Paco Campos •  Opinión •  21/03/2017

El remplazo de la autoridad

Por qué es indispensable la noción de incondicionalidad. Lo digo porque hay quien piensa que si no hubiera o usáramos principios incondicionales, esto es, verdades necesarias, como las verdades universales de las que esos mismos sujetos piensan que son tan indispensables como útiles, si no hubiera ese tipo de principios, cómo es que decimos que hay cosas menos importantes que otras. Atención con el argumento, que es sólo un argumento. Porque fuera del argumento no vemos otros, como yo mismo, qué utilidad puede tener la auctoritas que no sea la de someter al otro a la obediencia, o de otro modo, a ejercer el poder con derecho… son esos que dicen que todos estamos bajo el imperio de la ley, por ejemplo.

        Hablamos filosóficamente y es por ello que podemos permitir la licencia de la especulación en un sentido concreto -> el de progresar, el de alcanzar acuerdos con los demás en vez de ignorarlos o castigarlos. Porque si sustituimos, o mejor, si damos prioridad a las relaciones en vez de a las obediencias debidas; a las pasiones o sentimientos en vez de a las racionalidades universales, que están fuera de contextos y de individuos concretos; en suma:   sino practicamos una racionalidad instrumental, entonces indefectiblemente caeremos, de modo literal y también material, en el autoritarismo.

        Más nos valiera organizarnos en torno a los sistemas de creencias, en torno a la evolución de los conceptos, organizarnos en un mundo relativo en vez de absoluto. Si logramos dar utilidad a esa tendencia, no cabe duda que hallaremos cada vez mejores herramientas para nuestros proyectos comunes. Como dice Rorty: uno de estos proyectos es remplazar el resentimiento por la buena voluntad y la autoridad por la democracia.  


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