Juanjo Basterra •  Opinión •  20/04/2021

Mikel Reparaz (Euskal Kazetaria): “El racismo y la violencia policial en Estados Unidos es algo sistémico y esto lo demuestra que tanto con Trump, con Biden y antes con Obama las cosas siguen muy parecidas”

Mikel Reparaz (Euskal Kazetaria): “El racismo y la violencia policial en Estados Unidos es algo sistémico y esto lo demuestra que tanto con Trump, con Biden y antes con Obama las cosas siguen muy parecidas”

Mikel Reparaz, periodista especializado en información internacional para EITB, pasó cinco años de su vida en Nueva York. Conoce la difícil realidad de Estados Unidos y analiza con nosotros lo que está pasando. Las muertes de personas negras o latinas a manos de la Policía se suceden. “El racismo y la violencia policial en Estados Unidos es algo sistémico y esto lo demuestra que tanto con Trump, Biden y Obama, antes, las cosas siguen muy parecidas”, manifiesta Reparaz. Es un país poderoso, pero construido “sobre el poder de la supremacía blanca”, para ello pone como ejemplo el epílogo de la era Trump con el asalto al Capitolio. Adelanta que el nuevo presidente vuelve a situar a Estados Unidos con su “perfil anti ruso” e “intentar volver a los consensos de la era Obama, con la Unión Europea, con la OTAN, con el acuerdo nuclear con Irán…”.

Estados Unidos estos días destaca por las muertes de personas no blancas a manos de la policía. Para un ciudadano afroamericano es más probable una bala que un boleto premiado de la lotería, de acuerdo a un estudio publicado en Actas de la Academia Nacional de Ciencias. Según explica, aproximadamente 1 de cada 1.000 personas negras de Estados Unidos espera morir como Floyd, Taylor o Arbery: es decir, a manos de agentes de la ley. Lo que en la estadística los coloca 2,5 veces más propensos que las personas blancas. La ONG Mapping Police Violence afirma que las personas negras tienen tres veces más opciones de que las mate un policía. “Los negros eran el 28% de los asesinados por la policía en 2020 a pesar de ser solo el 13% de la población”.

Los últimos días estamos viendo asesinatos de la Policía de Estados Unidos de personas negras, latinas… ¿no ha cambiado nada con la entrada de Biden en la Casa Blanca?

No ha cambiado nada, porque el problema es mucho mas profundo que el de un gobierno o una administración. El nuevo Gobierno en Estados Unidos para muchos suponía una esperanza de cambio y, sobre todo, para las comunidades más oprimidas y, sin embargo, estamos viendo que la brutalidad policial, el racismo siguen estando ahí porque es un problema, como digo, mucho más profundo. Es un problema que viene de un conflicto de carácter político, y hasta que no haya una reforma del sistema judicial de Estados Unidos, del sistema policial y hasta que no haya una reflexión en el país de que cambie todas estas cosas no va haber cambios estructurales. El racismo y la violencia policial en Estados Unidos es algo sistémico y esto lo demuestra que, tanto con Trump, con Biden y antes con Obama las cosas siguen muy parecidas.

¿Esa reforma que dices es muy difícil llevarlas adelante y aplicarla en Estados Unidos por la disparidad entre estados y personas?

Sí. Ha habido un momento en Estados Unidos con la muerte de George Floyd el año pasado que realmente parecía que se planteaban algunas cosas. En Minneapolis hubo propuestas de refundar los cuerpos policiales, de crear unos sistemas alternativos …realmente parecía que se estaba poniendo sobre la mesa y en el debate político las reformas de calado muy profundas. La reforma del sistema judicial parecía que llegaría porque estábamos en campaña electoral, que los demócratas asumían esos planteamientos, incluso escuchamos a Joe Binden decir que hacía falta cambios estructurales en Estados Unidos, pero realmente llevar eso a la práctica creo que no sólo es realmente muy difícil, sino que no hay una voluntad política real del Partido Demócrata, y menos gobernando ahora.

Creo, como dices, que es muy difícil llevar adelante los cambios estructurales en Estados Unidos, sobre todo un país que, de alguna forma, está construido sobre el poder de la supremacía blanca. El racismo estructural o sistémico en Estados Unidos es también un reflejo de la historia misma del país. Como decía James Baldwin ‘esto sólo se va a solucionar el día que los blancos en Estados Unidos se conviertan en negros’. Y realmente sientan eso.

¿No va haber nunca una solución?

A mi me parece que la solución es muy difícil. A ver, no sé lo que puede pasar en el futuro, pero la verdad es que yendo al aspecto más positivo y esperanzador creo que está cambiando en debate político en Estados Unidos. Es verdad que el Partido Republicano se queda en la órbita de la extrema derecha, del trumpismo, pero en el Partido Demócrata está tomando fuerza cada vez más un movimiento de izquierda, progresista en lo social y de cambio. Hay nombres como Alexandria Ocasio-Cortez, mujeres congresistas que han entrado en las instituciones, incluso representantes de minorías. Este es el congreso con mayor presión indígena de la historia de Estados Unidos. Hay cosas que están cambiando y el debate político está evolucionado y habrá algunas cosas que se podrán ir cambiando.

Pero a mi lo que me han demostrado los años que he vivido en Estados Unidos y que he leído sobre la historia de Estados Unidos es que cada vez que se da un paso a favor de los derechos civiles, de las comunidades, de las minorías en contra del racismo y el supremacismo blanco, siempre hay un paso atrás. Eso se produjo durante los años de Obama, con la llegada posterior de Trump, y ahora que parece que hay voluntad por parte del Partido Demócrata de hacer cambios, no sé si llegarán a buen puerto.

¿Cuántos años has estado en Estados Unidos?

Cinco años viví. Ahora estoy de vuelta.

“Las grietas de América”, tu libro, que también promocionó Sare Antifaxista, más que grietas describe profundos socavones de difícil arreglo ¿no te parece?

Sí. De hecho, el epílogo de la era Trump fue la imagen de la toma del Capitolio por parte de grupos de extrema derecha, de conspiracionistas, de grupos que surgen de las redes sociales y de medios de la extrema derecha. Es el epílogo de la era  Trump,  de Estados Unidos. Queda claro que con el cambio de gobierno esa franja, esas grietas siguen estando por ahí. La sociedad estadounidense está absolutamente dividida. Hay dos relatos paralelos que no se encuentran en Estados Unidos. Hay quienes creen que Biden es un presidente ilegítimo porque hubo fraude y que en realidad las elecciones las ganó Trump y, por otro lado, está el relato que nos liga a nosotros más con Estados Unidos, que es de los medios de comunicación más en el lado del lado demócrata como la CNN, The New York Times…y esas dos realidades son paralelas. Son dos países que no se hablan. Y la falta de diálogo, al final lleva a que cada vez esas grietas sean más profundas.

Porque, por un lado, está la polarización política, pero, por otro lado, hay muchas grietas que, de alguna forma, agrietan más ese imperio: las grietas raciales, desigualdades sociales, económicas, las prisiones, la situación de la violencia policial entre otras cosas. Hay una serie de grietas que hacen que ahora mismo sea muy difícil intentar unir el país.

¿Crees que Joe Biden quiere trazar un camino diferente, al que estaba marcado por Trump, que es evidente que lo ha tomado, pero me refiero a volver a la época de Obama?

Dentro del país está intentando creo que cohesionar, o ese es su mensaje. Quiere curar heridas, dice que es un sanador y viene a curar las heridas provocadas por Trump, pero lo que pasa es que esas heridas no solo vienen de la era trumpista, vienen de mucho antes. En muchos casos son históricas. Con Obama surgió el movimiento Black Lives Matter contra la violencia policial; no con Trump, sino con los años de Obama. Cuando empezamos a ver lo que hacía la policía a los jóvenes negros de Estados Unidos, que lo empezamos a ver cuando los móviles empezaron a tener cámaras y empezamos a ver esos vídeos. Ahora que Biden diga que viene a curar esas medidas no sé hasta qué punto tiene credibilidad, teniendo en cuenta que fue el vicepresidente de Obama. Entonces, por un lado, sí creo que va a intentar volver a unos consensos. Tiene una herramienta para mi muy importante como es la vacunación, la lucha contra el coronavirus que parece que le puede salir bien. Los datos de vacunación están siendo esperanzadores, son buenos. También está dando ayudas económicas. Hay un paquete económico del que van a llegar muchas ayudas directas a muchas familias de Estados Unidos, a muchos trabajadores, eso le va a ayudar.

Presentación en 2020 Portugalete (Merkatua

¿Te refieres a los dos billones que va a poner encima de la mesa?

Sí,  el paquete de reconstrucción para la crisis económica. Es verdad que algunas cosas le pueden funcionar a corto plazo, pero hay temas que no va a poder solucionar. Creo que lo está intentando. Y luego está la política exterior. Y hay una cosa que Biden está intentando hacer que es volver a la tradicional política de Estados Unidos de intentar expandir el mensaje, de alguna forma, y la ideología de democracia liberal de Estados Unidos, algo que Trump había dejado del lado con una politica poco intervencionista al menos. Pero Biden lo que quiere ahora es, otra vez, liderar el mundo, volver a ser ejemplo y ser referente de las democracias liberales del mundo, algo que en este momento Estados Unidos ha dejado de ser, sobretodo, con las imágenes que vimos en el Capitolio y todo lo que ha pasado en los últimos años.

En este caso, ¿te refieres a la amenaza contra Rusia y la defensa de Estados Unidos de Ucrania?

Sí. El está marcando el terreno. De alguna forma, la buena o supuesta buena relación que ha tenido Trump con algunos gobiernos considerados autoritarios por parte de Estados Unidos, lo quiere revertir, quiere marcar el perfil anti ruso, que ahora mismo es lo más claro en la política exterior de Estados Unidos. Intenta volver a los consensos de la era Obama, con los consensos con la Union Europea, con la OTAN, con el acuerdo nuclear con Irán y, de alguna forma, aunque no haga cambios grandes en sus alianzas con dictaduras como la saudí, sí que por lo menos ha abroncado al príncipe saudí por la vulneración de derechos humanos y está intentando cambiar el discurso. O por lo menos mantener distancias con el anterior presidente.

¿Crees que Estados Unidos abandonará Afganistán?

Es un tema que llevan tres presidentes planteándolo. Obama anunció que se iban a retirar. Trump firmó una resolución en la que retiraba de Afganistán, pero no han salido todavía, y los acuerdos Doha establecían que el 1 de Mayo se tenían que retirar. Ahora Biden lo que dice es que se  van a retirar para el 11 de septiembre. Empezará el 1 de mayo, pero el 11 de setiembre estarán todos fuera, y la OTAN sigue detrás.

Creo que, al fin y al cabo, Biden lo que hace es cerrar algo que había empezado Obama, pero que se ha alargado la guerra durante dos décadas. Es la guerra más larga de Estados Unidos, y Biden lo que quiere es cerrarlo con algo que estaba establecido en la era Trump, que es la retirada de todos.

Luego lo que ha quedado claro también es esa alianza que quiere volver Biden con Europa y con los países de la OTAN, porque la decisión es consensuada. Han hablado con la OTAN estos días y han decidido salir todos a la vez entre otras cosas porque los países de la OTAN, que tienen soldados allí, no tienen logística para quedarse, si no están los estadounidenses. En fin, era lógico que todos salieran a la vez.

¿Qué opinas de las armas fantasma que se están moviendo por Estados Unidos?

Es un debate colateral dentro del debate de las armas de fuego. En Estados Unidos el gobierno nunca ha conseguido, aunque Obama lo intentó después de la masacre de la escuela de primaria Sandy Hook. Intentó controlar algo más la venta de armas de fuego, pero es algo que nunca ha hecho ningún gobierno. Porque es sabido que en Estados Unidos hay tantas armas como habitantes y muchas de ellas son legales, hay un lobby de armas muy importante y ningún gobierno ha hecho frente a las mismas. Lo que Biden ha empezado a hacer y quiere demostrar es tomar medidas de control de armas, pero ha empezado por lo mas fácil, que son las armas fantasmas, que son las armas que no están registradas como tal. El problema real no es solo ese. Puede ser un problema, pero no el principal. El problema es que en Estados Unidos es legal comprar armas de guerra, prácticamente. Esto se está viendo en los tiroteos casi diarios en Estados Unidos. Utilizan armas como las AR15 y otras armas de guerra legales en Estados Unidos. Es verdad que la legislación cambia, según el Estado, pero desde el Gobierno federal es más una declaración de intenciones lo que ha hecho Biden, más que una medida efectiva.

Lo que pasa es que para construir algunos componentes de esas armas solo hace falta tener una impresora 3D.

Ese es uno de los problemas. La tecnología permite eso.

Y para no seguirte por las compras o la numeración de ciertos componentes.

Claro.

Al final, se van añadiendo problemas.

Sí, sí, sí. Se les complica cada vez más. Y además siendo una amenaza en Estados Unidos por parte de grupos de extrema derecha, de supremacistas blancos, que está ahí. En Estados Unidos se ve cual es el perfil de los ataques y las armas fantasma son un problema más. Insisto, además hay un problema más grande que son las armas legales, no sólo las ilegales.

¿Qué piensas de la idea de Biden de subir el impuesto de sociedades, que parece que cuenta con el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque no con los empresarios estadounidenses que no les ha parecido una buena idea?

Bueno, el momento para Biden es ahora. Si quiere hacer alguna reforma es ahora. Subir el impuesto de sociedades que en Estados Unidos es un tema muy polémico. Pero no sé qué es lo que llegará hacer en ese sentido, la reforma fiscal es algo que ha prometido en campaña. Es algo que viene en el Partido Demócrata que en su día representó Bernie Sanders y que la introdujo en la agenda demócrata y no sé hasta que punto el Gobierno Biden si va a conseguir pasar estas leyes. Desde luego va a haber una resistencia muy grande.

Con el libro “Las grietas de América”, ¿Qué tal te ha ido? ¿Vas a hacer una segunda versión?

Je, je. De momento no entra en mis planes. La verdad es que estoy bastante contento y alucinado la acogida que tuvo. Bien es verdad que era un momento clave, la era Trump, las elecciones, después vino todo el tema del Capitolio, ha habido interés y se ha visto que aquí también nos interesa lo que pasa allí. Al fin y al cabo, siempre digo que aquí somos también, de alguna forma, satélites culturales de lo que pasa en Estados Unidos y hay interés. Y está claro que todo lo que ha pasado en Estados Unidos ha influido en lo que es Europa: el auge de la extrema derecha, los planteamientos del fenómeno Trump se han extendido, también aquí. El libro no es que sea un bestseller, pero bueno por lo menos ha interesado a la gente. Ha dio una sorpresa.

Libro ‘Las grietas de América’ Mikel Reparaz

18 €uros +  Bidalketa Gastuak (Korreoseko Tarifa)  Gastos Envió (Tarifa Correos).

Fuente: https://sareantifaxista.blogspot.com/2021/04/mikel-reparaz-euskal-kazetaria-el.html


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