Con amigos como Estados Unidos no se necesitan enemigos. Donald Trump le declara la guerra económica al mundo

Donald Trump ha declarado la guerra económica al mundo, a supuestos amigos y a enemigos, hasta a los propios consumidores norteamericanos que sufrirán también las subidas de precios y las consecuencias de la guerra de aranceles que el gobierno de Trump a decidido comenzar.

Especialmente beligerante con Canadá y México, con sus vecinos, y también con la Unión Europea que son supuestamente sus aliados, continúa su guerra con China y también se la declara a los países del BRICS: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica son los fundadores de este espacio económico que sigue creciendo y aumentando el número de países asociados.

La administración Trump por supuesto no cesa en su acoso y derribo contra Venezuela y Cuba, para eso se apoya en la ultraderecha de Miami.

También le ha declarado la guerra a la mano de obra barata de la que abusan los empresarios norteamericanos, a los inmigrantes, a los latinos, a las minorías, anunciando deportaciones masivas que también afectarán a su economía.

Los venezolanos que hace dos días eran considerados refugiados políticos si hablaban mal de su país, ahora tampoco son bienvenidos, el objetivo de tumbar al chavismo en Venezuela no se ha conseguido y ahora sobran.

La guerra arancelaria de Donald Trump ha conseguido dar un frenazo en seco a la economía norteamericana que ha dejado de crecer y acabará por entrar en recesión, bajan las bolsas y suben los precios de los productos de primera necesidad para una población de EEUU que mide su felicidad en su capacidad para consumir.

Las políticas económicas de Donald Trump son malas por viejas como las de Milei son absurdas por estúpidas, las dos llevan a sus pueblos al desastre, pero en el caso de EEUU las repercusiones son globales y en el caso de Argentina el desastre es local.

Donald Trump es el amado líder de la nueva internacional fascista donde junto al multimillonario neonazi Elon Musk ha conseguido reunir a lo peor de cada casa, desde la ultraderecha vendepatrias española encarnada en Abascal con nombre de diccionario VOX, o los neonazis alemanes, o la oposición venezolana a sueldo de Washington, pasando por lo peor del fascismo, las organizaciones ultra religiosas y el sionismo genocida liderado por Netanyahu.

Los EEUU han demostrado a lo largo de la historia que no son un socio fiable, no son un aliado con quien puedas contar en las malas, por lo menos nunca hará nada gratis, como ejemplo reciente la factura que le esta pasando a Ucrania, los Yanquis no tienen amigos, son un país que se dedica al abuso y a la rapiña, ese es realmente ese «modo de vida americano».

Ese modo de vida americano lo defienden con sus invasiones, sus bombardeos, con sus mercenarios pagados desde Whasintong através de fundaciones, supuestas ONGS, o premios, con el terrorismo de Estado, con los magnicidios de jefes de gobiernos, con los golpes de Estado teledirigidos desde las embajadas americanas, con las sanciones, con los bloqueos ilegales y criminales a los países que no se arrodillan ante el amo Yanqui.

Con Donald Trump nada a cambiado demasiado con respecto a la política internacional de los EEUU, siendo realistas lo diferente son sus formas.

Desde la Casa Blanca ahora dicen claro lo que otros administraciones decían con más tacto y la misma hipocresía indecente.

Los EEUU se consideran los dueños del mundo, los amos de la humanidad, y siguen estando dispuestos a conseguir lo que quieren por las malas o por las peores. Seguir de rodillas ante un imperio en decadencia ética y moral que esta al frente de un sistema podrido y enfermo no es la solución.