Paco Campos •  Opinión •  09/04/2019

Humanos y castores

Una de las características más atractivas del pragmatismo es la imaginación, la capacidad para sugerir e inventar nuevas formas útiles para la sociedad. Rorty la contrapone a la fuerza -> Ulises más permeable que  Aquiles, y esto ha de servirnos porque toda nuestra vida está repleta de pequeñas situaciones a las que acceder con sugerencias, como el oficio de los castores que van y vienen probando, sugiriendo soluciones útiles socialmente para su grey.

¡Ay! Humanos y castores, quién lo iba a decir. Creo que con este primer grado muchos de nosotros, la sociedad política incluida, podríamos darnos por satisfechos… pero hay más, y pregunto si el paso siguiente, en el que superamos a los castores, o al menos nos diferenciamos de ellos, es una buena idea o por el contrario hubiéramos tenido suficiente yendo y trayendo ramas. Porque además de sugerir, los humanos tenemos la capacidad de persuadir.

Aquí entra el lenguaje y con él la racionalidad, y nuestra vida se convierte en una fábrica de juegos de lenguaje, de argumentos en los que nos perdemos para no volver jamás. No obstante la persuasión no supera, no puede superar el ejercicio de la sugerencia. ¿Podremos ser sugerentes sin más, aguantar algún día la persuasión?

 


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