André Abeledo Fernández •  Opinión •  13/11/2021

Ábalos y la doble moral de la nueva Inquisición

Luis Ábalos me ha parecido un político hábil, con facilidad de palabra y reconozco que su caída en desgracia dentro del PSOE me sorprendió.

Pero he pasado de la sorpresa a una indignación cercana al asco ante el linchamiento público de la persona que está detrás del político.

Una vez más asistimos a un linchamiento de un personaje político caído en desgracia por motivos que a día de hoy se me escapan, pero que sinceramente tampoco me importan demasiado.

El caso es que el espionaje de vidas privadas, sea de quien sea, forma parte de las cloacas o del amarillismo más vergonzoso.

No sé si las acusaciones vertidas sobre el exministro Ábalos tienen algo de verdad, pero no he visto pruebas, tan solo acusaciones de un medio que en vez de informar se dedica a difamar, porqué una acusación sin pruebas es una difamación.

Y por otro lado hacerse eco de rumores dista mucho del periodismo de investigación.

No me gustan las cazas de brujas, considero que la vida personal no debe ser pública y estoy en contra de los inquisidores de la vida ajena.

Los jueces deben juzgar delitos, los medios de comunicación deben informar, los políticos deben mirar por el bien común y no ser corruptos, así deberían ser las cosas, pero no soy un ingenuo y sé que no siempre las cosas són como deberían ser.

Los guardianes de la moral y de la ética que practican la censura disfrazandose de almas puras suelen tener las entrañas podridas.

Creo en el ejemplo como herramienta de transformación social, pero eso es algo que se gana a pulso y que el tiempo juzga, en ocasiones injustamente.

André Abeledo Fernández (Delegado de Persoal da CIG en Mercadona na Provincia de A Coruña).


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