Mg. José A. Amesty Rivera •  Opinión •  11/02/2025

Migración en A.L.: caso cubano

Si partimos de la premisa fundamental de que la migración de América Latina hacia EEUU, ha sido generada fundamentalmente por las políticas de norteamericanas hacia la región, es obvio que no es algo nuevo y que se ha analizado, denunciado y puesto en el tapete internacional y mundial siempre. 

No obstante, hay que siempre recalcarlo, y veremos algunos apuntes del caso de Cuba. 

Por ejemplo, en la década del año 1990 al 1999, Cuba sufrió la peor crisis económica desde 1959, año en que triunfó la Revolución Cubana, pero gran repercusión tuvo el recrudecimiento del bloqueo de EEUU que mantenía desde 1960, con el supuesto objetivo de dar el puntapié final al gobierno revolucionario cubano. 

Hay un dato histórico llamativo, la emigración inicia de América Latina hacia EEUU, cuando el gobierno de Estados Unidos, que necesitaba trabajadores para las industrias de defensa y, especialmente, para la agricultura, negoció programas de trabajadores invitados con México y varias colonias y países del Caribe. En la década de 1940, la población de latinoamericanos aumentó en más de un millón, seguida de aumentos aún mayores en las décadas de 1950 y 1960.

Vale decir que la migración, en general, ha sido vista como producto de la necesidad de los migrantes y no es así, ya que, en el caso cubano, el bloqueo ha sido la principal causa de la migración. 

Ya sabemos que el bloqueo norteamericano a Cuba, como a Nicaragua, Venezuela, entre otros, considera medidas económicas, financieras y comerciales, que busca oprimir por hambre, privaciones materiales y enfermedades al pueblo cubano, afectando su calidad de vida, y como es lógico sea un factor que estimule las personas a emigrar. 

Sin embargo, la migración cubana, según el periodista francés Salim Lamrani, no ha sido numerosa, ni fue superior a la habitual, de un país situado en la periferia de la economía capitalista, y a pocos kilómetros de EEUU.

A su vez, se precisa que ni en el año 1994, cuando se dio la crisis de los Balseros, Cuba no destaca en la oleada de emigrados hacia EEUU. Con lo cual, como dice el profesor Salim Lamrani, «la ola de balseros fue más un fenómeno mediático, que una verdadera realidad estadística«. 

Avanzando en el tiempo, en la década 2010-2019, Cuba tomó dos medidas migratorias:

  1. El gobierno cubano deja de otorgar permisos especiales para salir de la isla, y solamente se exige la presentación del pasaporte corriente actualizado y la visa del país de destino.
  2. Prolonga de 11 a 24 meses, la autorización para que los ciudadanos cubanos que viajen por asuntos particulares, permanezcan en el exterior, incluso, la nueva normativa permite a los cubanos obtener prórrogas en un consulado cubano, en el caso de exceder los dos años de estadía en otro país. 

Aun así, el registro migratorio cubano durante estos años, jamás traspasó los límites que lo hicieran un fenómeno «sui generis«, como ha tratado de etiquetarlo la contrarrevolución cubana para arremeter contra el gobierno cubano. 

Aquí hacemos un apunte ideológico-político que refieren los contrarrevolucionarios cubanos, al hacer ver que la migración en Cuba es producto de: persecución política; porque en Cuba, no hay una democracia establecida; porque en Cuba no hay libertad; cosas lejos de la realidad, ya que como ya lo señalamos, la causa principal de la migración en Cuba, es el bloqueo económico de EEUU contra Cuba.

En este sentido, EEUU debería destinar e invertir recursos, para mejorar las condiciones económicas de los países emisores de migración, en lugar de utilizarlo en más muros y seguridad de su frontera que se ha demostrado no resuelve el problema. 

Esto se lo han sugerido mandatarios de América Latina y fue promesa preelectoral y al inicio de la administración de Joe Biden, pero no cumplió y se agravó la situación. 

La administración republicana, a la cabeza de Donald Trump ahora, está haciendo lo contrario. 

Entonces, no hay que destinar dinero, solo eliminar las sanciones que causan el deterioro económico de los países y los empujan a la emigración. 

Si el gobierno de EEUU permitiera relaciones comerciales normales e inversiones que favorecieran el crecimiento de las economías de la región, generaría empleos y beneficios económicos, lo cual frenaría la emigración.

Hemos visto que presidentes de EEUU inteligentes y con sentido común, entendieron bien las causas y consecuencias de una emigración masiva y desordenada de latinos hacia EEUU, por esta razón, cada uno, desde sus propias perspectivas, visiones y contextos históricos, impulsaron políticas para aliviar las causas de la emigración en países de América Latina.

Así que hay que insistir en la necesidad de cumplir con los acuerdos migratorios, como vía para frenar la emigración ilegal y el tráfico ilegal de personas.

Por otro lado, la inmigración está generando conflictos a lo interno de los EEUU: 

Según la inteligencia artificial, la salida de migrantes de Estados Unidos, podría tener consecuencias económicas, sociales y demográficas. 

Consecuencias económicas: disminución de la población, reducción de los ingresos fiscales, pérdida de empleos para trabajadores menos calificados, disminución de los salarios, aumento de la pobreza. 

Consecuencias sociales: aumento de la discriminación y la xenofobia, aislamiento de una clase marginal, desigualdades entre regiones, desestructuración familiar, problemas de urbanismo. 

Consecuencias demográficas: cambios en la demografía, superpoblación en algunos distritos escolares, presión en los mercados de alquiler y vivienda. 

Por otro lado, los inmigrantes contribuyen a la economía estadounidense de diversas maneras, entre ellas: trabajando y generando salarios, pagando impuestos, aportando sus tradiciones y perspectivas culturales, contribuyendo al arte, la música, la gastronomía y la literatura.

El Consejo Estadounidense de Inmigración señala que, en 2022, los hogares encabezados por inmigrantes indocumentados, pagaron 75.600 millones de dólares en impuestos. 

La única forma de frenar la inmigración es, y lo reiteramos, es eliminando sus causas que son las condiciones económicas de los países emisores.

Finalmente, nos hacemos eco de las palabras del presidente colombiano Gustavo Petro al referirse a la política migratoria de Trump (redadas y deportaciones masivas de migrantes): 

«No quieren haitianos, no quieren venezolanos, no quieren puertorriqueños, no quieren colombianos… pues dejémoslos un rato solos a ver cómo les va. Creo que somos nosotros los que nos vamos a ayudar entre nosotros. Quienes nos echan se van a quedar solos. Y entre más solos, más pobres, más decadentes. Entre más solos, pensando que son la raza superior, se van a volver más nazis». 

«más que las naciones, hoy tiene que surgir un nuevo cuerpo político, un nuevo sujeto político que haga las revoluciones que hoy se necesitan. Eso se llama humanidad. Por encima de la nación hay que decirle a Trump, hay que decirle a Elon Musk, que la humanidad es más importante. Solo las naciones pueden vivir si vive la humanidad. Y la humanidad puede vivir si es libre y si los seres son libres en todo rincón del planeta».

«El que se debilita es el que se queda solo, yo creo que hay que construir un concepto que existe, no en la política, y es que nosotros más que naciones somos humanidad», comentó finalmente el jefe de Estado de Colombia. 

11 de febrero, 2025


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