Fukushima 2019 en once apuntes recientes
Uno. Las Olimpiadas como punto de partida de la normalización. Un logro de la voluntad de las élites dirigentes y un reto. En mayo de 2011 el Comité Olímpico Internacional, abre el plazo de presentación de candidaturas para los Juegos Olímpicos de 2020, en un país medio devastado los que mandan y gobiernan en Japón ven su oportunidad; no han pasado ni tres meses desde el inicio de la catástrofe, entre restricciones eléctricas, colas, desplazados, toneladas de ruinas, tres reactores en fusión desatada, etc., se presenta la candidatura. En septiembre de 2011 el COI anuncia seis ciudades candidatas; en mayo de 2012, sólo quedan tres; el 10 de septiembre de 2013, Tokio es elegida (1). El reto se concreta: siete años para conseguir una normalidad o algo que se le parezca.
Dos. Estamos en febrero de 2019, la normalización exige cumplir unos plazos. Se abre la convocatoria para reclutar voluntarios olímpicos. Pese al ingente esfuerzo de propaganda desarrollado en los últimos cinco años, la afluencia no es entusiástica (2). No hay resistencia política ni social activa, pero hay muchos casos de resistencia ciudadana pasiva.
Tres. Desplazados que no vuelven. En 2017 el gobierno japonés retiró las ayudas económicas a los considerados desplazados voluntarios. Automáticamente esas personas dejaban de figurar en las listas de desplazados. La medida es parte de las políticas de presión para que regresen a sus antiguos municipios de residencia en la prefectura de Fukushima, ahora declarados descontaminados y seguros tras haber elevado a 20mSv/año el nivel legal de radiación. Pero los datos recogidos a principios de este mes de marzo muestran que los desplazados menores de 50 años, que son la inmensa mayoría, no piensan regresar, pese a que se edifican centros sociales y escuelas para atraerlos. (3)
Cuatro. Venga o no a cuento, las actividades olímpicas se relacionan con Fukushima. La política de normalización implica ese vínculo. El 6 de marzo se informa que el recorrido de la antorcha olímpica se iniciaría en un campo de entrenamiento de fútbol, cerca de los reactores que aún mantienen la reacción nuclear incontrolada. (4)
Cinco. La resistencia pasiva ciudadana se manifiesta cuando los proyectos de normalización implican socializar la contaminación radiactiva. Unos 14 millones de metros cúbicos de tierra y desechos contaminados por debajo de 8.000 becquerels por kilogramo deben mezclarse con materiales no contaminados para ser reutilizados en obras de cimentación, cubrimientos o directamente como tierra de parques. El objetivo del gobierno es que sólo 30.000 metros cúbicos vayan a un almacén definitivo. Esa reutilización dentro de la prefectura, etiquetaría Fukushima como radiactiva, dispersarlos por otras prefecturas levanta protestas, porque algunas ya tienen residuos propios, o ya han recibido una parte. (5)
Seis. El agua radiactiva irá a parar al Océano Pacífico más pronto o más tarde. TEPCO sabe que los 900 depósitos que contienen una parte, y que rodean la central devastada, no pueden quedarse allí las décadas o centenares de años (en función de los isotopos) hasta que disminuya la radiación. Las presiones para verterlos al océano usando diversos maquillajes de descontaminación parcial han aumentado desde enero, porque el volumen de agua radiactiva no para de crecer. (6)
Siete. Se destinan fuertes sumas de dinero a rehabilitar zonas radiactivas y a actividades de normalización, pero la mayoría de la sociedad se mantiene al margen. Se realizan actividades folclóricas y culturales en municipios considerados descontaminados, pero con una asistencia escasa. (7)
Ocho. La normalización supone dar un barniz cultural a la catástrofe en curso, y banalizarla turísticamente siguiendo los ejemplos de Chernóbil o Nueva Orleans. Agencias como Tohoku, organizan circuitos por la prefectura con un doble objetivo: demostrar que la radiactividad no es algo grave, y comerciar con la sensación de riesgo de adentrarse en zonas contaminadas por tiempo limitado. (8)
Nueve. Pese a toda la propaganda desplegada, conseguir datos reales y fiables de los impactos de la contaminación radiactiva en la salud de la población es prácticamente imposible. Las denuncias de esta situación se conocen más en el extranjero que en el interior de Japón, donde impera una política de control de la información férrea. El objetivo final de la normalización es convertir lo sucedido en Fukushima en un accidente industrial más, haciendo invisibles las secuelas de una catástrofe irreversible. (9)
Diez y once. La banalidad informativa contrasta con los desesperados esfuerzos de los grupos concienciados para dar a conocer la realidad. Mientras en Japón los medios difunden cualquier banalidad que apuntale la normalidad en Fukushima (en este caso es un tema culinario, pero hay otros muchos) (10). Científicos y altos responsables políticos, que han sufrido campañas de descrédito y acoso en Japón, realizan giras internacionales (11) para dar a conocer lo que está sucediendo y las consecuencias no conocidas de una catástrofe nuclear.
* Miguel Muñiz Gutiérrez mantiene el sitio de información web: http://www.
NOTAS
(1) 25/02/2019. http://www.mientrastanto.org/
(2) 23/02/2019. Disaster-hit Fukushima still short of volunteers for 2020 Games
(3) 09/03/2019. https://www.scmp.com/news/
(4) 06/03/2019. Olympic torch may start at Fukushima soccer ground
https://www3.nhk.or.jp/
(5) 26/02/2019. Fierce opposition to recycling radioactive soil from Fukushima. http://www.asahi.com/ajw/
(6) 10/01/2019 https://www.iaea.org/
(7) 26/02/2019. Post-disaster recovery of Fukushima folk dances lags without return of evacuees. http://the-japan-news.com/
(8) 08/03/2019. Tohoku tours shed light on life in the aftermath of the 3/11 tsunami and Fukushima nuclear disaster. https://www.japantimes.co.jp/
(9) 03/03/2019 The Fukushima Nuclear Disaster and the Tokyo Olympics. By Professor Koide Hiroaki. https://dunrenard.wordpress.
(10) 25/02/2019. Un pueblo agrícola apunta a restaurar la reputación de Fukushima con un producto: helado de habanero. https://www.japantimes.co.jp/
(11) 03/03/2019. Kolin Kobayashi, accompanying Ex-Prime Minister Naoto Kan and his wife on their antinuclear campaigning tour in France last February 2019.
https://dunrenard.wordpress.