Pedro Sánchez y el “cacao maravillao”
Pedro Sánchez, nuevo Secretario General del PSOE continúa con un verdadero “cacao” plurinacional, multicultural, federal, confederal… no sabemos ninguno, bien a lo que se refiere, y mucho menos lo que pretende. Creo que él, aun no lo sabe.
Este fin de semana, el PSOE asumió en su ponencia política por amplia mayoría el «carácter plurinacional del Estado» propuesto por el equipo de Pedro Sánchez. La ponencia política incorporó que es necesaria «una reforma constitucional federal, manteniendo que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español». Los socialistas se comprometen a «perfeccionar el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado», tal y como Sánchez propuso en su documento presentado en febrero. Lo que no deja la ponencia es margen alguno para el llamado derecho a decidir, desde el momento en el que ratifica el artículo 1.2 de la Carta Magna, que establece que «la soberanía reside en el conjunto del pueblo español». De esta forma el texto político aprobado por los socialistas solventa cualquier duda respecto a su posición frente al independentismo catalán que reclama la celebración de un referéndum para decidir sobre su permanencia en el Estado.
¿Reforma constitucional federal manteniendo la soberanía en el conjunto del pueblo español? Eso como se guisa. Un estado federal, necesita de la aprobación de las naciones federadas, o lo que es lo mismo tras la consulta a sus pueblos si aceptan o no federar su territorio a la federación ¿o se hace a espaldas del pueblo? Una reforma constitucional federal deberá construirse desde y por los territorios, no desde Madrid hacia los territorios. Acepta perfeccionar el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado, por tanto, pero al mismo tiempo aclara que de espaldas a los nacionalistas, sin reconocer el derecho a decidir de los ciudadanos. Es una gran contradicción, por no ser duro, y decir que miente, engaña, además de intentar tomar el pelo a todos.
Del mismo no aclara si su concepto federal es de República Federal o Reino Unido, si devuelve la jefatura del estado a un ciudadano/a electo, o lo mantiene en manos de la monarquía. En definitiva, un “cacao” estructural en el mejor de los casos, en el peor de ellos, una nueva política socialista basada en la indefinición y el engaño, cambiar humo por más humo aún sin es que ello es posible. Nada nuevo bajo el panorama de la vieja y caduca política.
La única vía posible para el futuro de una España “en común” es, en efecto, una reforma constitucional, sea bien federal o confederal. Para ello, ante todo hace falta voluntad, claridad de ideas y una hoja de ruta bien diseñada, consensuada entre todos y, sobre todo, bien construida. Una Constitución Federal, debe comenzar justo, por lo contrario, por el reconocimiento de la existencia de naciones, reconocer lo que dice Pedro Sánchez, una nación de naciones, pero llevado a la realidad. Reconocer que la soberanía reside en la ciudadanía de cada una de las naciones, y no en el conjunto de la federación. La federación debe ser reconocida de forma voluntaria y asumida, no impuesta. Este concepto básico y claro, es el que no entiende, o no quiere entender Pedro Sánchez.
Ahora, para el colmo de la confusión, quiere sumar la aritmética necesaria para arrojar al PP del Gobierno, para lo que necesita un milagro múltiple, ya que, para intentar llegar a esa mayoría mínima necesaria, necesitará a los mismos nacionalistas a los que les niega el derecho a decidir. Lo veo un poco difícil, por no decir imposible. Pedro necesitará pactar con los grupos catalanistas y vascos ¿piensan en que le darán el respaldo a un Pedro Sánchez que les niega el pan y la sal? ¿Que les promete la ínsula de barataria? Es todo un sinsentido, un despropósito que sólo aumentará la confusión entre los socialistas, entre el conjunto de los españoles, para desastre del PSOE, beneficio de Podemos y nuevo record electoral negativo del socialismo español, quizás el último y definitivo.
El Señor Sánchez está incapacitado para dirigir el socialismo, el Partido Socialista, y mucho menos, en esta confusión de ideas, soluciones y estructura, para Gobernar ni esta España actual, ni la España que tiene o imagina en sus sueños, porque en la realidad no tienen la menor idea de lo que quiere, ni para él, ni para el partido ni para España. Un verdadero peligro en potencia para todos, sobre todo para la democracia.
* Presidente de Asamblea Nacional Andaluza.