Veteranos por la Paz España •  Opinión •  20/07/2020

Bases norteamericanas, ni en España ni en Marruecos

Bases norteamericanas, ni en España ni en Marruecos

Declaración de Veteranos Por la Paz España.

El “Convenio de Cooperación para la Defensa” España/EEUU vence en mayo de 2021. Este convenio vino a consolidar el vasallaje a los EEUU que estableciera el dictador Francisco Franco en 1953 a través de los llamados “Pactos de Madrid”. Con ellos se inició su reconocimiento internacional, tras el aislamiento al que había sido sometido el régimen por su origen fascista.

El Convenio propiamente dicho se firmó en 1988, una vez que se había hecho efectiva la incorporación de España a la OTAN, tras el fraudulento referéndum organizado por el PSOE en 1986.

El Convenio determinaba las condiciones de utilización de las bases; pero ha sido ampliado en tres ocasiones con Protocolos de Enmienda, de manera que hoy permite el estacionamiento en Rota de cuatro destructores del “escudo antimisiles” y de la Fuerza de Marines de Intervención Rápida

Aerotransportada en Morón como fuerzas ofensivas.

Pero además, ambas bases son enclaves logísticos de primer orden; las fuerzas de los EEUU han venido apoyando desde ambas bases todas sus operaciones en el Mediterráneo, Oriente Próximo y Medio y África.

Todo ello convierte a la nación española en cómplice de las ilegales guerras de agresión y actividades militares, abiertas y encubiertas, contra países soberanos y pueblos que no se pliegan a la voluntad del imperio norteamericano y de sus aliados. Además, convierte al territorio español en blanco de posibles represalias militares.

El sometimiento a la estrategia de la potencia hegemónica incluye la obligación de invertir cantidades crecientes de recursos económicos en actividades militares, lo que favorece a los intereses de los grandes capitales y de la industria militar, sin que suponga ningún beneficio para los asalariados.

Se vislumbra en estos momentos una crisis pavorosa, inherente a la propia dinámica capitalista y que se ha visto agudizada por la aparición de la pandemia de la COVID-19; las consecuencias, de seguir con las mismas recetas, van a ser dramáticas en términos de empobrecimiento y precarización de sectores enormes de la población.

La crisis está condicionada por la propia naturaleza del sistema capitalista y pone en evidencia la decadencia de la hegemonía de los EEUU como su principal valedor. Esta decadencia conlleva una actitud enormemente agresiva contra sus posibles competidores y de control de enormes extensiones del planeta por el acceso a los recursos, mercados y líneas de transporte.

En este contexto, EEUU ha manifestado su intención de ampliar a seis los destructores estacionados en Rota y dotarles de helicópteros de ataque para aumentar su versatilidad, más allá de su función como “escudo antimisiles” reconocida en el Convenio. La ampliación supone, por tanto, una modificación a este; la demanda aparece cuando se acerca la fecha de su extinción.

Las relaciones militares con los EEUU se han visto en cierta forma debilitadas tras la retirada de la fragata española “Méndez Núñez” del Grupo de Combate del portaaviones “Abraham Lincoln”, con ocasión de su activación en una ofensiva contra Irán en mayo del pasado año. También se aprecia como un “castigo” la adjudicación por EEUU a los astilleros italianos Fincantieri de la construcción de 12 destructores, en detrimento de la española Navantia.

La oportunidad ha sido aprovechada por Marruecos, que ha ofrecido a EEUU la instalación de una base naval en pleno estrecho de Gibraltar, ya en construcción.

Mandos militares españoles ven con preocupación esta posibilidad, que restaría importancia a la de Rota en la estrategia de dominación estadounidense y, probablemente, complicaría nuestras relaciones con Marruecos y con EEUU.

Se ha originado, por tanto, una absurda y ficticia competencia entre España y Marruecos por hacerse con las migajas de la huella militar norteamericana.

La instalación de la base en Marruecos es seguro que no traerá nada bueno para el continente africano; pero tampoco lo hará la permanencia de la de Rota en territorio español y, mucho menos, la ampliación de sus capacidades.

La dignidad y la soberanía nacional obligan al cierre de las bases y a la salida de la OTAN; consideramos que la llegada de la fecha de extinción del Convenio de Defensa es una excelente oportunidad para darlo definitivamente por concluido, cerrar las bases norteamericanas e iniciar el desarrollo de una nueva y verdadera política de paz y seguridad que nos aleje de las veleidades imperialistas de EEUU y de la OTAN; y que busque alianzas estratégicas con terceros actores que refuercen nuestra capacidad de resistir frente a ella y que haga efectivo el derecho soberano del pueblo español a regir sus propios destinos.

 


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