EL 11-M en marzo del 2025
En esta mañana lluviosa y gris de marzo en la que un mirlo negro picotea brotes de hojas del árbol plantado frente a mi ventana mientras escucho «Die White A Smile» de Lady Gaga y Bruno Mars (y nuestro amor es la única guerra que vale la pena luchar), desde los mojados verdes campos arañados por el rojo de la sangre de los heridos y asesinados resuenan tambores de imperialistas guerras invasoras de mares, cielos y tierras. Guerras y terrorismos, terrorismos y guerras. La guerra contra Irak a la que nos llevó el gobierno de Aznar del Partido Popular y la venganza terrorista yihadista del once de marzo de 2004 en el recuerdo (a principios 2003, FAES, fundación del PP por aquel entonces, presidida antes y ahora por Aznar, dijo: “Cabe esperar un recrudecimiento de la amenaza terrorista si es que se produce la guerra contra Irak, una amenaza que afectará preferentemente a los países que participen en ella”), ese después transitar entre la dolorida memoria y los sueños nuevos, y este permanente anhelo de quedar suspendido en lo que fue aquel infinito tiempo nuestro.