Fermín Bear •  Fernando Irisarri •  Opinión •  21/02/2024

La alarmante siniestralidad laboral en Navarra

“Los accidentes laborales nunca ocurren por casualidad. Es necesario una mayor inversión pública para dotar de más medios y recursos a las administraciones, especialmente al Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra”.

De acuerdo con los datos publicados por el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, este pasado 2023 tuvimos en Navarra un total de 24.016 accidentes de trabajo, de los cuales 12.343 fueron con baja (un 3% más respecto a 2022). Hubo un total de 67 accidentes graves, y se contabilizaron 11 accidentes mortales. Once personas que fueron a su puesto de trabajo y nunca regresaron a sus casas. Por otro lado, en 2022 hubo 90 accidentes graves y 14 mortales.

En estos dos últimos años en Navarra (2022-2023) hemos tenido 24.423 accidentes con baja, 157 de los cuales graves y 25 mortales. Las cifras son datos fríos, pero detrás de todo ello, hay muchísimas familias destrozadas, trabajadores con secuelas de por vida y la friolera de 25 personas que perdieron la vida en el desempeño de su trabajo.

Estos datos hacen de Navarra una de las Comunidades Autónomas con mayor tasa de siniestralidad laboral en 2023 de todo el estado. Es triste decirlo pero estamos a la cabeza en accidentes de trabajo.

Los accidentes laborales nunca ocurren por casualidad y si bien son el cúmulo de numerosos factores y múltiples causas, las cifras demuestran que se está bajando la guardia en nuestra comunidad dando lugar a una mayor accidentabilidad.

Es necesario una mayor inversión pública para dotar de más medios y recursos a las administraciones, especialmente al Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, para la contratación de más personal técnico y el refuerzo de la inspección de trabajo y el control y cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Se requiere también de mucha más formación y asesoramiento tanto a las empresas como especialmente a los trabajadores y trabajadoras.

También hay que destacar uno de los factores que incide más directamente en el aumento de la siniestralidad cómo es la enorme precariedad laboral que impera a sus anchas hoy en día y desde hace años. Los contratos temporales, en muchos casos de duración muy corta de apenas unos días (o incluso unas horas) así como el abuso de subcontrataciones y externalizaciones, deja a los trabajadores en una situación de indefensión que provoca miedo a denunciar situaciones de inseguridad laboral y riesgos graves existentes en muchas empresas para no exponerse a perder el puesto de trabajo.

La búsqueda de beneficios empresariales por encima de todo, lleva a una reducción de costes que tiene consecuencias directas sobre la seguridad de los trabajadores como son la falta de formación y equipamiento adecuado o la escasez y falta de inversión para renovar maquinaria y equipos de trabajo obsoletos que no cumplen con la normativa actual de seguridad. Un cóctel de precariedad cuyo resultado son trabajadores con poca experiencia, escasa formación e información e insuficientes medidas de seguridad en su puesto.

Además, en algún momento habrá que abrir el melón de la situación existente en los Servicios de Prevención Ajenos. Desde hace años, el deterioro de las condiciones de trabajo y aumento de la precariedad de los profesionales de este sector es algo evidente a la vez que alarmante. Pocos técnicos de Prevención para gestionar un sinfín de empresas y centros de trabajo, que sobrecarga a los trabajadores y trabajadoras de un enorme volumen de trabajo y en ocasiones jornadas con varias horas extras no remuneradas, salarios precarios y congelados en muchos casos. Todo ello obviamente repercute en los servicios que se llevan a cabo en las empresas y resulta francamente difícil realizar una labor preventiva profunda y de calidad pudiendo dedicar solo unas pocas horas a cada empresa.

Por otro lado, los contratos con precios a la baja de muchos servicios de prevención debido a la salvaje competencia del mercado, provoca que muchas empresas tengan un SPA únicamente para cubrir expediente y tener la documentación básica en caso de una inspección o un accidente pero no para incidir y realizar una verdadera labor preventiva para su empresa ni porque crean en la seguridad y salud de sus trabajadores.

En definitiva, la precariedad, la temporalidad y la falta de inversión en prevención de riesgos laborales acaban provocando muertes y heridos graves. En lo que va de año, llevamos ya dos accidentes mortales siendo el último el pasado día 15 de febrero en Olazti. Esperamos y deseamos que no haya ni uno más.

Debemos luchar todas y todos para que ninguna persona fallezca en su puesto de trabajo, y para reducir drásticamente la siniestralidad laboral en Navarra y en el conjunto del Estado.

Fernando Irisarri y Fermín Bear. Militantes del PCE-EPK en Navarra.


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