Lucía Velázquez •  Opinión •  13/11/2017

La cara oculta del machismo

La cara oculta del machismo

Las feministas sois unas exageradas, no es para tanto”

No hace falta feminismo en un país donde es ético que un periódico publique un artículo titulado “Puta”, escrito por una mujer que cree tener el derecho de apodar así a las mujeres que, según nos cuenta en El Día, rompen matrimonios, irrumpen en camas ajenas y engatusan con Sexo fácil. Cómo si hubiese una categoría de dificultad, como si el sexo tuviese que ser algo más que eso, sexo. Un artículo donde se exculpa de ello totalmente al hombre, atribuyéndole el victimismo de ser preso sus instintos. A nosotras, sin embargo, nos clasifica en solo dos; las que irrumpen en su cama o la que la guarda. Y eso sí, elige ser de la segunda porque como se te ocurra tener el mínimo ápice de hacer con tu cuerpo lo que te dé le gana, puede que la sociedad decida que tu libertad tenga los límites que ellos quieran ponerte.

“Ni machismo ni feminismo, igualismo”

Ya lo dice Mario Vaquerizo, “la que se deja acosar es porque es tonta y no corta el rollo”. No hace falta seguir peleando por esta batalla tan antigua como las propias mujeres, cuando uno de los personajes más concurridos en las pantallas de los televisores de España cree que la culpa de que sus compañeras de trabajo sean les cosificadas, acosas y tratadas como si su culo fuese más importante que su trabajo. A él, como hombre, no le han ofrecido trabajo a cambio de favores sexuales, ni se ha levantado con otro compañero del mundillo entre sus piernas como contó recientemente Kristina Cohen y ha sentido que denunciarlo, en este mundo tan hipócrita, sólo le valdrá para ser juzgada. Sin embargo, desde la seguridad del género con el que nació si se encuentra en el privilegio de juzgar una marea de mujeres que se apoyan unas a las otras para ser valientes y liberarse. Las llama tontas, porque sus uñas no fueron demasiado feroces para defenderse de los que lobos que la acechaban, como si el problema no fuese del que pelea, sino de la que no encuentra cómo defenderse.

“Además, la justicia siempre está de vuestro lado, piensa en todas las denuncias falsas que presentan las mujeres”

Eso creía al principio Jessica, la victima número 40 en España (sin contar a los hijos que han sufrido la misma suerte), que después de años siguiendo paso por paso lo que la ley decía que era necesario para librarse del acoso de su exnovio, fue asesinada a tiros a las 5 de la tarde en la puerta de un colegio. Ella denunció durante 6 años y le arrebataron la vida ante los ojos de su hijo. Ella denunció, pero tuvo que mudarse, tuvo que cambiar sus planes y tuvo que ser asesinada para que los que están ahí arriba mirando la miseria desde lejos, se den cuenta de que la ley para la violencia de género no se adapta ni por asomo a la matanza machista que se sufre en el seno de este país.

>> No somos feminazis, somos feministas

Jessica murió por ser mujer, porque un hombre decidió que, si no era suya, no era de nadie. Jessica ya no está y el estado fue cómplice de su asesinato, pero en cambio, los poderosos no pueden ser juzgados y ella se ha salvado de que fuese a luz del día y no en minifalda y de madruga, sino la culpa en ese trágico final la compartiría con ella misma. El feminismo es en el mundo lo que para la naturaleza el agua, mortal cuando escasea. Y hoy necesitamos más gotas que se unan en esta pelea en todo el mundo, por Jessica, por Toñi, por Mariló y las otras 37 mujeres no están con nosotras en cuerpo, pero cuya alma encamina esta lucha, por tu vecina que llega muerta de miedo por las noches y por todas las que no llegaron. Por ti, por tu hermana o por la chica que encontraste llorando una noche en la discoteca. El machismo mata personas, el feminismo salva el mundo, únete. 


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