Carlos Belgrano •  Opinión •  11/10/2023

Netanyahu dejó entrar a Hamas para fortalecer su tambaleante Gobierno

Merced a su proyecto legislativo de una reforma judicial, para eternizar su impunidad con esta crapulenta jugada de allanarle a los terroristas, un pequeño intersticio en un sector de los alambrados que separan a judíos de sus vecinos musulmanes, este satánico desalmado, resulta ser el único y excluyente responsable de este inaudito y descabellado incidente bélico.

Quizás, para un lector desprevenido, esta afirmación pueda aparentarle como demasiado fantástica, novelesca, pero no habría que recurrir más que, a la propia historia del  Estado Israeli, para desmitificar cualquier supuesto de ficción. 

Puesto que, esas potenciales hipótesis de incredulidad ceden y prácticamente se esfuman, con solo recurrir a un acrónimo –Lehi-.

Que, entre fines de los veinte y principios de los treinta nucleó en su derredor, la primera organización terrorista fundadora a su vez del Sionismo.

Que, entre sus más destacados ataques homicidas, deben de enunciarse, la masacre de Deir Yassin, cuando en la nocturnidad de abril 9 de 1948, sibilinamente, irrumpió en esa modesta desarmada y paupérrima aldea de camelleros beduinos y, asesinaron a casi doscientos árabes allí residentes, incluyendo mujeres y niños.

Luego y para la misma época, otra célula, esta vez en el Hotel King David de Jerusalén, duplicando esa modalidad, dejaron a su paso el tendal de un centenar de funcionarios de la administración británica acribillados.

Que, prácticamente se encontraban en plena mudanza de esas instalaciones, en virtud a la inminente entrega a los israelitas de la soberanía del nuevo Estado. 

El que, coronaron con fallido atentado contra el flamante primer ministro de ese nuevo país -David Ben Gurión-, quien le intimó a Menahem Beguín -el jefe de los disidentes- que, disolviese el grupo, por la innecesidad de sus anteriores objetivos. Muchos años después de ello, se produjo el magnicidio del premier Yitzhak Rabin, quien fue ejecutado por un estudiante judío de tendencias extremistas y apadrinado por el actual mandamás.

Los dos primeros, son los sangrientos antecedentes de una corporación criminal que, los ingleses bautizaron como la Banda Stern que, además contó en su haber con el asesinato de miles de hebreos, refractarios por entonces, en sumarse a sus planes de no tomar prisioneros ni entre su propia gente.

Estimados, la historia de Israel nos da cuenta que, en sus inicios, jamás se distinguió entre propios y ajenos, para que, los ultranacionalistasse cargaran a sus propios connacionales «sin misericordia ninguna«.

Ahora Netanyahu, está consolidando cada día que transcurre, la suma del poder público que nadie le habrá de disputar, a diferencia de una semana atrás en que, estaba prácticamente conminado a renunciar y en lo inmediato ser arrestado. Si en verdad, ese realmente fue su objetivo que aquí en el DC, a medida que el tiempo pasa, va ganando los corazones de los Medios, la Casa Blanca y todos sus integrantes, se están defecando en los antepasados de este insensato.

Porque, está obligando a estos EE UU y su Naval, especialmente, a distraer ingentes efectivos y fondos para acentuar la presencia de su armada desde Gibraltar y hasta el Golfo de Omán. Y, creando un  escenario secundario que, toda la Liga Árabe surgida súbitamente y con virulencia desde el sábadoen una escalada que, como están las cosas, se encuentra ya forzando a Egipto para que  sumey de por sepultados los acuerdos de Paz en Campo David.

Que, por las simples secuelas de un efecto dominó, en toda esa simbólica media lunaya ha abandonado el status de hibernación de una nueva, virulenta y cuasi nuclear Guerra Santa. Proveniente desde el excedido y milenario nacimiento del Islam en el siglo VII de la Era Cristiana.

En una dirección paralela, tanto a la dirigencia de Hamas, Al Fatah, como Hezbollah, sabe y le consta que, la tan aclamada de una feroz contraofensiva indiscriminada por parte de Israel a un sector de 360 kms cuadrados que, habitan dos millones de seres humanos paniaguados y hacinados, será de toda imposibilidad.

Cuanto menos para implementarlo de una forma precisa y quirúrgica, a tal punto que esta vez, no admiten que así se hará. Lo cual, acredita que, una  agresión indiscriminada a campamentos de civiles desarmados se encaminará a constituirse -esta vez asertivamente en comparación al Holocuento de la Shoah– y, enmarcado en un Holocausto casi idéntico al de los turcos en perjuicio de los armenios en 1915.

Pero aunque la sangre a borbotones no llegue a las playas de Khan Yuris -ya escenario de otra masacre de palestinos en 1956- la apertura de frentes adicionales en Irán, Jordania, Marruecos, Argelia, Libia, Siria Qatar y, Saudí Arabia, multiplicando el ya abierto en Líbano, se adicionaran, al hasta ahora diletante Egipto, si como pretende Israel -reitero-, adopte a todos los palestinos como sus nuevos residentes/refugiados.

Y, esta vez, incorporada la robótica de drones y una cohetería misilística -probada al parecer con éxito por Pyongyang, esta vez, eliminará de cuajo, la notable impericia de la infantería y los tanques de las coaliciones islamitas en las guerras de los seis días y, Yom Kipur que, por entonces, las puso en desastrada capitulación y en fuga.

Quedando latente y en expectativa, si las cosas se complicaran demasiado, si Teherán –que ya tiene media docena en su poder- se atreverá o no a disparar un misil con una bomba sucia a Tel Aviv como target o en su defecto, en el centro de la pista de aterrizaje del portaaviones USS Gerald Ford que, se estacionara en la rada de Haifa, cuando arribe.

En fin, las variables e hipótesis son tan múltiples como incontables, pero algo cierto resulta de todo este sangriento conflicto para hebreos y palestinos por igual, debe de atribuirse y, es que…


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