Entrevista a Sirio Quintero: «En Boconó se enfrenta la guerra bacteriológica»
Lograr nuestra independencia científica y tecnológica en este mundo dominado por los intereses de un puñado de países, no es tarea fácil. Venezuela cuenta hoy día con la Ley Orgánica de Ciencia y Tecnología que la Asamblea Nacional quiere cambiar, ley que nos garantiza un camino donde podamos crear tecnología de punta de manera soberana. En nuestra historia no han sido pocos los científicos que no tuvieron el apoyo del Estado venezolano y por ello tuvieron que salir de nuestras fronteras. Pero los cambios que ha vivido nuestro país permitieron que un venezolano del terruño trujillano, realizara la ruta contraria.
Luego de estar en la élite de investigadores europeos, se regresó a Boconó para poner en práctica todo lo que aprendió y descubrió estando en esos países.
Sirio Quintero, especialista en nanotecnología, virología, bacteriología, parasitología, inmunología e informática, tiene cuatro años curando pacientes, 3.500 ya sanados y a su cargo en estos momentos 600. Sabe cómo un virus interactúa con bacterias, parásitos y el modo cómo ataca al sistema inmunológico a través de una simbiosis parasitaria que se forma en nuestros tejidos. Además fue profesor universitario en la UCAB, la Universidad Metropolitana y la Universidad Simón Bolívar. Entró al seminario diocesano a los 11 años hasta los 21 años. “Y no me ordené por rebelarme ante el dogma, la ortodoxia, al estilo de una enseñanza acrítica, por revolucionario”.
Proviene de una clase muy humilde, lo cual dice con orgullo. Se graduó de filósofo en la Universidad Católica Santa Rosa porque cuando estaba a punto de presentar la tesis de grado en la UCAB, le negaron la graduación. El arzobispo de esa época mandó a detenerla, ordenando que borraran de los archivos toda la información sobre Quintero. Perteneció a círculos bolivarianos en defensa de la Revolución Bolivariana en Alemania e Italia.
-Dr. si tuviera que resumir en un solo párrafo en qué consiste la terapia que Ud. realiza, ¿qué diría?
-Aplico una combinación de emisión de ondas a través de un dispositivo que desarrollé en Alemania, el cual va dirigido a destruir el ADN celular maligno, ajeno a nuestro cuerpo para anular sus emisiones. A su vez acompaño este tratamiento suministrando bebedizos con extractos de plantas cuyas frecuencias son iguales a las del dispositivo. Esto se llama biología cuántica, ingeniería genética, biología informática.
Se logra convertir a los agentes patógenos en especies de chicharras, de cascarones, cuando mueren. Los parásitos son como las emisoras de comunicación clandestinas que desde un ente regulador son desactivados, pues aquí lo que se maneja es información molecular. Se cumple una labor doble en la cual se logra la desintegración y también la eliminación de los residuos.
Simultáneamente hay que ingerir los alimentos que tengan los aminoácidos y las vitaminas que restablezcan y regeneren los tejidos que fueron devorados por los parásitos e incorporen una fotosíntesis a través de extractos de plantas para que su combinación convierta a los elementos tóxicos en nobles. Por eso, la alimentación y los bebedizos de plantas medicinales son claves para lograr los resultados positivos en esta terapia de sanación.
-¿Qué apoyo ha recibido usted del Estado para sus investigaciones? ¿Y qué necesitaría actualmente?
“El IVIC me ha ofrecido apoyo para continuar desarrollando experiencias con pacientes. Están en observación los cambios que suceden dentro de las células, el comportamiento de fenómenos intracelulares cuando se emite las ondas o frecuencias del dispositivo. Necesito reproducir en el país esta tecnología que es de mi creación intelectual y que quiero ponerla al servicio de la revolución y del País. Un laboratorio donde pueda seguir desarrollando mis investigaciones. Me ofrezco como un servidor. Y que esta tecnología se incorpore al servicio del sistema de salud pública y gratuita, que llegue a los más desposeídos”.
Existen tres técnicas para identificar los agentes invasivos y la tercera es la que yo utilizo:
a) Dermatrón. Lo utilizan la medicina natural y la homeopatía.
b) Sincrómetro. Creado por Hulda Clark, y para eliminar, el aparato más conocido como el Zapper.
c) Un sistema de amplificación de las ondas bioenergéticas del ADN de patógenos.
”Esta última técnica también es usada en Rusia, Japón, Israel y Alemania pero de manera secreta. No dominan las frecuencias del ADN de cada patógeno que yo sí lo hago. Este es mi aporte”.
El Dr. Quintero nos informa que en el Instituto de Medicina Biomolecular del Hospital Vargas está en condiciones para desarrollar este examen de detección de agentes autoinmunes pero que lamentablemente cuando envió unos pacientes les dijeron que se les había dañado el equipo, porque en el fondo no interesa que se detecte la causa de tantas enfermedades como el párkinson, cáncer, glaucoma. ”En el 2012, apenas llegué de Alemania, sostuve una conversación con el grupo de Jacinto Convit y les pedí que me facilitaran las instalaciones para elaborar vacunas para combatir el cáncer y me lo negaron. Hoy creo que todavía no funciona ese equipo de detección”.
-¿Qué tipo de alimentación Ud. recomendaría al pueblo en estos momentos de guerra económica y de siembra que se está realizando a lo largo y ancho del país?
-¡Vegetales! Por una razón científica. Tienen componentes químicos que son un veneno automático para los agentes bacteriológicos que nos están diseminando de manera silenciosa desde las naciones otrora colonias a los países del tercer mundo. El Guillan-Barré aparecía 1 por 10 mil y ahora me llegan más del 87 por ciento de pacientes contaminados por este parásito.
-¿Quién está diseminando los agentes bacteriológicos?
-Naciones que han sido tradicionalmente colonialistas como Inglaterra, Francia, Alemania, EEUU e Israel. Estuve al frente del quinto laboratorio más avanzado en ingeniería genética en el mundo donde se desarrollaban los agentes patógenos para diseminarlos en el llamado tercer mundo. Pude deshacerme de estar trabajando para esos laboratorios que crean la guerra bacteriológica pidiendo vacaciones. Tenía un vigilante permanente para que no vendiera la información a otros laboratorios.
”Como ya dije, vengo de una familia campesina, con unos valores muy firmes.
Me sentí con mayor responsabilidad ante mi tierra cuando me di cuenta que estaba trabajando para la guerra bacteriológica y empecé a estudiar en el mismo laboratorio cómo desactivar todos estos parásitos a través de la bioinformática. Allí aprendí a hacerlo. Logré desarticular la estructura de la simbiosis parasitaria que ellos inoculan en el ser humano. Y me dije, es el momento de regresar a la patria. Por una cuestión ética no podía seguir allí. A través de bioinformática desarrollé la técnica para desactivar las bacterias, parásitos, microorganismos, algas. Cree dos equipos principales: Uno, el pulsador bío-magnético, el que utilizo. Dos, el sincrotrón que capta las ondas del cosmos y le amplifica la capacidad del organismo humano para destruir los agentes patógenos con imanes”.
-¿Y cómo diseminan los agentes patógenos?
Existen 3 rutas:
Primera ruta: Promoción de jornadas de vacunación masiva que la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud Animal acostumbran a hacer ante los gobiernos y así inocular huevos de parásitos. Este mecanismo se realiza en secreto en los laboratorios y la excusa es introducir agentes virales debilitados o atenuados que permitan la formación de anticuerpos y preparar al organismo ante eventualidades bacteriológicas. Pero, eso es una mentira. Lo que realmente ocurre es que a través de estas jornadas se introducen progresivamente agentes que causan cuadros oncogénicos, de inmunodeficiencia o autoinmunes como el cáncer, sida, párkinson, ébola, Guillen Barré, zika, chikungunya. Se ha llegado al punto que el líquido amniótico que envuelve al feto se utiliza para cultivar agentes bacteriológicos. Muchos lo han denunciado pero no conocen la técnica de cómo los introducen en el organismo humano para entonces poderlos desactivar. Yo sí.
Segunda ruta: Las vacunas a los animales que nos comemos son el medio. Inoculan los huevos de parásitos y cuando son expuestos a una determinada temperatura explotan y el nuevo parasito que estaba en la fase embrionaria, se activa. Y uno se come estos animales. Esto se conoce en los laboratorios.
Tecera ruta: La diseminación de esos agentes en los afluentes de agua. Pagan avionetas privadas que a través de aerosoles lo hacen mediante explosiones bacteriológicas”.
”Esta guerra bacteriológica está tan expandida que el expresidente de Costa Rica, Oscar Arias, logró que Cuba firmara unos convenios de salud en el área infantil. Tengo esos documentos. El Hospital de Santiago de Cuba comenzó a hacer unos convenios de intercambio con ese país quien a su vez tenía una dependencia en una institución de salud en EEUU. A través de Costa Rica, EEUU infiltró a Cuba en esta área. Le dieron vacunas supuestamente para mejorar la salud de los niños y luego empezaron a aparecer enfermedades desconocidas.
Los médicos cubanos estaban asombrados. Entonces, EEUU ha logrado llevar a través de estos convenios, vacunas a otros países con el desconocimiento de Cuba por supuesto”
Todo esto se hace por parte de los grandes poderes para garantizar que los recursos del subsuelo no puedan ser extraídos por la propia población pues a través de esta guerra bacteriológica esta se debilita físicamente. El Grupo Billderberg está metido 100% en todo esto. Es un brazo político de los intereses económicos trasnacionales, centros de poder cuya cabeza es Inglaterra. El ideólogo es Bertrand Russell, cuya obra el “Impacto de la Ciencia en la Sociedad”, escrita en 1952, reflexiona sobre la perdida de la hegemonía de los países colonialistas y como recuperarla y mantenerla.
-Conocemos cómo las trasnacionales nos envenenan con sus insecticidas ¿Qué podría usar el Estado y el pueblo venezolano para sustituirlos?
-Cultivos orgánicos basados en un principio de medicina ortomolecular. Es aquella que estudia el tipo de reacciones biológicas que se desencadenan cuando el ser humano ingiere combinaciones de determinados tipos de plantas.
Algunas se convierten en tóxicas, otras, por el contrario, se convierten en bases citoquímicas que envenenan a los patógenos o elementos invasores. Utilizar la ruda remojada durante ocho días en un tonel y después rociarla, se convierte en un excelente insecticida y repelente. También el bicarbonato de sodio, dos cucharadas grandes por litro y esto se riega a las plantas o a la tierra. Dejar remojar la quina triturada en un vaso y hervirla en un litro de agua. Colocarle a los sembradíos en las esquinas yerbamora que es un repelente excelente. En medio de los sembradíos, esparcir albahaca, yerba sagrada, yerbabuena, plantas mentoladas.
-Además de apoyar la investigación y el tipo de terapia que usted realiza ¿qué otra cosa podría hacer el estado y el gobierno para contrarrestar la guerra bacteriológica que usted denuncia?
-Evitar las jornadas de vacunación y en su lugar darle al pueblo, enseñarle combinaciones de plantas para desactivar la acción de elementos infecciosos.
Evitar la vacunación de animales, tanto los que comemos, como los domésticos y en su lugar usar plantas que sirvan para depurarlos.
“Solo quien vive el amor intensamente puede mostrar la única verdad que conduce a la instauración de la justicia colectiva anhelada”.
Boconó, año cuarto de la siembra del Comandante eterno Hugo Chavez