Néstor del Prado •  Opinión •  08/07/2016

Analicemos a fondo el concepto de revolucíón de Fidel para convertirlo en guía para la acción

Para que un buen concepto o precepto no se convierta en letra muerta, o mera reiteración formalista, es necesario penetrar en sus esencias y convertirlo en guía para la acción. Hace unos años realicé una experiencia con un grupo de más de 120 jóvenes que se preparaban para integrar una brigada de cambio, como reserva de dirigentes de base de una importante organización. Discutimos a fondo este relevante concepto dado por Fidel, creo que aprendí más de lo que enseñé en diálogo vivo y pleno de sinceridad. Propongo que entre todos pensemos para hacer mejor las cosas.

La palabra revolución, en minúscula no representa un hecho histórico consumado, es un proceso en que un grupo de seres humanos, que pueden llegar a ser el grupo invencible integrado por la mayoría de un país, se proponen alcanzar grandes objetivos o metas.

Algunos de aquellos jóvenes pensaban que Fidel estaba definiendo a nuestra Revolución. Esa definición rebasa nuestras fronteras.

Revolución es sentido del momento histórico;

Para llegar a conclusiones consistentes es imprescindible valorar las circunstancias y realidades que están ocurriendo en Cuba y en el mundo, los peligros y las oportunidades, lo que los hombres y mujeres sin excepción, piensan y hacen, desean o rechazan; eso es tener sentido del momento histórico.

es cambiar todo lo que debe ser cambiado;

Debemos partir del principio que lo único permanente es el cambio; cambio en primer lugar de la mentalidad que es lo más difícil de cambiar; cambiar para mejorar, aunque no siempre los cambios tienen desenlaces felices, pero la mejor manera de involucionar es el inmovilismo, el temor al cambio. No por gusto dijo todo, es decir evitar quedarnos en cambios parciales o incompletos que al final queda en más de lo mismo. Al decir debe, alerta que cambiar por cambiar, no es el propósito.

es igualdad y libertad plenas;

Igualdad entendida como que todos tengan las mismas oportunidades de desarrollarse; libertad como conciencia de la necesidad, como el valor más preciado de todo ser humano. Pero no igualdad ni libertad a media, sino plenas, es decir de manera profunda y consecuente.

es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos;

Considero que es uno de los preceptos de mayor alcance, ya que es el ser humano el objeto y sujeto de cualquier obra que nos propongamos realizar. Es cierto que la complejidad de la naturaleza humana, su diversidad bio-psico-social, lleva en ocasiones a comportamientos impredecibles o incomprensibles.

es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos;

La emancipación la interpreto en todo su alcance libertario, independentista, como seres humanos y como nación. Pero la segunda parte es esencial, ya que sabemos que lo que nos regalan no tributa a la formación consciente ni a la solución duradera.

es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional;

Muy importante delimitación por lo que debemos luchar, tanto en el ámbito de la naturaleza, sin agredirla por supuesto, como en la vida en sociedad. Con un enfoque no solo nacional, ya que hoy en día es imposible evitar la globalización. Estoy seguro que aquí Fidel asume la importancia de la ciencia y la tecnología para lidiar con esas poderosas fuerzas dominantes.

es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio;

Se sobreentiende que se trata de valores éticos y morales. Es fuerte la expresión de al precio de cualquier sacrificio, pero la considero muy importante, ya que sabemos que algunos le ponen precio a propuestas indignas para vivir más cómodos, para evitar sacrificarse. Nuestro José Martí y el Che Guevara, son ejemplos cimeros de este precepto.

es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo;

Estos valores humanos tienen especial significado. La modestia es sin discusión una importante virtud, pero ha de ser verdadera, no la muy abundante falsa modestia que esconde incapacidad y falta de voluntad para no dejarse vencer ante las dificultades. El desinterés es polisémico, la interpretación contextual indica que la persona no debe actuar para recibir dádivas sino para sentir la satisfacción del deber cumplido. Siempre he preferido evitar este término, ya que la actuación honesta no está reñida con el interés que le debemos poner a la tarea que acometamos. El altruismo excluye al concepto del interés malo, es como el caso del colesterol, hay uno bueno y otro malo; el altruismo lleva una fuerte carga de generosidad. La solidaridad es uno de los valores que más hemos practicado y que otros muchos han practicado con nosotros. El heroísmo como sinónimo de valentía, arrojo, osadía, en ocasiones resulta imprescindible para convertir lo imposible en posible; el heroísmo circunstancial es el más reconocido, pero el heroísmo de cada día es el que nos hará triunfadores.

es luchar con audacia, inteligencia y realismo;

La lucha es inherente a las aspiraciones de todo ser humano; al complementarla con el cómo, Fidel utiliza tres palabras que no se deben separar. La audacia sin realismo suele conducir al optimismo fatuo; sin inteligencia los problemas son resueltos en apariencia, la inteligencia natural y cultivada es garantía de progreso y de crecimiento humano.

es no mentir jamás ni violar principios éticos;

Otro de los preceptos fuertes, de elevada carga ontológica y axiológica. Jamás, palabra muy exigente, pero como dije en una ocasión, Fidel no está diseñado para ocultarle la verdad al pueblo; está siendo consecuente con su comportamiento de siempre. Para que este precepto surta buenos resultados, es necesario tener bien identificado qué es un principio ético y qué no lo es. No admite discusión que la violación de principios éticos, verdaderamente compartidos, inician una decadencia humana muy dañina.

es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.

Un precepto profundamente martiano. “Una idea justa desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército”. “La palabra es para decir la verdad, no para encubrirla”. Hoy más que antes cobra importancia este precepto fidelista, en que la batalla de ideas no se puede relegar a un segundo plano respecto a la batalla económica; han de marchar juntas y en total sinergia.

Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.

Este párrafo final resume y resalta aspectos trascendentales de ayer, de hoy y de mañana. Vuelve a una esencia martiana. “Patria es humanidad”. Unidad que interpreto con el enfoque de Raúl, que combate la falsa unanimidad, esa que carcome la unidad y la torna vulnerable.

Casi terminando vuelvo al egregio Eusebio Leal, que en el 2010 escribió y cito: “Cuando releí esas palabras vi que muchos se detienen en el concepto de que hay que cambiar todo lo que sea necesario cambiar, pero hay una que es un poco más críptica y enigmática: “había que enfrentar poderosas fuerzas externas e internas”. ¿Cuáles eran las internas? Los que están con la cabeza, pero no con el corazón. Un día le preguntaba un diputado al doctor Raúl Roa en la Asamblea: “¿qué quiere decir usted, doctor, cuando habla ‘estar concorde’?” Estar concorde quiere decir “estar con el corazón”. Viene del latín corde, y quiere decir concorde, quiere decir fraternidad. Pero también quiere decir compromiso.

Como se puede inferir, no se trata de un análisis exhaustivo, ni catedrático de tan abarcador y profundo concepto; otros podrían escribir algo de más valor, pero mi intención principal ha sido motivar el debate para que estos pensamientos no sean letra muerta, y se conviertan en guía para la acción consciente, creativa y tenaz de todos los cubanos.

Fuente: Cubadebate


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