El arma más buscada por EE.UU. en Cuba está en Washington DC
Nueve científicos cubanos, miembros de un panel de la Academia de Ciencias de Cuba, sostuvieron la pasada semana un intercambio en Washington con médicos del Departamento de Estado acerca de los llamados incidentes de salud que ha alegado el gobierno estadounidense para disminuir al mínimo su personal diplomático en La Habana, afectar los servicios migratorios a ciudadanos cubanos que desean viajar a ese país y elevar la retórica en las relaciones bilaterales.
Los cubanos recibieron un resumen de los resultados de exámenes médicos previamente reportados por la Revista de la Asociación Médica Americana(JAMA por sus siglas en inglés) y presentaron las siguientes conclusiones:
- Con la información intercambiada no es posible demostrar la existencia de un nuevo síndrome médico neurológico de lesión cerebral, ni afirmar que se haya podido producir un daño cerebral del tipo originado por golpes a la cabeza sin que se haya producido trauma craneal alguno. Esa idea es imposible.
- Las evidencias médicas presentadas tienen serias limitaciones. La mayoría de los casos descritos presentan síntomas como dolores de cabeza, náuseas, mareos, trastornos subjetivos del equilibrio y del sueño, que son producidos por trastornos funcionales y enfermedades como la hipertensión, estrés, y muchas otras de alta prevalencia en Estados Unidos y en el mundo.
- La exactitud de los reportes pudo haber sufrido también por el intervalo promedio de tiempo de 203 días que medió entre los alegados incidentes y las investigaciones médicas reportadas.
- Las pruebas neuropsicológicas, consideradas más objetivas, fueron evaluadas con criterios inusuales que, aplicados a un grupo de sujetos sanos, calificaría a casi todos como enfermos. De haberse utilizado los criterios estándar establecidos internacionalmente, solo dos individuos podrían considerarse afectados, lo cual podría atribuirse a diversas enfermedades preexistentes.
- De acuerdo con lo reportado, solo se encontraron tres individuos con pérdidas auditivas ligeras o moderadas, pero cada uno con audiogramas que se corresponden con enfermedades distintas y probablemente preexistentes.
- No se reportaron hallazgos indicativos de daño cerebral en las neuro-imágenes. En dos individuos se reportaron signos leves y en otro fueron signos moderados que, según los evaluadores, no son específicos, aparecen en múltiples enfermedades y podrían atribuirse a procesos que ocurrieron antes de que esas personas viajaran a Cuba. No ha sido posible que los expertos cubanos accedan a esas imágenes.
La información difundida sobre la reunión plantea que como era de esperar “la delegación cubana rechazó categóricamente el uso del término “ataque” sin que exista evidencia alguna que lo sustente” pero lo más interesante es que los funcionarios estadounidenses presentes en la reunión aseguraron no tener explicación alguna para los incidentes. “Aún no conocemos la causa, aún no sabemos qué o quién es el responsable de los ataques a la salud que afectaron a nuestro personal en Cuba” afirmó a propósito Heather Nauert, vocera del Departamento de Estado, reiterando que son “ataques”, sin causa ni atacante.
Si la evidencia científica es tan débil por qué medios de comunicación como The New York Times y CBS han publicado recientemente filtraciones que tratan de incriminar a Rusia en los hechos, desenterrando historias de la Guerra Fría y hasta culpando a una “fracción disidente” dentro de los servicios de seguridad cubanos, autora de los pretendidos ataques. La CBS llega a citar a “funcionarios no identificados” pero ¿quién está detrás de tales filtraciones y por qué se han reiterado en las últimas semanas? ¿Es de suponer que los mismos que dijeron antes a esos y otros influyentes medios de comunicación primero que se trataba de “armas sónicas”, luego de “un virus”, ahora culpen a “microondas rusas” y sigan teniendo credibilidad?
Recordando, con extremo respeto la Teoría de la evolución de las especies de Darwin, pareciera que mientras aquella llevó siglos de conocimiento humano para concretarse, en referencia a un proceso de millones de años, en este caso se evoluciona en cuestión de meses de una causa a otra, según se va volviendo insustentable la anterior.
Aplicando el mismo método de buscar contradicciones internas pero en el gobierno norteamericano, que sí está muy bien descrito en libros como Back channel to Cuba, de William M. Leogrande y Peter Kornbluh, se aprecia que la política hacia la Isla ha sido muchas veces escenario de disputa entre el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional.
Resulta muy interesante que mientras el Departamento de Estado acepta un intercambio con científicos cubanos, el Consejo de Seguridad Nacional que preside el halcón John Bolton, célebre por acusar a Cuba durante el gobierno de George W. Bush de producir armas biológicas, nombra al cabildero probloqueo y cercano al Senador Marco Rubio su segundo para el Hemisferio Occidental. Quizá urgando allí se pueda encontrar un arma que no es tan novedosa como las que se han buscado hasta ahora por los medios de comunicación sino que tiene una larga historia en la política estadounidense hacia la Isla: la mentira. Pero algo debe haber aprendido el Sr Bolton de su fracaso anterior, ya no dice las mentiras él, aprendió que es mejor filtrarlas a la prensa corporativa.
Fuente: https://zonafrank.wordpress.com/2018/09/18/el-arma-mas-buscada-por-ee-uu-en-cuba-esta-en-washington-dc-por-iroel-sanchez