Ramaris Vásquez •  Opinión •  09/08/2023

DD.HH. Educación: ¿Tecnología para qué?

DD.HH. Educación: ¿Tecnología para qué?

El uso de tecnología digital en el aula de clases es controvertido. Si bien durante la pandemia por Covid 19 la tecnología constituyó una fuente para la continuidad de clases en escuelas, liceos y universidades, el 26 de julio pasado la Unesco alertó que “los beneficios del aprendizaje desaparecen si la tecnología se utiliza en exceso o en ausencia de un docente calificado”. (s/n). (1)

Significa que, si bien la educación es un derecho humano, y la conectividad confirma las bondades de la tecnoandragogía y tecnopedagogía, se debe garantizar que el uso de la tecnología en el aula certifique la ciberseguridad, así como el rendimiento y avance real del estudiante en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Audrey Azolay, directora general de la Unesco, recordó que “las conexiones en línea no sustituyen a la interacción humana”, al tiempo que advirtió que la tecnología digital, “se debe emplear para mejorar las experiencias de aprendizaje y para el bienestar de estudiantes y docentes, no en su detrimento”. (1).

El resumen del Informe de seguimiento de la educación en el mundo, (2023)  Tecnología en la educación: ¿Una herramienta en los términos de quién? emitida por la Unesco, advierte que “se necesitan objetivos y principios claros para garantizar que el uso de la tecnología resulte beneficioso y evitar posibles perjuicios”. (2)

Entre los aspectos “negativos y perjudiciales del uso de la tecnología digital en la educación y la sociedad”  incluyen, “el riesgo de distracción y la ausencia de contacto humano”. Asimismo alertan que “la tecnología no reglamentada supone incluso una amenaza para la democracia y los derechos humanos”, en casos como “la invasión de la privacidad y la incitación al odio”. (p.9). (2).

Al ras de diversas experiencias, el informe de la Unesco recalca que “el contenido en línea ha aumentado sin suficiente regulación sobre el control de calidad y la diversidad”. Refieren que “en 2021 más de 220 millones de estudiantes asistieron a cursos en línea masivos y abiertos”, pero, “las plataformas digitales ponen en entredicho la función de las universidades y plantean problemas reglamentarios y éticos, por ejemplo, con relación a las ofertas de suscripción exclusivas y a los datos de los estudiantes y el personal”. (p.8). (2).

Por ello, aunque es inevitable casar la educación con la tecnología, en tanto inunda la vida humana, esa educación digital ha de ser normada, a fin de garantizar que sus resultados sean los que persiguen las políticas públicas en la materia, que deben estar estrictamente dirigidas a que la población se forme adecuadamente. No hay que obviar que tras la fusión educación+tecnología, subyacen intereses corporativos.

El informe de la Unesco advierte que “es probable que la inversión en tecnología, y no en aulas, docentes y libros de texto para todos los niños de países de ingresos bajos y medio-bajos que no tienen acceso a estos recursos, provoque que el planeta se aleje aún más del ODS 4, esto es, el de una educación global”. (p.9). (2).

Mientras, la nota de prensa de la Unesco subraya varios aspectos dirigidos a quienes formulan las políticas públicas en materia de educación en el mundo: 1. Que “la distribución de computadoras a las y los estudiantes no mejora el aprendizaje si las y los docentes no participan en la experiencia pedagógica”. 2. Que los teléfonos inteligentes en las escuelas han demostrado ser una distracción”. (s/n). (1).

Respecto al “valor añadido” de la tecnología en el proceso de aprendizaje, la Unesco ha recalcado que no hay “evidencia fiable, rigurosa e imparcial” y que la existente, en su mayoría “procede de Estados Unidos”, concluyendo que “cuando la evidencia solo se obtiene de las propias empresas de tecnología, existe el riesgo de que esté sesgada”. (s/n). (1).

En el caso de España, vale recordar que Andrade, B., Guadix, I., Rial, A. y Suárez, F. (2021) realizaron un estudio llamado “Impacto de la tecnología en la adolescencia. Relaciones, riesgos. Un estudio comprensivo e inclusivo hacia el uso saludable de las TRIC”, por iniciativa de Unicef España, en alianza con la Universidad de Santiago de Compostela y el Consejo General de Colegios Profesionales de Ingeniería en Informática de España. (3)

La investigación se realizó durante la pandemia por Covid 19, y entre las conclusiones obtenidas, los investigadores establecieron respecto al “posible impacto que el obligado recurso a las clases online puede haber tenido”, que “solo 38,7% de los estudiantes hace una valoración positiva de la experiencia. El 39% le otorga un regular y un 22,3% la valora como mala o muy mala”. (P.101). (3).

A estas alturas, ya millones de estudiantes en todo el planeta han experimentado el uso de la tecnología en sus procesos educativos, de forma estructural, mostrando el papel determinante del docente en su rol de transformador social, como influenciador directo y sostenido en el proceso de educar, desde su manejo de la tecnología, pero más importante aún, en el modo cómo ésta impacta la obtención del conocimiento.

Entonces, en tanto aumentan las preocupaciones reflejadas desde la perspectiva economicista respecto al incremento y el uso de tecnología de punta en la educación, sin duda alguna, madres, padres, representantes y responsables de niños, niñas y adolescentes y las comunidades educativas, han de reflexionar y verificar la incidencia de esta tecnología en la vida de sus hijos e hijas.

Luego, los Estados en su función generadora de políticas públicas han de conocer a fondo los resultados e impactos en el uso de tecnologías y metodologías aplicadas masivamente en la educación, para tomar oportunamente medidas a tiempo para resguardar el derecho a acceder a la educación de calidad, de manera gratuita, más allá de la educación primaria, puesto que, al igual que las multilaterales, su existencia se justifica por el servicio que prestan a sus ciudadanos.

Indiscutiblemente, en tanto el valor de la tecnología se quiera imponer como elemento indispensable, se puede tornar más inaccesible la educación para más personas en el mundo, y hay que recordar que los derechos humanos se hicieron para ser garantes de la gente, no para que la gente garantice sus ganancias a las corporaciones.

Por ello, ha de estudiarse con detenimiento el uso de la tecnología en el proceso educativo, y hasta dónde debe ser usado; en tanto hay avances tecnológicos que pueden traspasar la barrera ética. Igualmente, se debe priorizar la atención a la calidad de los contenidos educativos, y la atención urgente, al enorme déficit de maestros y profesores existente en el mundo.

La Unesco apuntó en su web el 4 de octubre de 2022, que “se necesitan 24,4 millones de docentes más en la enseñanza primaria y unos 44,4 millones en la secundaria para lograr la educación básica universal de aquí a 2030”. Entonces, la prioridad ha de ser el talento humano y luego, el apoyo tecnológico. Que los pueblos  analicen ¿tecnología para qué, en qué cantidad, con qué fines y para quién? (4).

#MásDocentes #MenosMáquinas

Referencias:

1.     https://www.unesco.org/es/articles/la-unesco-hace-un-llamamiento-urgente-para-un-uso-adecuado-de-la-tecnologia-en-la-educacion

2.     https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000386165_spa

3.     https://www.unicef.es/educa/blog/derechos-infancia-entorno-digital

4.     https://www.unesco.org/es/articles/la-unesco-da-la-voz-de-alarma-sobre-la-crisis-mundial-de-escasez-de-docentes

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000246124_spa

*Ramaris Vásquez, periodista especializada en Derechos Humanos


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