Federico Rubio Herrero •  Opinión •  13/10/2024

1943, año mágico para la lucha guerrillera en la URSS

A comienzos de 1943, en la retaguardia de las tropas fascistas alemanas operaban alrededor de 250.000 guerrilleros armados, que se apoyaban directamente en reservas ocultas: Los destacamentos de autodefensa y autoprotección y otros grupos, en los que había encuadradas centenas de millares de patriotas. El desarrollo numérico, la elevación de la combatividad de los destacamentos y agrupaciones de guerrilleros y el mejoramiento del suministro de armas, municiones y medios de voladura y minado dieron impulso a su lucha y permitieron utilizarlos con mayor claridad de objetivos.
 
En el curso de la campaña de verano y otoño se asestaron duros golpes a las comunicaciones de los alemanes. Los guerrilleros obstaculizaron la reagrupación del enemigo y el transporte de refuerzos y el material de guerra, prestando de ese modo una inmensa ayuda al Ejército Rojo. La operación realizada por los guerrilleros en agosto y la primera quincena de septiembre de 1943, que ha pasado a la historia con el nombre de «la guerra de los raíles», fue verdaderamente grandiosa por sus proporciones, por el número de las fuerzas que participaron en ella y por los resultados obtenidos. La planeó el Estado Mayor Central del movimiento guerrillero, siendo preparada con mucho tiempo y minuciosamente. El objetivo principal de esta operación consistía en paralizar el traslado de hitlerianos por ferrocarril mediante la voladura masiva simultánea de los raíles. Participaron en ella los guerrilleros de las regiones de Leningrado, Kalinin, Smolensk y Oriol, de Bielorrusia y de una parte de Ucrania. Empezó en la madrugada del 3 de agosto de 1943. Esa misma noche fueron volados más de 42.000 raíles. Las voladuras masivas de vías férreas continuaron durante todo el mes de agosto y la primera quincena de septiembre. Ya a finales de agosto habían sido inutilizados más de 170.000 raíles, lo que equivalía a 1.000 kilómetros de vía férrea de un carril. A mediados de septiembre, el número de raíles volados llegó a casi 215.000. El 19 de septiembre se inició una nueva operación de los guerrilleros con la misión de romper en masa las comunicaciones ferroviarias del enemigo. Su nombre convencional era «concierto». Esta vez, la lucha abarcó nuevas regiones, incorporándose a ella los guerrilleros de Carelia, Estonia, Letonia, Lituania y Crimea. Los golpes de los guerrilleros cobraron más fuerza aún. Mientras que en la primera etapa de la operación «la guerra de los raíles» tomaron parte 170 brigadas, destacamentos y grupos guerrilleros, en los que había encuadrados unos 96.000 hombres, en la segunda fase fueron 193 brigadas y destacamentos, con unos efectivos de más de 120.000 hombres.
 
En 1943, también intensificaron su acción los soviéticos que combatían en la clandestinidad. Fue una verdadera leyenda la actividad de N. Kuznetsov, que mató de un tiro de pistola a Funk, magistrado supremo de Ucrania, secuestró, en unión de un grupo de agentes de información soviéticos, al general Ilgen, de Rovno, y dió muerte a dos ayudantes del comisario general de Ucrania, E. Koch. El temerario luchador realizó numerosos asaltos audaces a instituciones hitlerianas.
 
Admira el valor y heroísmo de los luchadores clandestinos de Minsk. De su entrañable amor a la patria, entereza y valentía es testimonio la operación efectuada en casa del gobernador general hitleriano en Bielorrusia, W. Kube. Cumpliendo la misión de los luchadores clandestinos, la valiente patriota soviética E. Mazánik, pasó una mina en su bolso por la puerta de esta casa, que estaba muy vigilada, y la puso en su lecho. El reloj de la infernal máquina se paró a media noche y Kube saltó en pedazos por el aire. La pena del pueblo biolorruso había sido ejecutada. En esta operación participaron activamente los luchadores clandestinos M. Drozd, M. Osipova y N. Troyán.
 
Fuente: Instituto de marxismo-leninismo. Moscú.    

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