IIPPE 2024: Imperialismo, China y BRICS+
La Iniciativa Internacional para la Promoción de la Economía Política (IIPPE) celebra una conferencia cada año. Reúne a economistas radicales y marxistas para discutir las últimas teorías y desarrollos en el capitalismo en sesiones donde se presentan muchos documentos. He informado sobre conferencias anteriores en este blog. La conferencia de este año tuvo lugar en Estambul, Turquía, y el tema fue: «La cambiante economía mundial y el imperialismo actual». Participé por zoom en algunas sesiones y también obtuve documentos de los participantes en la conferencia.
Hubo dos sesiones plenarias sobre el tema principal de la conferencia moderadas por Trevor Ngwane, de la Universidad de Johannesburgo, Sudáfrica, y Utsa Patnaik, de la Universidad Jawaharial Nehru, India. Solo pude obtener fragmentos de segunda mano de estos plenarios, pero por lo que se, el profesor Ngwane no dudo en afirmar ante su audiencia que los socialistas no deberían confiar en los BRICS (o BRICS+, incluidos los recién llegados, Irán, Arabia Saudí y pronto Turquía) y sus instituciones en expansión a la hora de resistir la hegemonía del bloque imperialista liderado por los Estados Unidos.
Los países de los BRICS+ son tan capitalistas e imperialistas como el bloque imperialista del Norte Global, argumentó Ngawani. Ellos y sus gobiernos explotan a los pobres también. De hecho, la economía más importante de los BRIC+, China es capitalista e imperialista en sus relaciones con la periferia. Los países BRIC podrían caracterizarse como «subimperialistas» (explotados por el bloque imperialista, pero explotadores de otros más abajo en la escalera). La única fuerza para el cambio vendría «de abajo» de la clase trabajadora en estos países, no de Xi en China, Modi en la India, Ramaphosa en Sudáfrica, Lula en Brasil, MbS en Arabia Saudí o los mulás en Irán.
En mi opinión, hay mucho de verdad en la conclusión de Ngwane: no podemos esperar que estos gobiernos BRICS transformen el mundo a pesar de su relativa resistencia al bloque imperialista estadounidense. Por otro lado, la caracterización de Ngwane de China como imperialista, y mucho menos como capitalista, y todos los BRICS como «subimperialistas», no la comparto. Volveré a esos temas más adelante en esta publicación.
Utsa Patnaik es una famosa economista marxista india (junto con su marido Prabhat). Desarrollaron la «teoría del drenaje» de la explotación: los ingresos de la India en el siglo XIX se drenaron para proporcionar beneficios para el ascenso hegemónico mundial de Gran Bretaña.
De hecho, recientemente, Kabeer Bora de la Universidad de Utah hizo un novedoso intento de medir la transferencia de valor apropiada por Gran Bretaña de su «joya de la corona» colonial, la India, durante el siglo XIX. Bora calculó que esta transferencia de plusvalía fue insustituible para el éxito de la economía británica. En su análisis, se basó en la ley de Marx de la caída de la tasa de ganancias, es decir, que a medida que la tasa de ganancias caía a nivel nacional, el capital británico lo contrarrestó con el aumento de las ganancias drenadas de la India. Bora midió el drenaje del valor de la India a Gran Bretaña utilizando la relación entre las exportaciones nominales de la India y las importaciones nominales desde y hacia el Reino Unido. Descubrió que un aumento en este «drenaje» colonial del 1% aumentaba la tasa de ganancias de Gran Bretaña en alrededor de 9 puntos porcentuales. Así que no solo el colonialismo ayudó a Gran Bretaña, sino que fue particularmente el drenaje de recursos de la India lo que lo hizo.
En su presentación, Patnaik se centró en el fracaso para acabar con la pobreza en el Sur Global. Este fracaso se debe a la explotación de los países pobres por parte del Norte Global. Concentró sus comentarios en los terribles niveles de pobreza basados en las medidas de ingesta de calorías. Pero también le preocupaba desmentir la afirmación de China de que había sacado a 800 millones de chinos de la pobreza. Eso se debe a que el nivel de ingesta nutricional de China también era muy bajo. Con ese criterio, China estaba realmente tan llena de personas en la pobreza como la India. Y eso es así porque China es tan capitalista como la India.
Este argumento fue refutado desde el público: ya que los criterios de China para medir el nivel de pobreza se basan en los ingresos y otras categorías de «bienestar» (alimentos, ropa, educación, asistencia médica y vivienda segura). En esos parámetros, China tenía muchos pobres que la India. De hecho, las definiciones de pobreza de China coinciden con creces con las del Banco Mundial e incluso el Banco Mundial ha reconocido la reducción en China del número de personas por debajo del nivel de pobreza del «umbral más alto» del Banco Mundial.
Más decepcionante fue la propuesta de soluciones políticas de Patnaik para la pobreza en la India y el Sur Global. Siguiendo a Keynes (no a Marx), cree que los gobiernos necesitan gastar más dinero y tener déficits para gastar en aliviar la pobreza. Patnaik parecía rechazar el «modelo chino» y, sin embargo, es poco probable que su propia política pudiera reducir la pobreza en la India dada la naturaleza del gobierno de Modi.
Esto me devuelve a la cuestión de si China es capitalista y/o imperialista. He discutido esto extensamente en muchas publicaciones en mi blog y en documentos y libros. Así que no volveré a repasar el tema aquí. Basta ahora presentar alguna evidencia contra la idea de que China es imperialista, o incluso «subimperialista», es decir, es explotada por el bloque imperialista, pero que al mismo tiempo explota a países más pobres que ella (¿África?). Mino Carchedi y yo hemos presentado pruebas sobre transferencias de valor que muestran que China ha hecho grandes transferencias de valor a través del comercio y la inversión al bloque imperialista.
También Andrea Ricci de la Universidad de Urbino, Italia, ha alcanzado en el pasado un resultado similar. Vea esta tabla de transferencias de valor a través de intercambios desiguales en el comercio.
Robert Veneziani et al de la LSE, Reino Unido, también han desarrollado un «índice de explotación» para los países que demuestra que «todos los países de la OCDE están en el núcleo, con un índice de intensidad de explotación muy por debajo de 1 (es decir, menos explotado que explotador); mientras que casi todos los países africanos son explotados, incluidos los veinte más explotados». El estudio sitúa a China en la cúspide entre explotado y explotador.
Así que en todas estas tablas de «explotación imperialista», China no se ajusta a los criterios, al menos económicamente.
La gran esperanza de la década de 1990, promovida por la economía del desarrollo convencional, era que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) pronto se unieran a la liga de los ricos en el siglo XXI. Ha demostrado ser un espejismo. Estos países siguen siendo también pobres y todavía están subordinados y explotados por el núcleo imperialista. No hay economías de rango medio, a mitad de camino, que puedan considerarse «subimperialistas». Y eso incluye a China.
Hablando de China, hubo varias sesiones dedicadas a ella organizadas por el grupo de trabajo de China del IIPPE. Las sesiones fueron grabadas y están disponibles en el canal de YouTube de IIPPE China. Las sesiones cubrieron el modelo de desarrollo de China, su alta inversión en vehículos eléctricos y energía solar, y la probabilidad de que China «se ponga al día» con los Estados Unidos. En una sesión de taller, yo y otros participantes presentamos artículos cortos. El mío tenía como objetivo mostrar, contrariamente a lo que se cree en Occidente, que el crecimiento económico chino antes de las reformas de Deng en 1978 era muy fuerte, basado en la propiedad pública del sector financiero y las grandes empresas, la reforma agraria para el campesinado y, sobre todo, la planificación nacional. Solo hubo dos períodos de declive (el desastroso Gran Salto hacia adelante de 1958-61 y la llamada «revolución cultural de finales de la década de 1960).
En su contribución, el profesor Dic Lo del SOAS de Londres presentó algunos puntos reveladores sobre el modelo de desarrollo chino. Y en una sesión separada, Dic Lo (China, Estados Unidos y el Sur Global) se refirió al reciente informe del Banco Mundial que describe las condiciones necesarias para que las economías del Sur Global rompan lo que se ha llamado la «trampa de los ingresos medios» y, en su lugar, alcancen los niveles de vida del Norte global. El Banco Mundial llama a estas condiciones las «tres i’s»: inversión, incorporación (de nuevas tecnologías de otros países) e innovación (desarrollar nuevas tecnologías por sí mismas). Dic Lo cree que si hay un país que podía aplicar estas condiciones con éxito, era China. Solo China estaba «cerrando la brecha» con el Norte imperialista, aunque todavía estaba muy por detrás.
De hecho, eso es lo que asusta a los Estados Unidos: que eventualmente podrían perder su estatus hegemónico en el mundo.
En un artículo reciente, discutí el informe del Banco Mundial en detalle. El informe ignora totalmente el modelo de desarrollo chino, prefiriendo poner sus esperanzas para «ponerse al día» en las economías de mercado capitalistas relativamente pequeñas de Corea, Polonia y Chile, que solo suponen una pequeña proporción de la población y la producción del mundo en comparación con China. Incluso en estas economías, hay un obstáculo fundamental para alcanzar un estatus de altos ingresos, como explica un nuevo e importante libro de Aldalmir Marquetti y sus colegas.
¿Cuál es ese obstáculo fundamental? Así es como lo explica Adalmir Marquetti: «la caída de la tasa de ganancias es el principal determinante de la disminución de la acumulación de capital y la inversión. El problema es que la tasa de ganancias se aproxima al nivel de los Estados Unidos mucho más rápido que la productividad laboral. Esencialmente, la trampa de ingresos medios es una «trampa de la tasa de ganancias».
El problema para las economías del Sur Global es que, mientras el capitalismo y la ley del valor sigan siendo dominantes en sus economías, habrá una contradicción entre aumentar la productividad y mantener la rentabilidad: tratar de aumentar lo primero conduce a una caída en el segundo y, por lo tanto, eventualmente limita el crecimiento.
En otra sesión sobre China en el IIPPE, esta contradicción fue bien resumida por Sam Kee-Cheng de la Universidad de Macao en su artículo («La acumulación socialista primitiva como desarrollo contendiente»). Sam Kee-Cheng argumenta que China es una «economía de transición» donde la contradicción radica entre una economía impulsada en parte por la acumulación capitalista para obtener ganancias y en parte por lo que el economista soviético Yevgeni Preobrazhensky llamó «acumulación socialista primitiva» que tiene como objetivo a través de una inversión planificada cumplir con los objetivos sociales sin el mercado.
¿Qué triunfará: la acumulación socialista o la acumulación capitalista en China? Si es esta última, Sam-Kee argumenta que China no progresará hacia un estatus de altos ingresos y terminará como el modelo de desarrollo de Japón que se detuvo una vez que Japón puso fin a su estrategia industrial independiente y se sometió al dominio de Estados Unidos.
Sergio Camara de la Universidad de México (UAM) planteó un argumento similar en su artículo («¿Está rompiendo China con la dinámica neoliberal?»). Camara argumentó que la economía estatal de China era capaz de cumplir con sus objetivos de «ponerse al día», pero cree que mucho dependía del desarrollo de la cooperación con otras economías del Sur Global como los BRICS+. De lo contrario, la economía mundial se deslizaría hacia «un mundo bipolar con un vacío hegemónico que genera peligros reales para el futuro».
Hubo otros documentos que mostraron los pasos que China estaba dando con su modelo de desarrollo en vehículos eléctricos, automóviles en general (Fanqi Lin, «Un estudio de caso de la industria de NVE de China»). China ha tenido tanto éxito en estos importantes sectores que, como señaló un documento (Tomas Costa, IED en China 2013-23), a pesar de los esfuerzos de los Estados Unidos y otros gobiernos occidentales para persuadir u obligar a la inversión occidental a abandonar China, la IED exterior sigue siendo alta.
Pero había otros documentos que mostraban el riesgo de fracaso debido a las posibles crisis del sector capitalista en China. El más obvio es el colapso del sector inmobiliario y de los promotores privados, que ha dejado una enorme carga de deuda en las corporaciones y los gobiernos locales (Alicia Giron). Adoptar el modelo occidental de urbanización y vivienda en la década de 1990 para construir casas para vender a usuarios propietarios, financiados por hipotecas y deuda de bonos, resultó un error, como en Occidente durante la crisis inmobiliaria de 2007-8. Giron argumentó que, si bien China evitaría «un momento Minsky», es decir, el colapso financiero que Occidente sufrió en 2008, mostró los peligros de la «financiación» en la economía china.
En este contexto, Zhenzhen Zhang produjo un interesante trabajo empírico que muestra una alta correlación entre la inversión en sectores productivos y el crecimiento. El aumento de la inversión en sectores financieros e inmobiliarios improductivos sobre los sectores productivos había reducido el potencial de crecimiento de China después de 2008. Y es por eso que el liderazgo del PCCh está enfatizando la inversión productiva de «calidad» a partir de ahora.
Dado el tema del IIPPE de este año (es decir, «El imperialismo y la economía mundial»), otros temas importantes para la economía política marxista no se difundieron mucho. Hubo sesiones sobre la teoría del valor y sobre la circulación del capital monetario (Takashi Satoh). Y se presentaron varios documentos sobre el calentamiento global y la brecha entre la expansión capitalista y la naturaleza (Maria Pempetzoglou y Paraskevi Tsinaslanidou). También hubo un documento de Joao Alcobia sobre la Unión Monetaria Europea que mostraba que la moneda única había ayudado principalmente al núcleo central de Europa (Francia, Alemania) a expensas de los estados miembros más débiles del sur. Esto es algo que había señalado hace algunos años en un papel.
Pero en general, el tema de la conferencia, al menos para mí, se centró en si los países del Sur Global podrían escapar de las garras del imperialismo y comenzar a «ponerse al día». ¿Se lograría confiando en la coalición emergente y dispar de los gobiernos BRICS+ o dependería más de romper con el capitalismo en cada país y desarrollar un modelo de transición de acumulación no basado en la ley del valor?
En la conferencia, claramente muchos esperaban y apoyaban la primera dirección basada en los BRICs+. De hecho, Andrea Ricci hizo una presentación sobre las implicaciones políticas del intercambio desigual (es decir, la explotación imperialista) y la necesidad de encontrar una agenda común entre los países del Sur Global. Mi opinión es que la cooperación del Sur Global solo funcionará para romper el agarre del imperialismo cuando haya un cambio social y económico en los principales países del Sur Global (y también en el núcleo imperialista del Norte Global).
habitual colaborador de Sin Permiso, es un economista marxista británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.Fuente:
Traducción:G. Buster