Inmaculada Sarmiento Lorenzo •  Opinión •  19/12/2016

No puedes ser ecologista y seguir comiendo carne

La mayoría niega lo evidente pero está claro que cuanto más abajo comas de la cadena alimentaria mejor será para el medio ambiente.  Para aquellos y aquellas que se preocupan por el calentamiento global, por la polución del aire, por la destrucción de los bosques y la contaminación del mar, una dieta vegetariana es la culminación personal a la consecución del bienestar medioambiental.

 

Puedes reciclar, puedes contratar el servicio de una compañía que proporciona energía limpia a la red pero olvidas un hecho muy importante para ayudar a nuestro planeta, este hecho es dejar de comer carne.  Un cambio en el estilo de vida es crucial en estos momentos tan decisivos para llegar a conseguir un planeta sano.

 

No hay acción individual más potente para que nuestra agua este menos contaminada, para salvar bosques, para recuperar tierras desnaturalizadas que dejar de comer carne.

 

La mejor contribución para reducir la basura es convertirse en vegetariano y vegetariana y sobre todo concienciarse como consumidor y consumidora de adquirir nuestra comida en la frutería de tu barrio y atendiendo siempre a la posibilidad de adquirir productos a granel.

 

Las organizaciones necesitan fundamentalmente el apoyo público para dar visibilidad a sus reivindicaciones  y hablar de dejar de consumir carne no es un mensaje que muchas ni quieran ser abanderadas y otras ni quieran escuchar.

 

Hay que recordar que los bosques tropicales son muchas veces talados para criar ganado destinado a los consumidores occidentales y una porción elevada de la contaminación del agua es debida a los residuos animales de la cría y las bacterias que se depositan en el agua.

 

Los cambios medioambientales deberían comenzar desde el nivel más bajo y ese nivel para mí es el consumidor y la consumidora por eso es tan importante que estén informados e informadas por parte de todas las organizaciones y sobre todo las que apoyan el ecologismo.

 

Todos y todas hacemos lo mejor que podemos basándonos en esa información que obtenemos por los diferentes medios por los que nos movemos y por los que nos comunicamos de ahí la importancia de ser exactos  y capaz de proporcionar la información sobre el consumo de carne.

 

Dos tercios de la tierra está destinada a cultivar pastos y cosechas para alimentar a ganado. El planeta respiraría mejor con una tregua y un cambio de alimentación es fundamental. Toda esta tierra sobreexplotada se utiliza para alimentar animales , desaprovechando la oportunidad de cultivar legumbres y cereales para el consumo humano y contribuir a paliar el hambre en el mundo.

 

La política tampoco ayuda, en estos momentos la PAC incentiva las tierras no cultivadas y la plantación pero no la recogida del producto así que ese producto se pierde.  El cambio climático desertiza cada año miles de hectáreas obligando a migrar a las personas de ese entorno. Esta desertización ha sido la chispa de la guerra de Siria. El cambio climático lo cambiará todo de forma drástica y nadie habla de todas las consecuencias que sufriremos.

 

Inmaculada Sarmiento Lorenzo.  EQUO Córdoba


Opinión /