Toros torturados durante las fallas
Más de la mitad de la población española se posiciona como abolicionista de la tortura y humillación pública de los animales, mientras que el 75% no acepta que se subvencione este espectáculo de tortura llamado tauromaquia (según las últimas encuestas, de EM-Analytics).
A estos datos, hay que sumar las estadísticas claras del Ministerio de Cultura: ni siquiera el 2% de la población asistió durante 2022 a un acto taurino, siendo más de una cuarta parte de las entradas a estos actos gratuitas.
Durante estas fallas y en diferentes lugares de España, toros son torturados, humillados y sufren hasta que caen desplomados con una lenta agonía y todo esto recibe una gran cantidad de dinero público pese al rechazo social que está más que demostrado, pues nadie en su sano juicio paga por divertirse viendo como le clavan banderillas y se va desangrando lentamente.
Por si el mundo taurino no había caído ya suficiente bajo, llegaron a aprovechar la desgracia del incendio que se cobró la vida de varias personas y animales para ofrecer una corrida de toros benéfica y utilizar el dolor, la desgracia y la miseria para lavar su imagen queriendo desangrar animales en nombre de las víctimas y de un inexistente, perverso y cínico «altruismo».
España es de los pocos países que sigue permitiendo esta aberración en pleno siglo XXI y mantenida por poderosos, grandes empresarios, políticos cobardes, medios de comunicación y millones y más millones de dinero de nuestros impuestos que servirían para solucionar prácticamente todos los problemas del país.
El pasado domingo una concentración de Animanaturalis y otra esa misma tarde de Dénia Animal Save rechazaban la temporada taurina de fallas en la que la tortura incoherente y sádica vuelve a ser protagonista.
Por otro lado, el sábado hubo una charla en Valencia para explicar una iniciativa nacional que pretende desproteger la tauromaquia como puedes leer en noesmicultura.org para sumarte a esta urgente campaña.
SUFRIMIENTO, TORTURA Y HORROR
María González, veterinaria y co-fundadora del santuario de animales La Vida Color Frambuesa, responde en una entrevista publicada en El Salto Diario que “el toro sufre como cualquier individuo con sistema nervioso central. Sufre desde el momento que es acosado para subirse a un camión, sufre miedo, pánico en el trayecto. Los gritos, la oscuridad, todo eso es procesado por su cerebro como algo desconocido, como algo peligroso”.
Esta especialista recuerda también que los toros son animales herbívoros y que está en su naturaleza “huir del peligro en lugar de enfrentarse a ello. Para ellos verse acorralados ya supone un tremendo estrés psicológico con el sufrimiento que esto conlleva, el estrés afecta a la presión sanguínea, al sistema inmunológico y al delicado sistema digestivo de un rumiante como es el toro. A nivel físico poco queda por decir, que atraviesen tu piel, tus músculos y tus órganos es doloroso, muy doloroso, que el toro jadee, se asfixie, pierda visión por los movimientos bruscos de cabeza y la falta de oxígeno que daña sus nervios oculares, que se ahogue en su propia sangre”.
El toro sufre, “por supuesto que sufre”, concluye González. “El análisis de algunos parámetros sanguíneos como marcadores de estrés y de la función muscular, así como los cambios de pH y la concentración de gases en sangre son indicadores que no dejan lugar a dudas acerca del sufrimiento”.
Además, la verdad es que basta tener un mínimo de empatía y sentido común para saber que el toro sufre horrores hasta la muerte en estos violentos eventos y además, AVATMA (asociación de veterinarios abolicionistas de la tauromaquia) reúne a más de 600 profesionales y en su página web no solamente hay informes veterinarios demostrando todo el horror que sufre este animal indefenso, también hay diferentes artículos desmontando el oscuro mundo de la tauromaquia.
Recordemos que la víctima de una corrida de toros no solamente son estos animales, también lo son los caballos condenados a la miseria, el egoísmo y el sadismo subvencionado con cantidades indecentes de dinero público que se están quitando a muchas causas importantes, pues la tauromaquia pese al rechazo recibe dinero de la Diputación de Valencia (y muchas otras), Generalitat Valenciana, ayuntamientos y un montón de sitios más.
Ahora tenemos en las instituciones Valencianas a una persona (Vicente Barrera de Vox) cuyo único «mérito» en la vida ha sido torturar hasta la muerte y causar un tremendo sufrimiento a animales indefensos y el Ayuntamiento de Valencia a través del PP (Partido podrido) también devolvió eventos sádicos como el toro embolado suprimido por el anterior gobierno con Joan Ribó a la cabeza.
300.000 euros de dinero público de la Generalitat Valenciana fueron no hace mucho de forma directa a Madrid, ciudad en que se encuentra la oscura Fundación Toro de Lidia y cuya pasta de tus impuestos sirve para “la promoción y realización de actividades y festejos taurinos”.
INFANCIA ADOCTRINADA EN EL MALTRATO ANIMALEl Partido Animalista PACMA ha formalizado su demanda contra la Conselleria de Justicia e Interior, Nautalia Viajes S.L. (arrendataria de la Plaza de Toros de València) y la Diputación de Valencia (titular de la Plaza), por la asistencia de menores a corridas de toros durante las Fallas de 2022.
La formación política ha denunciado en un comunicado que ni la Generalitat, ni la Diputación ni Nautalia han restringido el acceso de los menores, sino que se ha «fomentado mediante de la organización de un palco infantil».
Para PACMA, se estaría infringiendo la Ley de derechos y garantías de la infancia de la Comunitat Valenciana, que prohíbe la asistencia de menores a «espectáculos cuyo reglamento contemple la producción de daños físicos o psíquicos sobre personas o animales», así como su acceso a «recintos donde tengan lugar actividades o espectáculos violentos».
Tras el archivo de la denuncia inicial, presentada ante la Agencia Valenciana de Seguridad, PACMA recurrió a la Conselleria de Justicia e Interior.
PACMA ha explicado que ambos organismos de la Generalitat cuestionaron que las corridas puedan ser consideradas espectáculos violentos, por lo que la organización política ha decidido recurrir en vía judicial.
La abogada, candidata a las elecciones europeas y vicepresidenta del Partido Animalista, Cristina García, ha calificado como «ridículo pretender que las corridas de toros, cuya regulación prevé el uso de armas como puñales, arpones y espadas, con la finalidad de herir gravemente a un animal hasta causarle la muerte, pueda no ser considerado un espectáculo violento».
PACMA ha aportado distintas imágenes en las que se observa que las personas adultas que acompañan a los niños en determinados momentos les tapan los ojos para evitar que vean «las terribles escenas que se suceden en el ruedo».
En su demanda, PACMA ha insistido en que el Comité de Derechos del Niño de la ONU manifestó de manera reiterada que la tauromaquia es una actividad «de la que es necesario proteger a la infancia».
En 2018, entre las Observaciones finales sobre los informes periódicos de España, la incluyó en el apartado «Violencia contra los niños», recomendando prohibir la participación de menores «como toreros y como público en espectáculos de tauromaquia».
Según el equipo legal del Partido Animalista, la propia Ley de derechos y garantías de la infancia y la adolescencia de la Comunitat Valenciana establece la obligación de los poderes públicos de «adoptar las medidas necesarias para proteger a los menores de cualquier forma de violencia».De hecho, han indicado que la misma ley no permite la emisión de imágenes de espectáculos que impliquen maltrato animal.
PONEN A LA INFANCIA EN PELIGRO
Yo mismo soy testigo cada año de cómo incluso con carros de bebés entran a la plaza gente de todas las edades y pese a ser una minoría muy pequeña de la sociedad, quieren inculcar la violencia y tortura de los animales para que las futuras generaciones la sigan apoyando.
Lo mismo en Bous al Carrer, pues en muchos pueblos este pasado verano se ha documentado como niñas se tapaban horrorizadas la cara o estaban literalmente tiradas en la grada de cualquier manera a altísimas horas de la madrugada y sin supervisión alguna e incluso en muchas ocasiones los menores son expuestos a un peligro de muerte como hemos visto en multitud de ocasiones y por poner un ejemplo, el atropello de una persona menor de edad en Alfafar que fue corneado en diferentes ocasiones por una vaca pese a que su participación es completamente ilegal y la plataforma antitaurina de Alfafar junto a otros colectivos, tenemos pendiente acciones legales contra los padres, la peña taurina y el Ayuntamiento de Alfafar (vamos a por todas y que salga el sol por donde quiera).
El artículo 70 de la ley 26/2018, de la Generalitat Valenciana, no deja ningún género de dudas: “Las personas menores de edad no podrán participar ni asistir a competiciones deportivas o espectáculos cuyo reglamento contemple la producción de daños físicos o psíquicos sobre personas o animales o puedan implicar riesgos para la salud o seguridad del menor”.
La Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, recoge en su preámbulo que la protección de las personas menores de edad es una obligación prioritaria de los poderes públicos, reconocida en el artículo 39 de la Constitución Española y en diversos tratados internacionales, entre los que destaca la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y ratificada por España en 1990.
Sorprende ver el silencio de las entidades de infancia pese a que los máximos expertos como el comité de derechos del niño de la ONU son claros, la ley es clara y todo lo documentado es demasiado explícito suponiendo un riesgo claro para las niñas y niños cuyos padres pasan olímpicamente de ellos, pues a la vista está de que no les preocupa su educación, su futuro y ni siquiera su integridad física.
EL SADISMO NUNCA SERÁ ARTE NI CULTURA
El toro es un animal herbívoro y pacífico. Su tendencia cuando se siente amenazado es a huir en vez de atacar, y solo tras ataques directos y castigos, se consigue alterarlo.
Días antes de su debut en la plaza de toros, se les priva de comida y bebida y se les recortan y liman los cuernos para que sean más débiles. Cuando van a salir, se les clava la divisa (un objeto punzante más pequeño que los que les clavarán más tarde), para que salgan de manera brusca y parezcan más fieros.
El toreo se divide en tres perversas partes: el tercio de varas, el tercio de banderillas y el tercio de muerte o muerte suprema. En el tercio de varas, el torero introduce una puya (lanza) que penetra hasta 40 centímetros, y realiza movimientos para desgarrar la carne del toro, provocándole una fuerte hemorragia y un dolor insoportable.
En el segundo tercio se le clavan en el lomo seis banderillas, de unos setenta centímetros de longitud. Estas suelen ser de los colores de España o de comunidades autónomas, y su único fin es humillar al toro y hacer que agache la cabeza como consecuencia del dolor.
Una vez sucedido esto, se llega a la tercera y última parte: el tercio de muerte suprema. Cuando el toro tiene la cabeza agachada, se le penetra con el estoque, una espada de un metro con la cual se le atraviesa el corazón, lo que le provoca una agónica muerte.
Y esta es la única verdad que hay sobre la tauromaquia, un espectáculo basado en la tortura, humillación y sadismo contra los toros y caballos, pero que además parasita los recursos públicos, vulnera los derechos de la infancia y esconde una realidad tan perversa como oscura.
Por ello, jamás he apoyado una corrida de toros ni la tauromaquia en ninguna de las formas que debe prohibirse como la gran estafa que es, pero para mí lógicamente es lo mismo una vaca que un toro y aunque a priori pueda parecer algo lógico, rechazar productos como la carne o los lácteos substituyendo por deliciosas y sencillas alternativas vegetales, evita una tortura mucho peor a las vacas y lo mismo puedes hacer con cualquier producto de origen animal buscando recetas para optar por la alternativa vegetal, pues es necesario ampliar la compasión a todas las especies de animales y subsidiariamente, también es la solución a lacras como el hambre en el mundo, problemas de salud y la crisis climática que atravesamos.
Por los toros, por las vacas y por todos los animales con los que tenemos la suerte de compartir este mundo luchamos cada día y por ello, exigir la prohibición total de la tauromaquia y que mientras tanto, se pongan todos los medios para proteger a la infancia de esta criminal actividad y no destinar a la misma ni un céntimo de nuestros impuestos.
Durante estas fallas, 60 toros y varios caballos pasarán por esta situación infernal, inhumana y despiadada que encima se ampara en la tradición o en un falso sentimiento patriótico.
En redes sociales puedes encontrar mi página de activismo como «Diego Nevado Martínez» y recuerda que si de verdad queremos acabar con el maltrato animal, debemos poner de nuestra parte y por ello, recordarte que visites noesmicultura.org para ayudar a que la tauromaquia pueda ser desprotegida y apartada del patrimonio cultural, pues debemos defender la cultura que nos representa y no la que nos enfrenta y avergüenza.