Eduardo Madroñal Pedraza •  Opinión •  17/09/2024

La asfixia del inquilino habitacional

El atraco con el precio de la vivienda en alquiler se ha expandido con el alquiler de habitaciones para vivir. El precio medio de una habitación es de 488 euros al mes, un 57,3% más que hace cinco años. Y si lo comparamos con el año 2015 sería un 90% más. Pero solamente en el último año los precios de las habitaciones se han incrementado de media un 9,8% -pasando de los 445 euros al mes a 488 euros- entre el mes de agosto de 2023 y el de 2024.

El atraco asciende aceleradamente

Con la elevación continuada -en los últimos años- de los precios de una vivienda completa en alquiler -superando los 1.000 euros de media en el conjunto de las comunidades autónomas- ha obligado a la gente a buscar vivienda compartida y poder afrontar el gasto en vivienda. Pese a ello, se ha generado una insoportable situación en la que la mayoría de la población española dedica cada vez más porcentaje de sus ingresos al alquiler, y que en las grandes urbes de nuestro país llega a alcanzar más de la mitad de tales ingresos.

Alquilar habitaciones, dispara beneficios

El alquiler por habitaciones -llamado coliving, palabra inglesa para esconder la convivencia de personas sin relación familiar en una misma vivienda- evidentemente no es algo nuevo, pero se ha disparado -así como su precio- en los últimos tiempos. Por ello, es urgente que se reconozca que el alquiler de habitaciones es alquiler de vivienda y que, por lo tanto, se someta a las mismas condiciones.
Por ejemplo, SmartLiving es una de las grandes empresas especializadas en el alquiler de habitaciones en pisos compartidos, y actualmente opera en Madrid, Barcelona y el País Valencià. Forma parte de Bestinver, la división de activos inmobiliarios del monopolio Acciona -que controla la familia oligárquica Entrecanales y el fondo estadounidense BlackRock-.
Dicha gestora de inversiones de Acciona también está introduciéndose en otras modalidades similares, como las residencias de estudiantes. De hecho, ya posee el antiguo edificio del Hospital Xeral de Galicia en Santiago de Compostela para transformarlo en residencia de estudiantes.

Esta escalada tiene responsables

A través de sus SOCIMI (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria) los grandes fondos buitre y bancos monopolizan el mercado del alquiler. CaixaBank y Blackstone son los dos mayores “caseros” del país. Concentran 41.400 viviendas alquiladas. Más de 185.000 viviendas alquiladas en España son de grandes empresas, la mitad de ellas estadounidenses.
Un nuevo ciclo inmobiliario -que con salvajes subidas del alquiler- es fuente de acumulación de riqueza de la banca, fondos buitre y grandes fortunas. Ha sido el propio Estado -apoyado por la UE- el que ha legalizado que la generación de un paraíso monopolista a costa del sufrimiento de la mayoría.

Inquilinos en huelga, lucha nueva

La voracidad de los fondos buitres parece que no tiene límites. Pero se ha encontrado uno, y con una nueva forma de lucha. 900 inquilinos han iniciado una “huelga de alquileres” contra Nestar-Azora, uno de los fondos más grandes. Rechazan las cláusulas abusivas impuestas por el “casero” extranjero.
El principal accionista de Nestar-Azora es el fondo estadounidense CBRE IM. Y el grupo CBRE es uno de los grandes inversores inmobiliarios en España y en el mundo. A nivel global gestiona 147.600 millones de dólares.
La “huelga” se ha iniciado en septiembre, en Vallecas (Madrid), y se ha extendido a Móstoles, Parla, Villaverde, Carabanchel y Pinto -son 8.000 familias afectadas-; siguen pagando el alquiler sin los abusos.

Redistribuir la riqueza

Redistribuir la riqueza incluye la garantía de una vivienda digna. Recortes Cero afirma que la clave es crear una empresa pública y rentable que construya y/o compre viviendas para reformarlas y ofertarlas en alquiler. Sin aumentar el parque público de viviendas para bajar y regular el precio no se va a resolver el problema. En España sólo el 2,5% del total de casas en alquiler son públicas. Resolver el grave déficit existente es la alternativa.
Es necesaria una ley de vivienda y una empresa pública rentable que de verdad nos proteja del atraco. Y es un elemento clave para redistribuir la riqueza y a la vez es un negocio rentable para generar nueva riqueza y empleo productivo al servicio de nuestro país.


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