Las semillas y los cambios climáticos
1) Diversos organismos internacionales, vuelven a alertar, sobre cómo el cambio climático está afectando a la productividad de los sistemas agro-alimentarios. Más aún, según un alto funcionario de la ONU, Castro Salazar (2016), alerta que “lo peor de la inseguridad alimentaria está por venir”. Una mezcla de factores: flujos migratorios por conflictos violentos y guerras; precarias economías; y embates ambientales-climatológicos; pueden hacer posible un colapso de la agricultura de subsistencia. Esto incrementaría los riesgos de supervivencia en los sectores sociales de bajos recursos, especialmente la población más vulnerables: los niños.
2) La crisis eco-sistemática del capitalismo ha cumplido su «misión histórica», superó los límites de la biocapacidad de la biósfera (150%). Esto le ha llevado a darse cuenta de sus propios límites. Para poder mantenerse, tiene que ocultar esta realidad, y opacarla con un miedo visceral inmediato: el terrorismo; de esta manera se convierte en un aliado estratégico del terrorismo, al que combate pero lo deja vivir y expandirse a nivel mundial, sólo lo suficiente para justificar la violencia y la guerra global que mantiene aceitada su alocada economía. Adicionalmente, usan la corrupción para ganarse adeptos y apoyo internacional en esta loca aventura, mientras destruyen la estabilidad de países que no se someten a sus designios.
3) Nuestro planeta Tierra, es quién, a la larga, va a derrotar al capitalismo. Los cambios climáticos han llegado para quedarse. De ellos estamos aprendiendo, que nuestra madre tierra y su biósfera, tienen diferentes mecanismos de mitigación, auto-regulación y auto-reproducción. Esto presagia, que frente a la devastación a la que está siendo sometida, ella resistirá y nos demostrará, que puede sobrevivir y vivir sin nosotros, pero nosotros NO podemos vivir sin ella y sus preciados recursos. (Núñez 2016).
4) Lo anterior implica, que no tiene ningún sentido, seguir promoviendo y asumiendo las mismas acciones-decisiones técnicas-políticas, que continúen degradando al ambiente y acelerando los extraordinarios cambios climáticos. Einstein, lo presagió: “una locura es hacer la misma cosa una y otra vez, esperando obtener resultados diferentes”. “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.
5) Es el caso de las transnacionales agro-alimentarias, lideradas por Monsanto-Bayer, quiénes, se empecinan en seguir imponiendo sus mitos universales. Se vanaglorian de garantizar, que con sus modernos avances científicos-tecnológicos, pueden y van a alimentar al mundo, con sus desarrollos productivos-extractivistas.
6) Todavía cuesta entender, que los propósitos primarios de los agronegocios, es producir biomasa de diferentes tipos. Los biocarburantes o biocombustibles; los bioplásticos; los biodegradables y otros tantos derivados de la biomasa natural y la seca. También obtenemos, de los distintos susbproductos utilizados en actividades agrícolas, agroalimentarias, agroganaderas, forestales o madereras. Pareciera que los cultivos alimentarios, son prioridades secundarias y siempre estarán dependiendo, de unas altísimas experticias científico-tecnológicas: los cultivos genéticamente modificados.
7) Estas corporaciones mienten, cuando afirman que pueden mejorar algunas variedades de semillas, para mitigar los distintos embates de los cambios climáticos; entre ellos, las severas sequías que estamos padeciendo. Acá se escurren varios mitos. Por cuanto, la mejoría genética de una semilla en términos de sequía, es imposible que se dé. No existe un sólo gen que la identifique o la determine. Existen toda una serie de condiciones propias de los ecosistemas (suelo, agua, la biodiversidad, las ecotecnologías y nuestras razones, bioculturales) entre otras, las cuáles determinan los distintos procesos de adaptabilidad, para cualquiera de las razas o variedades de semillas de todo el planeta. Nuestras semillas originarias, autóctonas o criollas son de resistencia poligénica. (Vélez 2016).
8) Los modelos que estas grandes corporaciones impulsan, sólo producen un 30% de los alimentos que consumimos. Por otro lado, la agricultura campesina familiar abastece 70% de los alimentos de la canasta básica, utilizando 7 veces menos territorio y 8 veces menos agua-energía respectivamente. Los mitos agroalimentarios inciden e impiden que podamos apreciar, nuestras distintas riquezas ambientales, socio-productivas y bio-culturales que afortunadamente todavía poseemos.
9) A pesar que combatimos una acelerada pérdida de diversidad biológica, en nuestra agricultura campesina Konukuera, todavía nos quedan millares de especies de semillas autóctonas. Esto nos demuestra la existencia de múltiples condiciones de adaptabilidad a las situaciones climáticas adversas (como inundaciones, heladas y sequías); un mejor manejo de enfermedades y malezas; y en muchos casos, nos han presentado mayores rendimientos y productividad de cultivos específicos. En otras palabras, nuestras semillas autóctonas tienen una adaptabilidad agroecológica, que depende de múltiples factores ambientales y prácticas socio culturales. Condiciones que no pueden ser emuladas en un laboratorio.
10) A lo largo de siglos, nuestras prácticas agrícolas campesinas y familiares han venido utilizando distintas eco-tecnologías y sus cultivos se han adaptado a sus agroecosistemas específicos. Estas son fundadas desde el diálogo de saberes y la bio-culturalidad. Procesos que enriquecen la autonomía socio-productiva.
11) En el manejo y la gestión socio-productiva, la integración, sinergia y complementaridad de las tantas ecotecnologías aplicadas, posibilitan las mejores condiciones para recuperar y proteger a nuestros suelos, con un manejo agroecológico de los mismos. Allí emergen las razones, de un suelo sano, para tener una planta sana y una planta sana para mantener un suelo sano.
12) Una de las características fundamentales de los suelos agroecológicos, es la cantidad de materia orgánica que ellos pueden producir y a la vez como ésta, puede retener cantidades de agua. Ello científicamente está bien demostrado, que la materia orgánica, actúa como una esponja en la retención de agua o humedad en el suelo. Ver ncs.usda.gov (2015) y sus propuestas de bancos de agua relacionados a la producción de materia orgánica.
13) El cambio climático llegó para quedarse. Por ello, en nuestra agricultura regional y planetaria, debemos iniciar los distintos procesos de adaptación, para combatir el terrible flagelo de la sequía. En ese sentido, la ciencia agroecológica, oportunamente, ha significado el conocimiento ancestral y está demostrando que aplicando sus principios y ecotecnologías es posible atenuar las embestidas de los cambios climáticos. No hay excusas de ninguna índole científico-técnico para negarlo. Todo lo contrario, la agroecología nos está invitando a avanzar en diferentes propuestas productivas y de investigación, las cuales deben ir orientadas a indagar y conocer las emergentes propiedades poligénicas de resistencia y otros atributos, que nuestras semillas criollas poseen.
14) Las instituciones gubernamentales venezolanas, líderes en la producción primaria de alimentos en la Gran Misión de Abastecimiento Soberano, como son los Ministerios del Poder Popular para: Agricultura Urbana; Agricultura, Producción y Tierras; Comunas; La Mujer; Educación; Ecosocialismo y Aguas; además de incentivar la producción de alimentos agroecológicos deben aceleradamente iniciar un programa, no sólo para inventariar nuestras razas y variedades de semillas criollas, sino que, también deben identificar y caracterizar los agroecosistemas, donde las variedades de semillas, se han venido adaptando a las condiciones climatológicas cambiantes.
15) Es recomendable que las Universidades ARBOL; Institutos Universitarios; Centros de investigación y otras instituciones, prioricen acciones para: valorar, estudiar y re-adaptar, la popular Guía Metodológica de Diagnóstico, Recuperación, Conservación y Difusión de Las Semillas Criollas del Grupo Semillas de nuestros hermanos colombianos, (Vélez 2016A). Su contenido es sin desperdicio. Recomiendan las especies de semillas que alimentan y protegen el suelo, protectoras de agua; especies forestales y para alimentación animal. También nos presentan un conjunto de fichas técnicas fácilmente re-adaptables a nuestras condiciones agroecológicas y toda una serie de estrategias de cómo recuperar, producir, multiplicar, conservar y difundir las semillas criollas en nuestras regiones.
16) Afirmamos, esta popular guía metodológica de semillas de nuestros hermanos colombianos, vendría a fortalecer las distintas estrategias operativas que se reflejan en nuestra popular Ley de Semilla Venezolana recientemente aprobada y que se nos amenaza con ser derogada.
17) Por todo lo propuesto, nos luce imperativo e indispensable, que desde nuestras instituciones de educación superior, organizadamente, se impulsen iniciativas de producción e investigación y bien encaminadas, en producir nuevos conocimientos científicos-técnicos, que se emanan de nuestras semillas criollas.
Referencias bibliográficas
Castro Salazar R. (2016). FAO Cambio Climático. Seguridad alimentaria y cambio climático, lo peor está por llegar. En línea.http://www.efeverde.com/noticias/seguridad-alimentaria-cambio-climatico-…
ncs.usda.gov(2015) A-hedge-againts-drought-why-healthy-soil-is-in the bank
Nuñez, M.A. (2016) Mensaje al Congreso de la Patria ¿Quién puede derrotar al Capitalismo? En línea:http://www.aporrea.org/internacionales/a226160.html.
Vélez G. (2016) Consulta personal el pasado día 05/10/2016.
Vélez G.(2016A) Guía metodológica para el diagnóstico, recuperación, conservación y difusión de semillas criollas. Grupo Semillas. Bogotá Colombia. En línea: http://semillas.org.co/es/novedades/descargue-la-guia