Orgulloso de ser comunista y creer en la utopía de construir una sociedad más justa para todos
Soy clase trabajadora orgullosa y consciente, hijo y nieto de trabajadores, amo a mí clase y me siento orgulloso de lo que soy, y de donde vengo, la única herencia que tengo no tiene precio, nadie la puede comprar, se llama dignidad, y se tiene para siempre, porque con el dinero comprarla no se puede.
No tengo envidia de nadie, no quiero ser como nadie, no me gustaría tener la vida de otra persona. Lo que quiero es poder tener una vida plena, que nadie pretenda pisar mí dignidad como persona, no soy siervo, no tengo amo, ni Rey, ni Dios.
En una ocasión, cuando mis hijos eran pequeños me preguntaron: ¿que es ser comunista?, recuerdo lo que les expliqué aquel día, y es una definición que ahora repito cada vez que alguien me hace esa pregunta.
Un comunista es una persona que piensa que cualquier persona, por el hecho de haber nacido tiene derecho a una vida digna y a tener sus necesidades básicas cubiertas, es una persona que piensa que la economía tiene que estar al servicio del ser humano y no el ser humano al servicio de la economía, es una persona que piensa que tenemos que trabajar para vivir y no vivir para trabajar, es quien considera que la patria es la clase obrera y quién piensa que la solidaridad, la igualdad, la fraternidad, y la justicia social son los cimientos de un futuro socialista.
Sin superar el régimen del 78 no habrá cambio, sin recuperar la conciencia de clase no podremos superar el régimen del 78.
Son tiempos confusos, sin duda nos encontramos ante el fin de un ciclo, nos encontramos con una crisis sistémica diferente a otras provocadas por el capitalismo, esta es también una crisis de sobreproducción y de escasez de recursos energéticos donde se producen grandes choques entre potencias por el control geopolítico del mundo y sus recursos.
En China cuando te echan una maldición lo hacen con una frase muy curiosa y a mi entender aún más acertada, “espero que vivas en tiempos interesantes”, y en estos tiempos de grandes cambios para bien o para mal nos toca vivir.
enseñanza, con precios de la luz y del agua que no dejan de subir para dar beneficios económicos a una minoría que cada día es más rica a costa de que seamos más pobres, con más represión cuando ejercemos el derecho a la protesta y nos movilizamos.
Se hace necesaria la unidad popular, la unidad de la izquierda rupturista y transformadora, la unidad de la clase obrera
La lucha del pueblo no debe estar limitada a defendernos y reivindicar el respeto a nuestros derechos. Para ser eficaces tenemos que lograr cambios reales en la estructura política, económica y social del país, cambios para sacarle el poder a quien realmente lo tiene y para evitar que la riqueza que producimos con nuestro trabajo sea apropiada por una minoría que solo piensa en llenarse el bolsillo.
Por todo esto para los comunistas la lucha por la República no es solo la lucha para recuperar un régimen democrático en el que la jefatura del estado sea elegida por la ciudadanía en las urnas y con un mandato por un tiempo limitado. Para nosotros la lucha por la República es la lucha por conquistar un régimen al servicio del pueblo y gobernado por el pueblo, para que los derechos del pueblo, comenzando por el derecho al trabajo, no puedan ser pisoteados nunca más por la minoría de los grandes ricos.
La República de la que hablamos y defendemos, tendrá como principal obligación poner el poder político, económico y social al servicio del pueblo trabajador, y debe ser la herramienta para lograr que impere la justicia social.
No puedo resistirme a acabar este articulo como lo hicieron Karl Marx y Federico Engels en el “Manifiesto Comunista” llamando a la unidad de los pueblos en la lucha contra el capital.
¡Proletarios de todos los países, uníos!