Libardo García Gallego •  Opinión •  18/11/2016

Calentamiento global o geocidio

La principal ley de la ecología es “Todo está relacionado con todo”. La tierra es nuestro gran ecosistema, donde suelos, aire, animales, plantas, minerales, etc., se interrelacionan cumpliendo funciones naturales específicas que permiten conservar el equilibrio natural. Sin embargo, a uno de los elementos del ecosistema, el ser humano, dizque inteligente y creativo, le dio por alterar los procesos naturales, y sin prever las consecuencias de su intervención en las demás partes del todo terráqueo, ha transformado equivocadamente la naturaleza hasta amenazarla con su propia destrucción.

 

Quizás dado el prestigio del productor, un canal colombiano de TV., acaba de presentar el documental “Antes que sea tarde”, realizado por el actor Leonardo di Caprio, donde alerta al mundo sobre los peligros del calentamiento global, cuya causa fundamental es la altísima concentración en la atmósfera del bióxido de carbono o dióxido de carbono (CO2), el compuesto orgánico más importante para el sostenimiento de todos los seres vivientes en la tierra, aunque es de efecto invernadero.

 

Ambientalistas, químicos, biólogos, geólogos, geógrafos, climatólogos, etc. coinciden en la necesidad de introducir de inmediato cambios que permitan frenar el calentamiento del planeta, sin embargo chocan con negociantes egoístas e ignorantes que niegan esta realidad empeñados en defender las multinacionales responsables de la misma, acusando a los científicos de terroristas y mentirosos y hasta han producido también documentales donde afirman que el calentamiento global no es cierto.

 

El CO2 se aprovecha en muchos campos, entre otros, la industria alimenticia, la refrigeración, la agricultura. Las plantas, algas y cyanobacterias usan la energía solar para fotosintetizar carbohidratos a partir de CO2 y agua. Se produce CO2 durante los procesos de descomposición de materiales orgánicos y la fermentación de azúcares en la fabricación de vino, cerveza y pan, en la combustión de petróleo, carbón, turba, y gas natural. La combustión de combustibles fósiles y la deforestación han provocado un aumento de la concentración atmosférica de CO2 cercana al 43% desde el comienzo de la era de la industrialización, calentando la superficie terrestre y las capas inferiores de la atmósfera mientras enfría la atmósfera superior, lo cual genera el calentamiento de la tierra. La concentración óptima de CO2 es 680 mg./metro cúbico de aire.

 

El tema es extenso y será ampliado en próxima entrega; por hoy me permito enumerar algunos aportes que podría hacer Colombia para detener el calentamiento global:

1.   Disminuir la explotación de petróleo; prohibir el fracking y la explotación de carbón  a cielo abierto; racionalizar y controlar la explotación de gas natural.

2.   Empezar a utilizar energías alternativas sanas: solar, eólica, mareomotriz, geotérmica. Ya empiezan a rodar por Colombia algunos modelos de automotores eléctricos, ojalá en poco tiempo sean sustituidos por ellos todos los motores a gasolina y diesel.

3.   Detener la destrucción de los bosques, ya que estos regulan  o estabilizan la producción del CO2, pues mediante la fotosíntesis producen carbohidratos, lípidos, proteínas y otras moléculas complejas, necesarias para la vida. Es urgente parar la tala legal e ilegal de las selvas Amazónica, Pacífica (desde Chocó hasta Nariño), del Catatumbo, del Magdalena Medio.

4.   Disminuir al menos en un 50% la extensión dedicada a la ganadería y el resto  llenarlo de bosques o plantaciones de maderables nativos, nunca de coníferas exóticas, de palma de aceite o de otros cultivos agroindustriales dañinos o potencialmente dañinos para las personas, como lo son la soya, el maíz y la caña transgénicos, entre otros.

 

Armenia, 16 de noviembre de 2016

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