PODEMOS Derechos Animales •  Opinión •  12/07/2024

A pesar de todo, no todo vale

Desde Podemos, Derechos Animales, no podemos sino protestar e indignarnos por los hechos acontecidos en la Comunidad Valenciana. Es cierto que los espectáculos taurinos, las fiestas con vaquillas, toros, etc., están protegidos por una maldita ILP contra la que en este momento se están recogiendo firmas. Luchamos y lucharemos para que esto acabe y podamos poner las cosas en el lugar en que deben estar. Lo que es cierto es que lo acontecido en el pueblo de Godelleta (Valencia) es inadmisible, inhumano y constituye un auténtico maltrato animal, con niños entre el público y a costa del erario municipal, en detrimento de cubrir necesidades reales. Los responsables, en todo momento, quisieron evitar que se filmase porque son conscientes del daño que hacen a un ser sintiente, injustificadamente. Querer divertirse a costa del dolor ajeno no puede estar justificado, no puede ser un argumento. La crueldad inherente en los espectáculos taurinos es innegable. Los toros y vaquillas son sometidos a un estrés extremo y a dolor físico, todo en nombre de una tradición que, lejos de reflejar valores culturales positivos, perpetúa la violencia y el sufrimiento. Diversos estudios han demostrado que los animales utilizados en estos eventos experimentan un intenso sufrimiento físico y emocional, lo que contraviene los principios básicos de bienestar animal reconocidos internacionalmente. Además, la presencia de niños en estos eventos es especialmente preocupante. Exponer a los menores a escenas de violencia y maltrato animal puede desensibilizarlos ante el sufrimiento ajeno y normalizar conductas violentas. La educación en empatía y respeto hacia todos los seres vivos es fundamental para el desarrollo de una sociedad más justa y compasiva. Permitir que los niños presencien y participen en estos espectáculos es una forma de educar en la violencia y la insensibilidad. Es inadmisible que fondos públicos se destinen a financiar estos espectáculos cuando existen tantas necesidades sociales sin cubrir. La inversión en servicios públicos esenciales, como la educación, la sanidad y el bienestar social, debería ser una prioridad. Utilizar el dinero de los contribuyentes para promover y mantener prácticas crueles y obsoletas es un mal uso de los recursos públicos y una falta de respeto hacia la ciudadanía. Por todo esto, es imprescindible que continuemos recogiendo firmas y trabajando para abolir estos espectáculos. Es nuestra responsabilidad moral avanzar hacia un modelo de entretenimiento y tradición que no implique sufrimiento ni muerte. La evolución de una sociedad se mide también por cómo trata a sus seres más vulnerables, y los animales, sin duda, se encuentran entre ellos. Luchamos por un mundo donde la compasión y el respeto por la vida prevalezcan sobre la crueldad y la violencia.
Por si no  tienen conocimiento de a que nos referimos:


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