Sindicalismo de barrio: autodefensa laboral en el vecindario
Esta semana hablamos de sindicalismo de barrio como forma de autodefensa laboral contra la precariedad y nos acompañan en el estudio Dani, Joaquín y Lucía
Hace 6 años, en el contexto de una oleada especialmente represiva con la aprobación de la Ley Mordaza y el aumento incesante de la precariedad laboral, nació ADELA, el Grupo de Autodefensa Laboral de la Asamblea de Carabanchel. Desde entonces hasta hoy han seguido trabajando y creciendo bajo la idea de funcionamiento de un sindicato de barrio en el que las trabajadoras afrontan sus conflictos laborales bajo los principios de solidaridad, acción directa y apoyo mutuo con las personas que tienen más próximas, en su propio barrio.
Es habitual en los movimientos sociales afrontar luchas de todo tipo, en defensa de la sanidad, la educación pública, feminismos, distintas versiones del ecologismo y luchas internacionalistas, por poner algunos ejemplo. Sin embargo también somos conscientes de que en los últimos años se han dejado de lado las luchas laborales, precisamente uno de los ámbitos en el que más han retrocedido los derechos de la clase trabajadora. Y no descuidamos el detalle de que la situación laboral es el punto de partida del deterioro y precarización de las condiciones de vida de las trabajadoras. Muchos de los problemas que enfrentan otras luchas tienen el origen en problemas laborales, pérdida del salario o del empleo.
En ADELA, y en otros sindicatos similares que están naciendo en otros barrios de Madrid, como Moratalaz y Hortaleza, se organizan poniendo en valor las relaciones de vecindad, juntando trabajadores de un mismo barrio y no por gremios, como suele ser habitual en los sindicatos. Al actuar en lo local, desde los barrios, se tiene una mayor facilidad para ‘sancionar’ aquellos comercios, tiendas, talleres, cadenas… que no cumplen los derechos laborales, que tienen un conflicto con un sindicato, que declaran despidos o que vulneran los convenios. Están en nuestras calles, consumimos en ellos y podemos dejar de hacerlo, conocemos a gente que trabaja ahí. Potenciar la solidaridad, acudir a los piquetes, avisar por las redes de comunicación de los barrios, llamar al boicot, convencer a nuestras vecinas de no comprar ahí, usar sus paredes como tablones informativos de las acciones es mucho más efectivo cuando se hace a nivel de barrio. Llevan a cabo las mismas prácticas de apoyo mutuo mostradas en las plataformas de vivienda y «stop desahucios», pero aplicadas a las luchas laborales.
ADELA llevan 6 años funcionando y celebran asambleas en su barrio cada 15 días, algunas presenciales y otras telemáticas. Y además organizan las Jornadas de Autodefensa Laboral (JALEO).
Solo el pueblo salva al pueblo.