André Abeledo Fernández •  Opinión •  20/03/2025

El Salvador se convierte en un gran campo de concentración, un Guantánamo más barato para EEUU

Bukele ha demostrado al mundo que clase de personaje es realmente, el presidente de El Salvador es un fascista que se ríe de los derechos humanos, de la legalidad internacional, y que pretende convertir a El Salvador en un nuevo Guantánamo pero más barato para los EEUU, y donde el gobierno norteamericano no se tendrá que manchar las manos, porque lo hará directamente el gobierno Salvadoreño.

La industria de El Salvador de Bukele serán los campos de concentración y las mega cárceles, donde por poco dinero EEUU y quien pague podrá enviar no solo a delincuentes, sino también a migrantes indocumentados, o a presos políticos, podrán encarcelar a quien quieran, porque quien paga manda y a Bukele no le importa si son inocentes o culpables.

Vuelve el comercio de esclavos a Norteamérica y Centroamérica de la mano de Donald Trump y Bukele, la venta de carne humana en forma de migrantes enviados a un infierno de donde casi seguro saldrán muertos por lo que no podrán contar su experiencia en el infierno, donde trabajarán gratis a las órdenes de unos gobiernos que han decidido que las leyes y los derechos humanos sobran.

La internacional fascista liderada por Donald Trump añora los tiempos donde la ley de la selva gobernaba el mundo.

Los herederos del Kukus Klan quieren ser los amos de la plantación, otros como Bukele, Santiago Abascal, Milei, María Corina Machado, Edmundo González, etc, se conforman con ser el negro de la casa, y son capaces de vender a su propio pueblo al amo Yanqui.

El racista gobierno de Donald Trump defiende el uso de una ley del siglo XVIII, pensada para tiempos de guerra, para expulsar a cerca de 300 venezolanos a una cárcel en El Salvador sin ningún tipo de proceso judicial, pese a la orden en contra de un juez. 

Los jueces insisten en exigir explicaciones, los migrantes deportados no pueden ser tratados como delincuentes sin pruebas y sin una sentencia judicial, eso solo pasaba en la dictaduras.

Tal vez en el siglo XVIII que es donde parece vivir ideológicamente la administración de Donald Trump, los derechos humanos no importasen porque no existían, el de los EEUU es un gobierno que tergiversa hoy leyes redactadas en el siglo XVIII para poder tratar a ciudadanos extranjeros como a delincuentes, para poder tratar a seres humanos como a bestias sin derechos.

“Estamos empezando una verdadera crisis constitucional”, aseguró en la red social X el abogado experto en cuestiones de seguridad nacional Mark Said.

El caso de los venezolanos deportados a El Salvador no es el único caso de racismo que pisotea las leyes y muestra el racismo del gobierno Trump. La profesora de la Universidad de Brown Rasha Alawieh, de nacionalidad libanesa y de 34 años, radicada en Estados Unidos con un visado de trabajo, viajó a su país de origen para visitar a su familia. A su regreso se le impidió la entrada en suelo estadounidense y fue deportada a Líbano vía París.

Pero la brutalidad del caso de los migrantes venezolanos enviados a las cárceles de la muerte de Bukele en El Salvador es especialmente sangrante.

A pesar de la prohibición de un juez norteamericano de hacer esta barbaridad siguieron adelante, tanto Donald Trump como Bukele mintieron y se burlaron de la justicia y del sufrimiento de estos migrantes y de sus familias, los venezolanos que en un principio fueron tratados como refugiados políticos para desestabilizar al gobierno de Venezuela ahora son tratados como criminales, como delincuentes, como esclavos, porque el gobierno Yanqui considera que no son útiles.

La oposición venezolana apoya la decisión de Donald Trump en un comunicado vergonzoso, cobarde, y llenos de falsedad donde tratan de no enfadar al amo y no perder el poco apoyo popular que les puede quedar en Venezuela.

El gobierno de la Republica Bolivariana de Venezuela en boca de su presidente Nicolás Maduro ha prometido a las familias no dejar de luchar por el regreso de estos migrantes venezolanos, también anuncia vuelos para evitar que más venezolanos sufran esta terrible suerte de manos del gobierno de Donald Trump y Bukele.

El mundo entero, quienes aún respetan los derechos humanos, deben exigir tanto a los EEUU como a El Salvador que dejen de mercadear con seres humanos.


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