André Abeledo Fernández •  Opinión •  10/02/2022

Violencia estructural

Violencia gratuita, bandas latinas en las calles de Madrid que amenaza con contagiarse, violaciones en manada, palizas, asesinatos.
Violencia de extrema derecha alimentada por partidos «legales» como VOX, un partido de extrema derecha con un discurso racista, xenófobo, machista, homofogo y fascista.
Violencia capitalista que no tiene piedad con los más débiles, mientras aumentan las desigualdades y las colas del hambre.
Vivimos en la sociedad del individualismo y la posesión, del tener, de la inmediatez, una sociedad sin empatía donde lo importante es la satisfacción personal a cualquier precio y pasando por encima de cualquiera.
Es un sociedad de consumidores compulsivos, incapaces de gestionar sus propias emociones.
En esta sociedad donde todo se compra y todo se vende las personas han perdido valores y también en muchos casos su propia dignidad.
Difícilmente una generación educada en la ley de la selva va a gestionar sus emociones de un modo sano.
En las relaciones personales podemos ver que todo esto se refleja en relaciones tóxicas, basadas en la posesión y el nulo respeto a la libertad del otro.
Para cambiar el rumbo de una sociedad enferma no es suficiente con legislar, es necesario educar y tomar medidas para que la sociedad deje de consumir contenidos embrutecedores.
Los mismos medios de comunicación que hacen anuncios contra el maltrato, el machismo, el abuso y el acoso en las escuelas, etc…tienen contenidos en sus parrillas que van en la dirección contraria.
La responsabilidad de educar en valores debe de ir más allá de la familia y de la escuela, todo la sociedad debe hacerse responsable para poder cambiar esta deriva hacia la barbarie.
Un educación integral debería incluir una educación emocional para dar herramientas a la hora de gestionar las emociones ante los reveses de la vida, al mismo tiempo que esa sociedad se dota de herramientas para poder construir algo que realmente merezca la pena.

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