Chile. 18 enero 2020, ¡tres meses ya! Nada ha cambiado…, y todo ha cambiado
Por un lado, el poder continúa estando allí mismo, pese a que Piñera y el Parlamento tienen un 6% y un 2% de aprobación, respectivamente. En términos del poder nada ha cambiado, aún lo tienen ellos, la burguesía. La casi segura salida de Piñera dejará un hoyo y una herida importante al debilitado régimen. Quien asuma el cargo, deberá continuar con lo ya dictado, la fórmula emanada de las leyes del capital: recesión de la economía y con ello promesas de mejorar salud, educación, pensiones, pero todas dentro de los márgenes de un sistema ya en crisis y sin más chances que las establecidas por el Fondo Monetario Internacional. Es decir, prometen algo imposible de cumplir. Nada de eso ha cambiado.
Y todo ha cambiado. Vivimos un período revolucionario y, pese a no contar con el poder para cambiarlo todo, contamos con la iniciativa y la acción. Es decir, es el pueblo el que plantea las cosas hoy, mediante movilizaciones familiares variopintas, funas a canales de televisión, organización en torno a Asambleas territoriales, cabildos, numerosos enfrentamientos defensivos/ofensivos contra los cuerpos de represión. Y son esas acciones las que han hecho adquirir, rápidamente, mucha conciencia de su protagonismo.
Sus acciones han querido ser representadas por quienes detentan ser parte del régimen; autodenominados/as “líderes de opinión”, abogados constitucionalistas, figuras de partidos del régimen que, eslóganes más/eslóganes menos, quieren estár en los hitos marcados por la burguesía: abril y octubre del 2020. Para ello se preparan, instrucción y Constitución en mano. Con ese propósito plantean, incluso, legalizar partidos instrumentales que sirvan sólo para elegir constituyentes válidos. Son unos idealistas, debemos decirlo, y tienen un muy largo camino legal por delante.
Y sigue siendo la acción la que va marcando la pauta. En las calles del centro de las ciudades, en los barrios, en los trabajos, etc. Allí va creándose ese poder. Y es el poder el centro de todo. Las Primeras Líneas lo ejercen con un grado de organización que hoy provoca pavor a los encargados de mantener el orden de la explotación. Carabineros no puede, ni podrá, contener tamaña fuerza, por más que los siga, los acose, los procese. Llegado el momento, tendrán que responder por todas las afrentas y violaciones cometidas contra el pueblo, lo mismo para la burguesía que ha sido la responsable de la explotación y ha negado al pueblo el pan y el agua.
Este 2020 todo cambiará aún más. Porque el poder transitará desde un gobierno débil, incapaz de continuar dirigiendo la sociedad, a un pueblo que se hará fuerte y no tendrá más remedio que asumir su tarea histórica: dirigir la sociedad. Nada más ni nada menos.