Las FARC-EP y víctimas ya fueron traicionados
Es frustrante ser testigo del siglo de la mentira revelada como una verdad absoluta, una verdad de fe, por la vía de los multimedios, versátiles y de difusión masivos, los que son utilizados como recursos de propagando política y de guerra sucia, desinformando, malinformando y enseñando la mentira aprendida, con mayor poder que el de la llamada academia y universidades, en general, cuya sabiduría consiste en reproducir religiosamente o reexplicar, con pose intelectual, esa mentira aprendida mediáticamente.
Fue una traición cocinada a fuego lento y llevada a cabo por capítulos que iban transmitiendo los medios con los que iban narrando y mostrando sus mentiras, incluso, con la reproducción ingenua de la mentira, de muchos de los que se ubican en las antípodas de la derecha capitalista.
En esas entregas por folletines mediáticos, se montó en la olla a más FARC-EP y a las víctimas, llevándolos a aceptar un Plebiscito que a todas luces mostraba una división entre quienes lo quieren la paz y los cándidos que se dejaron imponer este mecanismo en un país en guerra y con víctimas y odios a flor de piel.
Pero los medios de la derecha reprodujeron la mentira, en la que, a sabiendas de que el país colombiano estaba dividido en su opinión respecto de la paz con la FARC-EP, vendieron la mentira de que “todos estaban apostando por la paz y el Plebiscito, para sellar este acuerdo”. Así, también, mintieron con el Brexit en la Gran Bretaña cuando sabían del hastío de los ingleses por la dictadura de la Unión Europea y la pérdida económica y de hegemonía de la corona inglesa. También mintieron como línea política anunciando el imposible triunfo candidatural de la señora Hillary, la esposa de Clinton, cuando hasta las piedras sabían que desde el principio iba a ganar Donald Trump, pero utilizando todos sus multimedia como instrumento de propaganda y guerra sucia pretendieron revertir esta realidad. Así, por tierras venezolanas hicieron lo propio, los palangristas medios, cuando el Comandante Hugo Chávez fue candidato a sabiendas de que él era en sí mismo un huracán electoral, hasta el momento de su muerte y más allá de muerto, pues dejó orgánicamente vivo y fortalecido al chavismo, como expresión político-cultural.
Ahora bien, se ha firmado un nuevo acuerdo de paz en Colombia, con el puñal de la traición envuelto en níveo pañuelo. Vendrán, entonces, homicidios, arremetidas violentas y más traición, lo que apunta a un recrudecimiento de la violencia, porque con la mentira y el engaño, se impusieron para vender al mundo una realidad virtual, para seguir en lo mismo: la violencia contra el Pueblo como mecanismo de explotación del Pueblo. La clase política gobernante ha subestimado a las FARC-EP. Las consecuencias se harán sentir, cuando se tengan que hacer sentir y sin retorno.