Trump una nueva victoria de la ultraderecha y el SIONISMO, una nueva derrota de la clase trabajadora
«El fascismo es el capitalismo en descomposición»
Ante el auge del fascismo necesitamos una respuesta de organizaciones comunistas que realmente sigan siendo comunistas y no sean simples siglas vacías de contenido que usan la simbología mientras participan del sistema junto a las socialdemocracia, la izquierda es anticapitalista o no es izquierda.
Sería necesario un Frente Popular de la Izquierda para enfrentarse a los poderes económicos y a su perro de guerra, el fascismo, pero durante las últimas décadas los traidores se han dedicado a demoler a las organizaciones desde partidos políticos hasta sindicatos, que haciendose pasar por la izquierda participan del sistema, abriendo las puertas supongo que inconscientemente al fascismo y la ultraderecha en Europa y el mundo.
«La fuerza del fascismo reside más que en nada, camaradas, en el hecho lamentable de la división de las fuerzas capaces de oponerse a su avance.» (José Díaz Ramos).
Asistimos desde hace tiempo al auge del fascismo en Europa y el mundo, la nueva victoria de Donald Trump en las elecciones de EEUU es un gran paso para la ultraderecha, otro paso porque Europa ya lo ha dado antes.
Gracias a la socialdemocracia y a la traición de la falsa izquierda de los países como la Francia traicionada por Macron se han puesto en manos de una ultraderecha que crece también en Alemania y es primera fuerza en Italia.
También otros como Holanda, Grecia, Austria, Ucrania, etc…siguen caminando hacia el fascismo.
Todo esto demuestra lo acertado del análisis de V.I. Lenin quien ya nos dejó dicho que «El fascismo es el capitalismo en descomposición».
Tras la derrotas del fascismo gracias sobre todo al esfuerzo y sacrificio de la URSS, Bertolt Brecht nos avisaba; “Señores, no estén tan contentos con la derrota de Hitler. Porque aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al Bastardo, la Puta que lo parió está caliente de nuevo.”
El capitalismo siempre usa el fascismo como herramienta represora sembrando odio y miedo en momentos de conflicto social inminente, en tiempos de crisis.
Algo que también Bertolt Brecht tenía claro; “Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo.”
Tengo claro que si en el campo de la izquierda no recuperamos el discurso de clase, si no somos capaces de tomar las calles, si no somos ejemplo consecuente para la clase obrera, si no somos capaces de ocupar el espacio que nos corresponde como única herramienta útil de la clase obrera para defender sus derechos y su dignidad, entonces el fascismo hará su trabajo, utilizará un discurso del odio y del miedo disfrazándose de discurso obrero, de nacionalismo radical, de defensa de la soberanía nacional, para dirigir a las trabajadoras y trabajadores en el camino que desea la oligarquía, hacia el matadero.
Estoy convencido de que al fascismo solo lo puede combatir el comunismo, pues son dos ideologías antagonistas e irreconciliables que representan claramente la virulencia de la lucha de clases.
No debemos moderar el discurso para ser políticamente correctos, debemos decir verdades como puños y ser vanguardia de la clase obrera.
Hace tiempo que acabaron los tiempos de lo políticamente correcto, muestra principal arma es la verdad, la palabra, ser capaces de recuperar la confianza de la clase trabajadora tratándola como clase pensante, capaz de gobernarse a sí misma.
Es necesario participar organizadamente en todos los movimientos sociales y defender con nuestra voz nuestro modelo de sociedad basado en la justicia social con mayúsculas, el socialismo es la única alternativa a la barbarie capitalista, a la bestia fascista.
Debemos recuperar la esencia, sabemos que la lucha de clases continua plenamente vigente, que explotadores y explotados no tenemos los mismos intereses, que nuestro modelo de sociedad no puede construir sin destruir el modelo capitalista, que el peligro del fascismo es tan real hoy como desgraciadamente lo fue ayer.
«Si no luchamos juntos nos ahorcaran por separado»