Criterio económico, Dipcoin y Constituyente
El pueblo está fuñío, económicamente. La mayoría de los venezolanos estamos agobiados por la crisis económica que nos han impuesto los parásitos nucleados en Fedecámaras-Venamcham, quienes al controlar los medios y modos de producción, han asumido a éstos como arma política para estrangular, arruinar y poner a pasar hambre a los trabajadores, mientras esa burguesía pseudoempresarial se ha hecho hiperpluscuammillonaria en esta guerra económica.
Hoy, no se conoce a un solo empresario venezolano arruinado, sino viviendo a pata suelta en paraísos fiscales y financiando a los terroristas paramilitares, como red auxiliar de toda la maquinaria golpista estadounidense.
Hoy, tenemos que en Venezuela los ricos se han hecho aún más ricos, junto con una derivación de ellos, que como nuevos ricos emergen, a costa del mercantil bachaqueo en medio de la crisis planificada, programada y en constante mutación a cada medida que aplica el gobierno que preside Nicolás Maduro, con una legislación al servicio del Estado burgués, por lo que, Pueblo y Gobierno, están atados a las condiciones legales que obligan a ir a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), la que para alcanzar la paz, debe revisar y ejecutar actos constituyentistas inmediatos en materia económica, para sentar las bases conceptuales y de acción concreta de una “nueva economía”, postpetrolera, que supere el rentismo, sin descuidar la diversificación y desarrollo de nuestra principal industria y fuente energética que el Imperio estadounidense se quiere robar, bajo cualquier excusa.
Esas bases, deben ser desde el criterio del socialismo bolivariano y chavista del siglo XXI, porque si seguimos haciendo concesiones al capitalismo o pretendiendo combatir las lacras del capitalismo con las recetas capitalistas, estaríamos sepultando el destino feliz de la Patria de Bolívar y Chávez.
Es, entonces, en donde al día de hoy, podemos percibir a ese ejército maravilloso de Pueblo, más allá de los favoritos y dirigentes de la estructura del partido de la revolución venezolana y sus aliados, en donde, a cual más y a cual menos de nuestros candidatos a ser constituyentistas, posee suficiente criterio político-ideológico, porque todos ellos son producto de diecinueve años de revolución, de ideologización y madurez política, lo que los hace antipáticos a esa derecha golpista, criolla y transnacional.
Por eso, entre otras razones, sectores plutocráticos, junto con el gobierno estadounidense y sus colonias se proponen impedir las elecciones del próximo 30 de julio del 2017.
Dicho en términos más chancletúos: la derecha parasitaria causante de la guerra económica y del empobrecimiento del Pueblo, sabe que si se instala la ANC, en la República Bolivariana de Venezuela se estarían sentando las bases sólidas y legales para cambiar las relaciones sociales de producción, del capitalismo hacia el socialismo bolivariano y chavista.
De no ser así, la crisis económica y política de la Patria, serviría la mesa para que Donald Trump salve el default que dejaron el endorracista y el otro predecesor genocida, además de que la familia Trump montaría el emporio económico jamás visto e imaginado, con la bendición del Vaticano. Eso sí, con la guerra de guerrillas, jamás pensada por quienes fuerzan por liquidar al chavismo.
En lo inmediato concreto, este contexto le otorga una suprema responsabilidad a los candidatos a la ANC, salidos de este noble Pueblo, todos ellos, con caras de pobres y entusiasmo en el alma. Y todos, con suficiente criterio económico, político y social, que no los puede limitar a un simplismo ramplón, incluso, banal, como el que desde los medios de la derecha y unos cuantos nuestros, víctimas de la ignorancia, han pretendido encasillar a los candidatos sectoriales a una pregunta sobre qué propondría desde el sector del que ha resultado candidato, planteamiento que luce bobo, como si el pescador fuese a la ANC a hablar de arpones, tipos de anzuelos o pargo blanco o rojo, como si el campesino fuese a darle rango constitucional al machete de dos canales o si la sexodiversa sólo fuese a la ANC para hablar de sus preferencias sexuales.
Este tipo de banalizacion de este sector de candidatos que elegiremos pronto, como pretender que nuestros candidatos a constituyentistas territoriales fuesen a hablar de los problemas locales de su comunidad es un mortal y torpe reduccionismo, que en nada se corresponde con la iniciativa del Presidente Nicolás Maduro, con la cual convocó al Pueblo venezolano. Nada de eso.
En esta ANC el Pueblo, como mandante, va a llevar a sus mejores “mandaderos” constituyentistas, quienes debieran:
ejecutar actos inmediatos que preserven la institucionalidad, lo que pasa porque de inmediato, elimine a la ya, autodisuelta Asamblea Nacional (AN), abra juicios civiles y penales contra aquella dirigencia opositora que dirigió las barricadas de violencia y muerte;
reorganice el Ministerio Público, salga de todos los fiscales y funcionarios de este Poder constituido;
salga de todos los jueces golpistas, corruptos y de los que congelaron sentencias, en espera de que caiga Nicolás Maduro, lo que ha hecho del poder judicial un gran dique de injusticias a punto de colapsar.
Pero, nada de lo anterior tendrá sostenibilidad inmediata, si no actúan en el orden económico, con acciones y disposiciones concretas, interviniendo directamente, dándole todas las armas y facultades legales a Nicolás Maduro y legislando sobriamente, con las bases de una nueva economía y sin preocuparse por pelarle el dientero al sector privado y a su llamado “empresariado”, pues volveríamos sobre el gatopardo.
Se trata de ir más allá de la “congelación de precios”, para revisar los precios justos y con ellos, congelarlos por un lapso perentorio racional, cuya revisión sea sobre otras bases que no sean sólo las burdas del capitalismo y sabiendo que no existen leyes naturales del capitalismo, ni del mercado, como la llamada “de la oferta y la demanda”, que no pasan de ser sino un vulgar condicionamiento de quien controla la legalidad burguesa para sus fines.
Y no todo es la congelación y revisión de precios justos. La nueva economía del siglo XXI nos impone, favorablemente, recurrir a nuevas formas de signos monetarios e intercambios comerciales, que nos liberen y nos lleven a superar la dictadura del papel inorgánico del Dólar estadounidense y nos blinde la economía nacional de trampas e intervenciones económicas externas, como la plataforma especulativa del Dólar Today, entre otras aberraciones o el robo del billetes en papel moneda, por toneladas, como hicieron los socios narcotraficantes de Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos, junto con el gobierno estadounidense.
No podemos soslayar el peligro que ha representado el hecho de que, los bancos internacionales se están negando a hacer transacciones de pago del gobierno venezolano, porque están contribuyendo en el estrangulamiento de la economía nacional, para que pasemos hambre, falten las medicinas e insumos y vayamos a un levantamiento fratricida.
Otro peligro económico lo acabamos de vivir con los billetes nuevos emitidos, que no terminaban de llegar a Venezuela, porque había un boicot en el espacio aéreo internacional, amén del alto costo de la emisión de estos billetes.
Esto nos obliga en lo inmediato, a asumir nuevas formas de relacionamiento y dinámica económica, entre las que destacan:
Incorporación formal de la moneda electrónica, del DIPCOIN
Asunción del SUCRE como transacción de los países de la UNASUR
Apertura del Banco del Sur
Ampliación de las dimensiones y dinamismo de PETROCARIBE
Profundización inmediata de comercialización e intercambio con los países de la ALBA-TCP y del MNOAL,
Medidas de estímulo a plataformas de intercambio comercial electrónico y material, con China, Rusia y aquellos países que nos garanticen abastecimiento de alimentos, insumos, transferencia de conocimiento y tecnología, entre otros beneficios, a cambio de liberación de aranceles
Restricción absoluta del control y monopolio de todos los recursos minerales, energéticos, materiales preciosos y materia prima estratégica en manos del Estado venezolano
Reimpulso inmediato del desarrollo industrial desde cada estado y gobierno regional, atenidos al Plan de la Patria y estableciendo el tipo de técnicos y profesionales a formar en el subsistema universitario, sin menoscabo de la autonomía universitaria que debe circunscribe al ámbito de la búsqueda de la verdad, el saber y el desarrollo científico, humanístico y social.
Por supuesto, faltan muchos elementos a debatir, profundizar y desarrollar desde la instalación de la nueva ANC. Por ahora, vamos a reflexionar a qué vamos a llevar a nuestra ANC, porque ya es harto conocido el porqué y el para qué. Llevaremos a lo más granado del Pueblo, para mejorar a esta Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV: 1999). En fin, la Constituyente sí va. Y vamos con lo económico como principal determinación, en beneficio del Pueblo.
Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Criterio-economico-Dipcoin-y-Constituyente–20170713-0001.html