André Abeledo Fernández •  Opinión •  14/10/2024

Tiempos de monstruos

Como sociedad seguimos siendo momos, unos monos con ropa y complementos, pero como siempre buscando agradar a la manada, queriendo destacar pero sin salirse de las normas de nuestra tribu. 

Somos humildes con los poderosos, y déspotas con quien consideramos más humildes que nosotros, por eso sembrar odio al más débil es más fácil, porque ser cobarde no necesita de valor, ni de valores 

Veo una sociedad en involución camino de las cavernas, dando pasos atrás en todos los ámbitos de la vida, en derechos, en conciencia de clase, en igualdad, en etica y moral, en empatía, en humanismo, en nivel cultural, en dignidad.

Veo una sociedad que pierde valores, desprecia la cultura, y pierde conciencia y capacidad de empatizar a pasos agigantados. 

Sin duda los poderosos estan ganando la partida, ven como nuevamente consiguen enfrentarnos y hacer que nos peleemos por las sobras, ellos se ríen mirando desde arriba a las hormigas comiéndose unas a otras.

Espero sinceramente que los comentarios que leo y escucho en redes sociales no sean un reflejo de la sociedad en la que vivimos, pero desgraciadamente todo indica que los son.

Porque de serlo nuestra sociedad esta condenada al desastre, y hemos educado una generación de idiotas engreídos y sin empatía con la cabeza llena de pájaros, o directamente vacía, condenados a ser borregos y esclavos para el resto de su mediocre existencia.

Un pueblo sin memoria, como dijo Marco Tulio Cicerón, «el pueblo que no conoce su historia esta condenado a repetirla», un pueblo que vuelve a caer en los bajos instintos y a pensar con las tripas, donde el discurso del fascismo, del racismo, de la xenofobia, la homofobia, y el odio al diferente vuelve a tener público como en la Alemania NAZI de Hitler, la Italiana de Mussolini, o la España de Franco.

La ultraderecha crece el Europa y en el mundo, el fascismo recupera su discurso, y una vez más el llamado mundo Occidental dá la espalda a un genocidio, esta vez en Palestina, mientras que permite que la humanidad se encuentre otra vez al borde del precipicio de una tercera guerra mundial, por culpa de un nuevo anormal en el poder, de nombre Netanyahu, de ideología el sionismo, y la defensa de sus propios intereses.

El asesinato de miles de niños en Gaza, el dar la espalda a que niños y civiles sean objetivos militares de Israel, el permitir la mayor masacre de civiles desde la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos más terribles de la historia sobre la población civil indefensa en Gaza, y un asedio medieval que deja sin medicamentos, energía, agua, y alimentos al pueblo palestino, es la constatación de que Occidente esta podrido hasta la médula.

Solo queda preguntarse cuanta sangre más va a tener que correr para saciar la avaricia y las ansias de poder de unos pocos.

Los hipócritas sancionan a Venezuela, bloquean a Cuba, y ponen medallas a Israel por su brutal masacre en Palestina, y aún pretendemos llamarnos humanos.


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