sirio y el presidente Bashar al-Asaad, han manifestado que la solución para Siria debe ser una solución política, se ha apostado por buscar este tipo de solución. Si no se han alcanzado los objetivos ha sido en gran medida porque las potencias que están detrás de los grupos terroristas no han querido que esto se produjera. 

Desde la perspectiva siria fijamos tres pilares que son fundamentales para alcanzar una solución pacífica a la crisis. El primer pilar es combatir el terrorismo, no sólo porque es un problema para Siria, sino porque es una amenaza regional y global. Hemos visto atentados terroristas en Francia, Bruselas, Alemania… ningún país es inmune al terrorismo, la condición «sine qua non” es que se combata al terrorismo. 
El segundo pilar es que el diálogo político sea diálogo entre sirios sin interferencias de ninguna potencia extranjera. 

El tercer pilar es el impulso a los procesos de reconciliación. Estos procesos han sido muy exitosos en distintos puntos de Siria. Podemos ver los resultados en la ciudad de Deraa, en Homs, en múltiples ciudades alrededor de Damasco donde se han alcanzado precisamente esos acuerdos de reconciliación. Esto ha permitido pacificar vastas áreas del país. 

Estos tres pilares han de ejecutarse al mismo tiempo, bajo una premisa fundamental: proteger la unidad territorial del país, su soberanía y su autonomía política.


Publicado en el Nº 302 de la edición impresa de Mundo Obrero enero 2017

 
Fuente: http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=6676

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