Abogada de Estados Unidos viola leyes cubanas
Por Arthur González*/Martianos–Hermes–Cub
Graduada de Derecho en 2003, ingresó en 2008 a un programa del Departamento de Estado para acciones en Afganistán, no para condenar los bombardeos y crímenes yanquis contra civiles indefensos, sino para “defender” a las mujeres de ese país.
La señora Motley, arribó a la Habana con visado de turismo con el fin de participar en el Festival de Jazz de La Habana, lo que había anunciado con un post de Facebook; por tanto, pudo realizar su viaje a la Isla respaldada por una licencia cultural, ya que los ciudadanos de Estados Unidos tienen limitados sus derechos civiles, impidiéndosele hacer turismo en Cuba desde hace casi 60 años, violaciones que la abogada no cuestiona, ni ejecuta acciones legales en defensa de sus conciudadanos.
El plan de provocación se diseñó aprovechando la celebración de dos importantes eventos internacionales en La Habana, el 38 Festival Latinoamericano de Cine y el Festival de Jazz, los que atraen a numerosos periodistas y personalidades de la cultura.
Sin saber historia de Cuba, de la creación de la contrarrevolución por la CIA desde 1960 según documentos desclasificados, y su sostenimiento financiero con no menos de 20 millones de dólares anuales aprobados por Barack Obama, la abogada llegó a La Habana mandada a participar en un show mediático frente al Tribunal Provincial, en compañía de elementos sufragados por el Gobierno norteamericano carentes de prestigio social y con pésimos antecedentes delictivos comunes.
Ella sabía que su actuación violaba las leyes cubanas porque su visado de entrada no le permite participar en ese tipo de actos, unido a la alteración del orden público.
La prueba de que fue un plan provocativo organizado desde Miami, fueron las declaraciones inmediatas de Rosa María Paya Sardiñas, apadrinada por el senador Marco Rubio y de la representante Ileana Ros-Lehtinen, integrantes de la mafia terrorista anticubana, de que Kimberley Motley, “también tenía intenciones de asumir la defensa de Eduardo Cardet”, coordinador nacional del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), detenido días antes por agredir a agentes del orden en plena vía pública.
Otro elemento probatorio de la acción subversiva fue la rápida publicación de la noticia en la prensa de Estados Unidos, respaldada por Thor Halvorssen, director ejecutivo de Human Rights Foundation, quien escribió en Twitter: “Mostley” es una abogada aclamada internacionalmente y fue arrestada en Cuba cuando se disponía a ofrecer una conferencia de prensa sobre el artista encarcelado “El Sexto”.
Danilo Maldonado, apodado “El Sexto”, fue fabricado desde Miami como “artista”, ha estado vinculado al arte, no ha cursado estudios ni tiene obra alguna que mostrar. Sus “grafitis” solo recogen la palabra “El Sexto”, y si a eso se le puede denominar obra de arte, en cualquier ciudad estadounidense se muere de hambre en tres días.
Maldonado, adicto a las drogas, al igual que el supuesto músico Gorki Ávila, son mantenidos financieramente desde Estados Unidos para realizar acciones provocativas callejeras, divulgadas con inmediatez por las redes sociales, para crear la imagen de que en Cuba existe un movimiento popular contrario al sistema, algo diseñado en 1962 por la CIA contra la Revolución, plasmado así en sus programas desclasificados.
La abogada Mostley fue trasladada a la unidad de la policía y liberada en pocos minutos, desde donde informó a los organizadores de la acción: “me están tratando bien”.
El propio Thor Halvorssen aseguró: “cuando la contactamos para que cumpliera el encargo le explicamos que la podían detener, que en Cuba era normal que la encarcelaran con un cargo y mantenerla un largo rato y después soltarla, lo cual aceptó consciente del riesgo”.
Posteriormente Mosley regresó a Estados Unidos sin dificultades.
Antes de graduarse como abogada ganó en 2004 el concurso de belleza “Miss. Wisconsin”, por tanto, está acostumbrada y siente placer por la publicidad.
Lo significativo de la aceptación de ese encargo es que siempre fue advertida de que en Cuba la policía no golpea, ni utiliza gases lacrimógenos y su vida no corría peligro alguno, algo muy distinto a lo que sucede en su país donde por ser de raza negra y violadora de las leyes, seguramente la pasaría bien mal de prestarse a ese juego, aunque posteriormente recibiera como pago una buena suma de dinero.
¿Por qué Human Rights Foundation no la contrató para defender al preso boricua Oscar López, quien lleva 35 años en cárceles norteamericanas por tener ideas independentistas y sometido a crueles torturas sicológicas?
¿No merecen una buena defensa de Human Rights Foundation los trabajadores peruanos de la Federación de Sindicatos del Poder Judicial, que por exigir una mejora salarial fueron salvajemente reprimidos por la policía esta misma semana, y además de golpes los rociaron con gas lacrimógeno y varios de ellos detenidos violentamente?
¿O los 200 trabajadores de la empresa Ingenio Ledesma, en Jujuy Argentina, despiadadamente reprimidos el 15/12/2016, recibiendo impactos de balas de goma disparados a quemarropa por la policía y la seguridad privada de la compañía, tras una jornada de protestas pacíficas en reclamo de mejores salarios y condiciones de trabajo?
Esta nueva provocación, donde inusualmente participó una ciudadana estadounidense, presume la intensión de darle argumentos al nuevo Presidente y exigirle romper relaciones diplomáticas con Cuba, algo bien deseado por la mafia anticubana; pero los cubanos tienen suficiente experiencia e inteligencia para no tomar medidas apasionadas.
Veremos que cuentas le exigirá la OFAC a Kimberley Motley, por haber mentido en la solicitud de licencia cultural para viajar a Cuba.
Mientras tanto, la mafia volvió a recibir otra derrota a sus pretensiones, porque aquellos que violen las leyes cubanas recibirán la sanción adecuada, como mismo se hace en cualquier país de este convulso mundo, y como aseguró José Martí:
“No se ha de permitir el embellecimiento del delito, porque es como convidar a cometerlo”.
*Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.