Elson Concepción Pérez •  Opinión •  13/01/2022

Kazajistán: reflexión en desarrollo

El secretario de Estado kazajo, Erlan Karin, calificó los violentos disturbios que tuvieron lugar en su nación a principios de enero como «un ataque terrorista híbrido» para provocar la desestabilización y el golpe de Estado.

Kazajistán: reflexión en desarrollo

Nadie evalúe lo ocurrido por estos primeros días de 2022 en Kazajistán como algo aislado, salido solo de la iniciativa de grupos de inconformes con la subida del precio de combustible.

El secretario de Estado kazajo, Erlan Karin, calificó los violentos disturbios que tuvieron lugar en su nación a principios de enero como «un ataque terrorista híbrido»  para provocar la desestabilización y el golpe de Estado.

Y, aunque es un tema en desarrollo, me permito hacer esta reflexión tomando en cuenta aristas que pueden guardar relación directa con los hechos.

El primer paso es ubicar geográficamente a ese país y describir algunos de sus componentes económicos, sociales y culturales. Kazajistán comparte 7 644 km de frontera con Rusia y 1 765 km con China. Es posible entonces que quienes desde Occidente se empeñan en desestabilizar a esas dos potencias,  apoyaran tales acciones, para lo que se usó, como mecha explosiva, la subida de los precios del combustible.

La situación fue haciéndose incontrolable y el presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáev, solicitó la ayuda (que concluyó esta semana) de la  Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), que integran Rusia, Armenia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.

Occidente se alborotó cuando vio llegar a territorio kazajo los primeros aviones con militares de estos países. Incluso, algunas agencias tildaron la acción como una «intervención rusa».

El primer contingente de paz de la OTSC llegó a Kazajistán el 6 de enero, después de que ese país invocara el artículo 4 de seguridad colectiva para hacer frente a lo que llamó «ataques terroristas».

El presidente ruso, Vladimir Putin, en una cumbre virtual de la citada organización, destacó que la OTSC logró tomar las decisiones necesarias de forma rápida en «horas contadas para impedir la ruptura de los cimientos del Estado y poner freno a terroristas, delincuentes, saqueadores y otros elementos criminales».

Recordó Putin que en los disturbios masivos en Kazajistán se empleó la misma táctica que en las protestas en Ucrania, que terminaron con el derrocamiento de su presidente, Víktor Yanukóvich, en 2014. «Al parecer se usaron a grupos armados preparados en los campos de entrenamiento de terroristas en el extranjero, como dijo el presidente Tokáev», remarcó Putin.

Incluso, algunas fuerzas acudieron al ciberespacio y las redes sociales para reclutar extremistas y terroristas, denunció.

Putin recalcó que los países de la OTSC no permitirán a nadie llevar a cabo las llamadas revoluciones de colores en sus territorios. «Los sucesos en Kazajistán no fueron los primeros ni tampoco serán los últimos intentos de injerencia contra nuestros países», advirtió.

En tal contexto vale tener muy presente a Ucrania, otro país fronterizo con Rusia, al que tanto la OTAN como Estados Unidos lo usan como trampolín en su cerco militar contra Moscú.

En cuanto a la situación en Kazajistán hago un paréntesis: hasta este lunes la cifra de muertos superó los 164, más de mil heridos, la destrucción de instalaciones gubernamentales, comercios, vehículos y muchos otros. El Gobierno kazajo informó de más de 8 000 detenidos por dichas acciones.

El sitio digital Sputnik aporta interesantes datos sobre el país que considera «superestratégico» en Asia Central: 20 millones de habitantes en 2,7 millones de kilómetros cuadrados, con un pib de 181 194 millones de dólares (datos de 2019). Es el doceavo productor de petróleo del mundo, con 1,85 millones de barriles diarios, y el productor de gas natural número 30 a escala mundial.

Los campos petroleros más importantes son los de Tengiz y Karachaganak. El primero explotado por las estadounidenses Chevron (50 %) y Exxon (25 %), junto a la estatal kazaja Kazmunaigas (20 %) y la rusa Lukoil (5 %). El otro mayor campo petrolero, el Karachaganak, se localiza al norte del mar Caspio, a pocos kilómetros de la frontera rusa, y también está explotado desde 1997 por un consorcio de compañías extranjeras: Agip (32,5 %), British Gas (32,5 %), Chevron (20 %) y Lukoil (15 %).

Estos y otros muchos elementos me hacen coincidir con expertos de la zona euroasiática, en cuanto a asegurar que «es imposible creer que las protestas en Kazajistán estallaron de manera espontánea». Muchos recursos naturales y una privilegiada ubicación geográfica entre Rusia y China, me hacen pensar que lo ocurrido no es ajeno –todo lo contrario– a los intereses de Occidente y su plan de desestabilizar la región y crear un clima aún más peligroso para el mundo.

Fuente: https://www.granma.cu/mundo/2022-01-12/kazajistan-reflexion-en-desarrollo-12-01-2022-22-01-09


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