Andrés Expósito •  Opinión •  13/01/2017

Estado de copia

Nos movemos en un estado de copia.  Un registro de no autenticidad se integra cada vez más en nuestro presente, se hace garante y característica de todos nuestros actos.  Somos empujados a ello por una gran ola social que lo empuja e inunda todo a su paso.

Gran muestra de ello son esos nuevos lugares de encuentro, esos hábitat digitales de reunión, grupos de wasap, facebook y otros, donde múltiples de los miembros que acuden un día y otro a expresar y a comentar lo cotidiano, no cesan de exhibir protagonismo, exaltan o exageran en buena medida sus vidas, constatan otra realidad.

Son esos nuevos hábitat digitales de reunión una copia distorsionada del bar o el parque, o la cafetería, y en la que, la posibilidad de adulterar o armar castillos de arena con la vida por cada uno de los miembros queda evidenciada en múltiples casos, y en símil medida queda constatado, y en creciente progresión también, la negativa de muchos de esos miembros a salirse de esos hábitat y comulgar con lugares o reuniones auténticas, pues quedaría, con toda seguridad, desbaratado todo el complejo armado en dichos lugares de congregación digital.

Nos movemos en un estado de copia que nos aleja de toda autenticidad, y en lugar de utilizar esos nuevos lugares de encuentro digitales como herramientas para proporcionar una mayor cercanía, y luego dirigirnos hacía la autenticidad de una cerveza o un vaso de vino sobre la barra de un bar, hacemos de esos hábitat digitales una caverna de la que no queremos salir, manteniéndonos inertes tras una pantalla.

                                                                                  Andrés Expósito, escritor

                                                                                 www.andresexposito.es


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