Félix Madariaga Leiva •  Opinión •  12/10/2024

Boris Johnson en Chile: Una visita poco deseada

Boris Johnson en Chile: Una visita poco deseada

Hay personajes en la historia, que a pesar de haber tenido en sus manos el poder de cambiar su curso, para mejor, sólo han dejado un triste y vergonzoso recuerdo. Cada cierto tiempo reaparecen, buscando revalidarse de alguna manera, escribiendo libros, dictando charlas, visitando países lejanos para revivir esos buenos tiempos, en los que su opinión y sus acciones habrían podido, por ejemplo, detener el conflicto entre Ucrania y la Federación Rusa, evitando muertes inútiles, destrucción y la desestabilización de todo un planeta.

Estamos hablando del ex primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, quien es acusado de boicotear – apenas iniciada la guerra – la posibilidad de un acuerdo de la paz entre Ucrania y Rusia, defiendo los intereses de occidente y el imperialismo; y sí, hablamos de él porque ha sido invitado a Chile para participar el próximo17 de octubre en el XII Seminario Picton – El Mercurio, conferencia en la que se referirá a Rusia, Ucrania, Estados Unidos y China, entrevistado por el ex embajador de Chile en Reino Unido David Gallagher y por el abogado Gerardo Varela.

Boris Johnson es periodista, autor de “The Churchill Factor”, actualmente colabora con el Daily Mail de Londres, entre otros medios de comunicación. Ingresó al Parlamento el 2001, fue alcalde de Londres por dos períodos, entre 2008 y 2016, Primer Ministro del Reino Unido desde julio de 2019 hasta el 5 de septiembre de 2022, cuando tuvo que renunciar a su cargo debido a una serie de escándalos que lo vieron involucrado. Su jefe de bancada, Chris Pincher, fue acusado de acoso sexual, y aunque Johnson intentó resistir el duro golpe, la renuncia de más de 50 ministros y altos funcionarios de gobierno, que alegaron haber perdido la confianza en el ex primer ministro, lo obligaron finalmente a dar un paso al costado.

Durante meses, Johnson se vio enfrentado a una serie de críticas sobre su conducta y la dirección de su Gobierno, incluidas las fiestas ilegales que se organizaron en sus oficinas de Downing Street durante la pandemia del Covid-19 y por las que él, su esposa y otros colaboradores fueron multados.

Pero lo peor de su accionar se registró durante el intento de negociaciones entre Rusia y Ucrania. El acuerdo negociado a fines de marzo de 2022 en Estambul estaba listo para ser firmado y establecía, entre otras cosas, la neutralidad militar de Ucrania. Sin embargo, el entonces primer ministro británico, Boris Johnson, que actuó como embajador del Occidente político, no permitió que Ucrania pusiera fin a la guerra. “La preservación del Estado ucraniano y su futura expansión territorial dependen hoy, sobre todo, de cuánto dure la guerra».

Como señala Ariel Umpierrez, economista e historiador especialista en geopolítica, “quien boicoteó la paz en Ucrania con Rusia fue Boris Johnson”. 

Hay muchas fuentes, de distintos sectores, que afirman que los ingleses fueron los principales actores en aniquilar la posibilidad de la paz, obviamente con la aprobación de Estados Unidos; y también hay muchas fuentes que afirman que fue Boris Johnson el que destruyó el borrador que el representante de Ucrania estaba dispuesto a firmar y en el que se establecían ya una serie de puntos de acuerdo. Sin duda la negociación estaba avanzada, lo reconoció el ex primer ministro de Israel, Naftali Bennett, quien ha señalado en diversas entrevistas que “ambas partes deseaban fervientemente un alto el fuego”. Entonces la paz era más que necesaria en ese momento, “porque Zelenski sabía que iban hacia el suicidio, pero Johnson le aseguró que contaría con el apoyo de occidente, le dijo quédate tranquilo, te enviaremos armas, bombas y seguiremos entrenando a tu gente, enviaremos expertos militares, por eso la OTAN es parte de esta guerra”, explica Umpierrez.

¿Quién está detrás de esta invitación a Chile?

La última vez que Johnson visitó Chile en calidad de primer ministro se reunió, en mayo de 2018, con el ex presidente Sebastián Piñera y el ministro de relaciones exteriores Roberto Ampuero para discutir sobre una mayor colaboración en materias de seguridad internacional, defensa y oportunidades comerciales post-Brexit. Y no sorprende que detrás de esta poco deseable invitación esté el diario El Mercurio, reconocido medio de comunicación golpista y tendencioso, que recibió millones de dólares de Estados Unidos para derrocar el gobierno de Salvador Allende en 1973.

El otro anfitrión, Picton, es menos conocido, fundada en 2011, tiene oficinas en Santiago (en la comuna de Las Condes), Costa Rica y Colombia, y lo poco que sabemos de ellos es que son “asesores y gestores de inversiones enfocados en las necesidades de clientes institucionales y altos patrimonios en Latinoamérica”, como se describen en su página web (www.picton.cl).

Fundada por Gregorio Donoso, ingeniero comercial de la UC; Matías Eguigurren, ingeniero comercial de la UDP, fue asesor directo del ministro del Interior en 2011, durante el primer gobierno de Sebastián Piñera; Augusto Undurraga, ingeniero comercial de la Finis Terrae y José Miguel Ureta, ingeniero civil industrial de la UC.  También organizan un seminario anual que reúne personajes controversiales y muy cercanos al capitalismo y la política occidental. Entre sus invitados se cuentan el ex presidente de Argentina Mauricio Macri, y para celebrar sus 10 años, el invitado fue el ex primer ministro británico, el conservador David Cameron.

¿Pero, porqué invitar a Johnson a Chile?

No comprendemos muy bien el objetivo de la visita de Boris Johnson a Chile y no nos gusta, pero nosotros no nos manejamos en las altas esferas de las finanzas ni en los meandros de la geopolítica internacional, sólo vivimos en el país real, ese que nos golpea en la cara con su desigualdad, ese país real que el capitalismo ha enfermado convirtiendo a las personas en consumidores, que intenta negar la historia y nuestra memoria. Y no, no nos gusta que por nuestras calles camine uno de los principales responsables del fracaso de los acuerdos de paz entre Rusia y Ucrania. Y no, no nos gusta porque la lección que aprendimos en 1973, aún nos duele, esa que vio como empresarios, medios de comunicación y potencias extranjeras, eran capaces de destruir los sueños de un pueblo para defender sus intereses.


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