André Abeledo Fernández •  Opinión •  13/10/2024

Ni día de la “Hispanidad”, ni día de la “Raza”, no celebremos el genocidio de los pueblos de América

La patria de la Fiesta Nacional, de las cruzadas, de la legión, y del viva la muerte, la del día de la Raza inventado por el dictador Francisco Franco, y que hoy llaman el día de la Hispanidad, no tiene nada que ver conmigo.

La patria casposa del señor obispo, y del viva el Rey, esa patria rancia y vieja, no es la mía. Es la de los miserables que siembran miseria, la de la corrupción, la de los desahucios, la del paro, la del trabajo basura, la de la represión, la  ley mordaza y el miedo.

Esta no es mi patria, tengo matria y patria, mí matria es Galiza, y mi patria es la clase obrera, mi patria es la de un pueblo que esta muy por encima de sus gobernantes, un pueblo aún dormido que debe despertarse y recuperar la conciencia de clase para ser consciente de su propia fuerza.

El 12 de Octubre es el día de la “Hispanidad”, o de la raza, o de la virgen del Pilar, ni lo tengo claro ni me importa, lo que me duele es que lo celebremos, que hagamos fiesta en recuerdo de las culturas y las civilizaciones precolombinas.

Cristóbal Colón, que se dirigía a la India tropezó con lo que hoy conocemos como América, por casualidad, ese día fue el pistoletazo de salida para el genocidio de los pueblos que ya habitaban el continente americano.

Desde ese día les hicimos el “favor” de darles a conocer la palabra de Dios a sangre y fuego, comenzó un gran saqueo de riquezas naturales que permitió a la corona española seguir financiando las guerras donde mandaban a morir a su propio pueblo, un pueblo que en la madre patria seguía pasando hambre, sufriendo abusos, y comido por los piojos.

La iglesia católica comenzó en América su nueva cruzada contra los infieles, les llevamos torturas, mutilaciones, violaciones, y enfermedades que se convirtieron en terribles epidemias para aquellos pueblos.

Comenzó también la destrucción de culturas milenarias, miles de años de estudio tirados a la basura, todo un patrimonio de incalculable valor quemado en la hoguera en nombre de Dios, y de España.

Nunca me veréis compartir ninguna celebración junto a la cabra de la legión, pero es normal ver a mucho facha, a muchos neoliberales, pero también a muchos sociolistos, y a muchos progres de nuevo cuño, besar la mano de sus amos y acatar el nacionalcatolicismo y el españolismo como religión imperante.

Durante este 12 de Octubre el discurso del orgullo «Imperial» y de la grandeza colonial del pasado regresa cada año desde las catacumbas del pensamiento a la actualidad política, ahora recordamos aquel pasado de guerras interminables, de sangre, hambre y fuego con el destello dorado del oro robado que nunca le llegó a los pueblos de España, solo a la casa real, a los «nobles», y a pagar más guerras por todo el mundo.

En los canales de televisión retransmiten series al estilo telenovela sobre los Reyes Católicos o Carlos V, tratan de dar «glamour» a una época oscura donde el pueblo trabajador vivía en la miseria, y era reprimido con brutalidad cuando trataba de revelarse ante la injusticia.

Algunos pretenden centrar el debate en si el Imperio español asesinó, torturó, y saqueó más o menos que otros imperios.

Pero la cuestión no es quien ha matado o torturado más a lo largo de la historia, la cuestión es mantener como festivo en el calendario un día  para celebrarlo.

Es verdad que los imperios precolombinos también se impusieron por la fuerza a otros pueblos, nadie lo niega, desde el Imperio Maya, al Inca, o al Azteca, recordemos que los Olmecas en un primer momento vieron como aliados y libertadores a los españoles, y lucharon junto a ellos para liberarse del yugo Azteca.

Nadie puede discutir seriamente que el imperialismo esclaviza a los pueblos y ejerce la violencia para conquistarlos, venga de donde venga.

Las culturas aborígenes fueron perseguidas y destruidas hasta donde el Imperio español en nombre de Dios fue capaz.

Debemos denunciar el sin sentido de mantener un día para celebrar la barbarie imperialista.

El dictador fascista y genocida Francisco Franco lo llamó el día de la «Raza», ahora lo llaman el día de la «Hispanidad».

Lo considero algo macabro y vergonzoso, el celebrar la violencia, es innegable que hubo un genocidio racial y religioso, la población indígena americana se vio diezmada drásticamente tras la llegada de los conquistadores.

Fue una conquista brutal, ayudada por las epidemias de gripe importadas por los conquistadores, las culturas aborígenes fueron perseguidas y destruidas por el Imperio español en nombre de Dios y el Rey.

Existió la trata de esclavos como denunció Bartolomé de las Casas por mucho que sobre el papel lo prohibiese la ley y los reyes Católicos, los indios fueron esclavizados hasta la muerte.

El expolio de recursos en América financió las guerras en Europa y el pago a mercenarios, ejemplos como las minas de Potosí donde miles de «indios» dejaron sus vidas en trabajos forzados alimentados con hojas de coca para que soportasen las terribles condiciones de trabajo por más tiempo, antes de caer muertos por el cansancio, estos ejemplos demuestran hasta donde llegó la brutal avaricia de los conquistadores.

No se trata ahora de utilizar el recurrente «y tú más», la disculpa de «no fuimos los únicos, ni los primeros», no tiene sentido  comparar las barbaridades cometidas por Hernán Cortés con las que cometió Gengis Kan o Julio César, o el Imperio mongol con el español o el romano.

El 12 de Octubre los pueblos no tienen nada que celebrar porque nada bueno sacaron de su encuentro.

Los pueblos de la península ibérica siguieron pasando hambre y sufriendo abusos, el oro robado en América sirvió para financiar guerras donde los enviaban a morir, como los nativos americanos, el oro robado no se utilizó para mejorar las condiciones de vida de los pueblos de España en la miseria.

Tampoco entiendo que se pueda seguir manteniendo que es posible descubrir un continente como si se tratase de una vacuna o un insecto, me parece una ridiculez mayúscula, el continente ya estaba allí y muchos habían estado antes.

Ni el imperialismo, ni el colonialismo, ni el capitalismo, pueden ser festejados por los pueblos que lo sufren.


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