Quédate en Casa: los Aznar en Marbella
Una semana antes de que la marabunta social se presentara en los supermercados Mercadona, Lidl y Supersol en la Milla de Oro de Marbella – para desabastecerlos especialmente de papel higiénico, agua y huevos -, en el exclusivo hipermercado El Corte Inglés de Puerto Banús, sus clientes se habían provisto via internet.
Todos – conociendo el desbarajuste italiano – los que vivimos en el reino de los borbones veníamos conteniendo el respondernos lo que se nos podía venir encima.
Cuando el sábado 14 a las 21 horas el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el estado de alarma nacional, la gente pasó vertiginosamente de la incertidumbre al miedo y las calles de Marbella comenzaron a vaciarse.
El domingo 15 la calle Alfonso Hohenlohe, transitada por autobuses públicos y privados abarrotados de turistas, grandes motos, taxis y vehículos particulares, ya estaba vacía y, seguirá vacía porque a los residentes les han cerrado sus negocios y los bares, el alma mater de las relaciones de todas las clases sociales.
Marbella, que se caracteriza por apreciar el anonimato vecinal y por disfrutar de un discreto silencio en su vida diaria, está experimentando, por primera vez, lo distinto que es el disfrutar del hogar con plena libertad de movimiento al no poder salir de él bajo sanciones oficiales, o tener que pasar el trago amargo de identificarse en las calles y dar explicaciones a las fuerzas de seguridad sobre su destino.
Difícil es ser optimista en este escenario de limitaciones y de continua decepción política y económica; sin duda que está en nuestras manos el dar solución a toda esta película que ni Spielberg haría mejor.
También, sin duda, saldremos adelante y más fuertes que nunca, pero habrá que enviarles las facturas a los diputados de Vox por saber que tenían todos los números del coronavirus y se presentaron en un mitin con 8 mil personas; a quien / es retrasaron el que se tomara con mayor rapidez el estado de alarma, al presidente del PP, Pablo Casado por seguir la veda de la deslealtad nacional de Vox; al expresidente de gobierno, José María Aznar, por no dar ejemplo quedándose en su casa de Madrid y venirse a Marbella con el riesgo de traer el COVID19; a quienes no se han cansado de enviar bulos diciendo que Felipe González había asegurado la necesidad de un gabinete de crisis sin los actuales ministros; al irresponsable Quim Torra por decirle a España que lo que quieren es aplicar el 155 en Cataluña y, a los periodistas sectarios de la Sexta que no se han cansado de llamar errático al equipo científico liderado por el Gobierno de España.
Muchos esperamos que esas facturas les lleguen públicamente pero con la misma intensidad que les han llegado los aplausos de reconocimiento y respeto a todo el sector sanitario español.