La otra ofensiva israelí
El equipo israelí ha sorprendido a los seguidores del béisbol en todo el planeta, al debutar en el clásico Mundial de esa disciplina, venciendo a equipos de países establecidos en la cúspide de ese deporte como Corea del Sur y Taiwán.
La inmensa mayoría de los miembros del equipo son judíos estadounidenses y provienen del país que concentra en sus Grandes Ligas buena parte de los mejores peloteros del mundo, lo que se combina con el hecho de que Israel, por la llamada Ley del retorno de 1950, extiende el derecho de ciudadanía automáticamente a los judíos, sus hijos no judíos, sus nietos y los cónyuges no judíos de sus hijos y nietos siempre que practiquen el judaísmo, y el reglamento del Clásico plantea que un jugador puede competir por un país si “el jugador es un ciudadano del país que representa”.
Aunque el béisbol no se juega ni se transmite sistemáticamente por los medios de comunicación en Israel, bastó que diez peloteros estadounidenses visitaran recientemente Israel para que adoptasen la simbología de ese estado, desde una mascota que representa a un rabino con una vela de Janucá, una importante celebración judía, hasta que al escuchar el himno nacional de Israel en el terreno de juego pongan en sus cabezas una kipá, el gorro religioso tradicional judío, en una mezcla de ideología, religión y deporte en el equipo de un país que muchos consideran un estado confesional.
Lo interesante es por qué el estado israelí se ha tomado interés en un deporte que no es popular en su país ni en su entorno geográfico pero sí en un reducido grupo de países como los Estados Unidos, países asiáticos muy vinculados a estos (Corea del Sur, Japón y Taiwán) y vecinos de los estadounidenses en el Hemisferio Occidental.
Desde inicios del Siglo XXI Israel viene desarrollando diferentes acciones en América Latina junto a la más rancia derecha de la región. Son conocidos sus vínculos con personajes del antichavismo en Venezuela, como Julio Borges, o con el golpe en Honduras. En 2014,varios representantes del neoliberalismo latinoamericano (los expresidentes Luis Alberto Lacalle, Alejandro Toledo y el connotado agente CIA Carlos Alberto Montaner) junto al extremista norteamericano John Bolton, ex embajador de George W. Bush en la ONU, emitieron una carta a jefes de Estado, miembros de Gabinetes, parlamentarios y medios de comunicación de América Latina rechazando la generalizada posición solidaria existente en Latinoamérica con el pueblo palestino. La llamada Friends of Israel Initiative tiene entre sus fundadores, junto a Bolton, a los expresidentes José María Aznar (España) y Vaclav Havel /República Checa), y paraellal Montaner escribió un folleto titulado “Israel y América Latina. Una relación a desarrollar“
Recientes informaciones anuncian que, “según el plan de trabajo para los años 2017 y 2018 del Ministerio de Asuntos Exteriores difundido por Tel Aviviv”, Israel pretende renovar los lazos diplomáticos con cuatro países latinoamericanos: Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia, que rompieron esas relaciones en rechazo a los crímenes israelíes contra los pueblos árabes, lo que parece un eco tardío de la nueva política de Obama hacia la región, como siempre sucede con los subalternos.
Del otro lado, opina un analista árabe, “todo parece indicar que el eje de la Resistencia -Irán, Siria, Líbano, Palestina – no ha invertido de manera exitosa los largos años de buenas relaciones arabe-latinoamericanas”.
Venezuela y Bolivia interrumpieron sus relaciones diplomáticas con Israel en 2009 y Nicaragua en 2010. El presidente boliviano Evo Morales ha calificado a Israel de “estado terrorista”, mientras que el Presidente cubano Raúl Castro ha manifestado reiteradamente el apoyo cubano a la causa palestina, una postura histórica del gobierno cubano que rompió relaciones con Israel en 1973.
Pero la política es más compleja que armar un equipo de béisbol, y los lazos de Israel con lo peor de la derecha latinoamericana y con la ultraderecha cubanoamericana que parece entusiasmada con la llegada de Trump a la presidencia son muy fuertes, mientras los gobiernos latinomericanos que han apoyado a la causa árabe frente a Israel no suelen cambiar principios por dudosas promesas de un país que es el principal aliado de su peor enemigo.
Fuente: http://www.cubainformacion.tv/index.php/la-columna/251-iroel-sanchez/73726-la-otra-ofensiva-israeli