Comisión de Oriente Medio y Mundo Árabe del PCE •  Opinión •  16/12/2016

La mentira como arma de guerra y la liberación de Alepo

Cuenta en sus memorias Antonio Bahamonde, Delegado de Prensa y Propaganda a las órdenes de Queipo de Llano en el territorio de la División Sur, como se llevaba a cabo el proceso en el bando franquista de propagar hechos truculentos para que no decayera la tensión de las gentes (en la zona de influencia franquista) y reavivar el odio hacia los autores de falsos crímenes que ocurrían en territorio republicano. De esta manera tenía la consigna de propagar en Badajoz que en Málaga habían asesinado en los siete meses de dominación republicana a quince mil personas de derechas. Habían asesinado a todas las monjas, después de violarlas y otras barbaridades por el estilo.. En Málaga propagaban hechos que se decían ocurridos en la provincia de Badajoz, entre otros el de un padre a quien ataron a una silla violando en su presencia a dos hijas suyas, atándolas después a sus rodillas y quemándolas vivas.

La mentira ha sido un arma de guerra habitual desde que existen guerras, solo que cada vez son más sofisticadas y su utilización a través de medios de comunicación de pensamiento único impide que los pueblos puedan saber que se les manipula para justificar guerras o agresiones a otros estados, pueblos, etnias o cualquier adversario del poder constituido.

Algunos ejemplos históricos de fabricación de mentiras para justificar guerras son los siguientes:

1. En Febrero de 1898, el acorazado Maine de EEUU, explotó en la Bahía de la Habana. Culparon al gobierno español para declararle la guerra, esta acabó con el control de EEUU de Cuba, filipinas, Puerto rico y Guam. La historia demostró que fue un autoatentado en el que murieron 254 marineros y dos oficiales del Maine, pero la población norteamericana siempre creyó que habían sido los españoles y que la guerra estaba justificada.

2. El 4 de Agosto de 1964, en el llamado “incidente del golfo de Tonkín”, los servicios secretos de EEUU organizaron un ataque a sus propios buques de guerra estacionados en aguas internacionales frente a la costa de Vietnam del Norte, como pretexto para declararle la guerra a esta. Ya sabemos como acabó el tema, los EEUU fueron derrotados, pero aún siguen muriendo vietnamitas por las armas tóxicas y venenosas con la que sembraron los campos vietnamitas.

3. En 1.990 en la primera guerra del golfo de EEUU contra Iraq, la familia real kuwaití contrató a una empresa de relaciones públicas estadounidense para fomentar la guerra contra Iraq. El primer fruto de la campaña belicista fue el testimonio de una joven enfermera kuwaití, que relató llorando en las televisiones de todo el mundo, cómo los soldados iraquíes arrancaban de la incubadora de un hospital de Kuwait a los recién nacidos y los dejaban morir por los pasillos. Hubo gran indignación en el mundo. Un año después se descubrió que la abnegada enfermera pertenecía a la familia real, vivía en París y se había inventado la historia.

4. En la segunda guerra del golfo, que sirvió como excusa para invadir Iraq y provocar el caos y la muerte en la que está inmersa todo el Oriente Medio, los servicios secretos y el gobierno de EEUU fabricaron pruebas falsas y mintieron para que el mundo creyera que el ejército iraquí tenía armas de destrucción masiva y tenía estrechos lazos con el terrorismo de al-Qaeda. La mayoría del pueblo estadounidense creyó a sus gobernantes.

5. En 1996, se constituyó el ELK, (ejército de liberación de Kosovo), “rebeldes” entrenados y armados por los servicios secretos de Alemania y EEUU, que enseguida empezaron a atentar contra policías, soldados, ciudadanos serbios o ciudadanos kosovares que no apoyaban la independencia de Kosovo de Yugoeslavia. A partir de ahí se producen enfrentamientos armados y en el llamado tiroteo de Racak, donde el ejército yugoeslavo se enfrenta a 45 “rebeldes” del ELK, la OTAN consideran que ha habido una “masacre” contra la población kosovar e inicia poco después los bombardeos aéreos contra la República Yugoeslava. La guerra fue iniciada unilateralmente por la OTAN, sin autorización previa del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que desde diversos medios y colectivos se ha considerado que los bombardeos constituyeron actos de crímenes de guerra. Intelectuales como Noam Chomsky y Jean Bricmont condenaron el ataque, manteniendo que constituyó una violación de la Carta de las Naciones Unidas. El 17 de Febrero de 2008, Kosovo se declaró unilateralmente independiente, lo que no ha sido reconocido por muchísimos países, entre ellos España, pero si por EEUU que tiene bases militares de las que cercan a Rusia en toda su frontera. El ELK está considerado como un grupo mafioso y terrorista, traficante de heroína y cocaína y de crímenes de guerra contra serbios y gitanos.

6. En Libia, en Enero de 2011 hay manifestaciones contra el gobierno. Éstas, a partir del 15 de febrero, derivan en rebelión y los “rebeldes” asaltan y queman distintas instalaciones y dependencias del Gobierno en Bengasi y otras ciudades. Los choques con las fuerzas de orden público se hacen enfrentamientos armados; Medios de comunicación de distintos países, sobre todo y abrumadoramente occidentales, se hacen eco y multiplican las denuncias de matanzas y atrocidades supuestamente perpetradas por fuerzas gubernamentales contra la población civil desarmada. El 25 de febrero, un hijo de Gadafi, Saif al Islam, pide a la Unión Europea el envío de una misión a Libia, para que constate la falsedad de las denuncias de atrocidades. También se invita a la ONU y la Unión Africana. No obstante, ningún país u organización ha enviado misión alguna a Libia, para investigar in situ las denuncias contra el Gobierno. La OTAN, acabaría bombardeando Libia, el 19 de Marzo y no paró hasta que cayó el gobierno y asesinaron a Gadafi, asesinato del que se jactó Hilary Clinton en público. Hoy sigue la guerra en Libia, olvidada de todo el mundo y el país más próspero de Africa se ha convertido en un estado fallido, donde distintas milicias, algunas islamo-fascistas, se disputan el poder.

El ejemplo de Libia nos lleva a la reflexión de que el primer frente en el escenario de guerra mediática (y sangrientamente real) es el medio oriente y la orilla sur del mediterráneo, (sin olvidar que en Sudamérica, el enfrentamiento del imperialismo y las oligarquías nacionales contra los procesos de liberación de los pueblos es cada vez mayor). La primavera árabe en 2011 es un desencadenante de la situación actual; en su inicio es un levantamiento legítimo de las masas árabes que demandan pan y democracia. Pero, causalmente, (no casualmente) el movimiento, nacido en Túnez, y que tiene un efecto contagio en todo el mundo árabe, solo se convierte en guerra civil, en aquellos países que estaban considerados por las potencias de la OTAN como países estratégicamente enemigos a los que había que tumbar, o sea Libia y Siria.

En Siria, la guerra propagandística contra “los malos”, el gobierno sirio y sus aliados, ha llegado a su culmen. En principio ocurren las cosas según el mismo guión que en Libia, hay movilizaciones populares de protesta, aunque también hay otras con inmenso apoyo popular a favor del gobierno (igual que en Libia) y enseguida empiezan a morir policías y soldados por disparos en las manifestaciones, lo que conlleva a una espiral de represión y radicalización del conflicto. En este escenario, todo el esfuerzo internacional de las potencias de la OTAN fue el de avivar el fuego del enfrentamiento, y la propaganda del estado sirio como asesino de niños y ciudadanos indefensos. El siguiente paso era el bombardeo de la OTAN y la destrucción del estado de Siria. Sólo que la oposición de Rusia y China, escarmentadas con el caso de Libia impidieron que el plan se llevara a cabo. Entonces la actitud de las potencias de la OTAN fue la de alentar la guerra civil, financiando, armando, y alimentando con mercenarios a distintos grupos islamo-fascistas que son los que están luchando contra el estado en Siria e imponiendo la dictadura del terror y la sharia en las zonas que controla; a estas fuerzas, se les denomina oposición moderada para distinguirla de los grupos de al-Qaeda o del Estado Islámico, que no ocultan su filosofía y su práctica brutal y sanguinaria.

De las mentiras que usan los medios de comunicación al servicio de la OTAN para debilitar al estado sirio, merece la pena destacar por su importancia, la acusación de que usaba armas prohibidas como los gases tóxicos, contra la “rebelión popular”. Después de que esas denuncias fueran investigadas, quedó claro, que el gobierno sirio no las había utilizado por el contrario si lo habían hecho y lo han seguido haciendo “los rebeldes”. Sin embargo pese a las pruebas y las evidencias toda la prensa internacional y “organismos humanitarios” han seguido acusando al gobierno sirio de asesinar a su pueblo con gases tóxicos.

Ahora mismo, con la caída de Alepo, y la situación desesperada de las fuerzas islamistas del estado islámico en Raqqa en el centro de Siria y en Mosul en el norte de Iraq, se abre una esperanza de que acabe la guerra y la demanda de paz, democracia y derechos sociales se puedan abrir paso a partir del debate y la intervención política. Sin embargo la guerra ideológica y propagandística de las potencias de la OTAN va a continuar. De momento han perdido la batalla de Alepo, pero quieren que el precio a pagar sea muy alto. Es completamente absurdo que el ejército sirio, con la batalla de Alepo ganada, y con el esfuerzo titánico por delante de acabar con la guerra en toda siria, se dedique a matar civiles en la parte de Alepo que han ocupado; más absurdo teniendo en cuenta que su política de reconciliación y amnistía a quienes depusieran las armas ha supuesto la rendición de miles de “rebeldes”. Si la propaganda no puede evitar la derrota de las milicias islamo-fascistas, si que cumplen la función, como tantas veces lo ha hecho en la historia de galvanizar ideológicamente a la población occidental contra los países del mal y los imperios de oriente. Si la opinión pública occidental acepta que estamos frente a países dictatoriales que oprimen y asesinan a sus pueblos, las fuerzas imperialistas habrán avanzado en su proyecto de derrotar y saquear, fundamentalmente a los países que consideran la gran amenaza a su dominio que son China y Rusia.

No se trata de ser pro-chino o pro-ruso; nuestra convicción es que los pueblos de China y Rusia sabrán avanzar en la conquista de derechos democráticos y sociales. Pero hoy, en el mundo no hay un imperialismo occidental enfrentado a un imperialismo oriental. Hay un imperialismo en decadencia, liderado por EEUU, que aglutina su fuerza en torno a la OTAN, que busca su tabla de salvación en la destrucción de países soberanos que impiden su dominio económico. Quienes tienen bases militares en todo el mundo cercando cada vez más a Rusia y China son los EEUU. Rusia y china quieren competir en el terreno económico, diplomático y político, pero como en el caso de Siria, hay un límite en las agresiones imperialistas que no van a tolerar.

Los amigos y amigas a los que les duele en el alma las víctimas inocentes en Alepo, que son amantes de la Paz y que por tanto son sensibles a noticias truculentas, deben hacer un esfuerzo para distinguir los hechos de la propaganda e interrogarse sobre algunas evidencias, por ejemplo, porqué Arabia Saudí preside la comisión de Derechos humanos de la ONU (la que está denunciando los crímenes en Siria), cuando en Arabia no hay derechos humanos y además está bombardeando y matando inocentes en Yemen; o porqué hay que salvar Alepo y no hay que salvar Mosul, una ciudad con más de 1 millón de habitantes que está siendo bombardeada para liberarla de la tiranía del Estado islámico. La defensa de la paz es salir a la calle a protestar contra las guerras, pero también y sobre todo interrogarse sobre que está pasando, contrastar las noticias y desconfiar de esos gobiernos que acusan a otros pero ellos mismo han protagonizado las historias más negras de guerras y asesinatos.


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