Andrés Expósito •  Opinión •  19/10/2016

Percatarse del latido de la vida

Estamos creando irrealidades que solo sirven para producir, olvidamos que nuestros niños deben experimentar las emociones.

            Erróneamente, como adultos, hemos acabado por pensar que las emociones amparan la debilidad, acaban por herir, e intentamos apartar a nuestros niños de ello.  Lamentablemente estamos acudiendo a rescatarlos sin que nada haya ocurrido, y así, los apartamos de experimentar la vida.  Como imbéciles, diseñamos futuros para ellos encerrados en burbujas que los aíslan del exterior, de ese lugar donde se experimentan las emociones, donde se halla el clamor y el sortilegio de la vida, y lo hacemos bajo el egocéntrico pensamiento de progenitores que imponen su experiencia, nuestros desgarros sufridos, nuestros miedos, sin dar cuenta que con ello solo contaminamos su camino, los alejamos de las vivencias, de la única realidad que procrea todo: “percatarse del latido de la vida”.

            La mordida con la que la vida nos ha coaccionado, no debe, en forma alguna, coaccionar el camino de nuestros hijos, la mirada a sus propios horizontes, y es que, con ello, no vamos a conseguir salvarlos, ni alejarlos del precipicio, ni de toda posible caída, en todo caso, los apartamos de su propio sendero, de cada paso y cada tropiezo y cada lágrima, y de cada euforia incontenida por lo luchado y logrado, y de cada alegría y cada brazo en alto mostrando el triunfo, porque en una u otra manera las emociones están todas relacionadas, son la cara y el reverso, es cada centímetro andado, cada paisaje observado, cada acto protagonizado.

            Estamos creando entes que solo sirven para producir.  El Dios capitalista infunde tanto miedo que creemos que solo bajo su ideología, como discípulos, encontraran nuestros niños la felicidad, y ello, nos ciega, y acabamos por distraer el verdadero sentido de la vida.

 

                                                                                   Andrés Expósito, escritor

                                                                                   www.andresexposito.es


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