Luis Ospina: Mientras no se legalicen las drogas, jamás se acabará la guerra en Colombia
El productor y cinesasta colombiano es el invitado de honor a Caliwood.
29 Encuentros de Cine Latino de Toulouse-2017.
Entre el 17 y 26 de marzo se lleva a cabo en Toulouse (Francia) el Encuentro de Cine Latino. Los organizadores me han conseguido una cita para entrevistar al cineasta y realizador caleño Luis Ospina. Nos encontramos en el hotel France y salimos caminando hacia la sede del festival que se encuentra a unas pocas cuadras de allí. A Luis Ospina lo veo flaco y desgarbado, parece más bien un lord inglés vestido de sport o de informal. Mirándolo un poco de reojo juraría que tiene un extraño parecido con John Lennon. En las distancias cortas se revela más bien parco y de carácter flemático e impasible. Pero tal vez son solo impresiones mías porque a veces las apariencias engañan. Para romper un poco el hielo comienzo a hacerle una serie de preguntas sobre Caliwood -que es como este año se denomina el festival de Toulouse-. Un homenaje a esa generación de creadores caleños de los años 70 y 80 conformada básicamente por Luis Ospina, Carlos Mayolo y Andrés Caicedo.
L.O-Caliwood es una palabra que nos inventamos en una noche de borrachera.
-¿Tú eres nadaista? –le solté a bocajarro a ver si daba en el blanco.
L.O-Yo no estoy influenciado por el Nadaísmo. Es cierto que Gonzalo Arango estuvo por Cali (el dice que “exiliado”) y que su manifiesto tuvo cierta repercusión entre los jóvenes de la ciudad, pero yo no me reconozco en él.
-Yo pensé que tenía algo de Nadaísta, es decir, un inconformismo con el orden social, la politica, la iglesia católica, los militares, la burguesía (los poderes fácticos). Todos los bohemios contestatarios se han afiliado a este movimiento que tuvo su período de esplendor en los años 50 y 60 del siglo pasado.
Nos sentamos a conversar en un patio de la cinemateca de Toulouse donde se ultiman los preparativos para la inauguración del festival. Comienza nuestra charla con un saludo de bienvenida a Toulouse, “la ciudad rosa” -apelativo que le viene por el tono de los ladrillos de sus casas y edificaciones. Toulouse es muy renombrada en el mundo pues es aquí donde se encuentran la fábrica matriz de Airbus. Quizás la única relación que tiene esta ciudad con Latinoamérica procede del supuesto nacimiento en la misma de Carlos Gardel.
-¿Es posible que un hecho más bien local o provincial colombiano se halla universalizado? ¿O quizás sea una pretensión desmesurada?
Estamos hablando de Caliwood, porque si hay un Hollywood pues también hay un Caliwood, ni más ni menos. Y es que en Cali la gente es muy retadora.
-Bueno, ya estamos aquí en el confesionario para iniciar el interrogatorio de turno. Vamos a intentar que Luis Ospina haga un “striptease” y revele un poco su enigmática personalidad. Espero que mis preguntas no sean muy insolentes.
-¿Tú eres un superviviente de esa generación pionera de creadores y cineastas?
L.O-Sí, por así decirlo, yo soy uno de los fundadores del grupo de Cali. Inicialmente éramos tres personas, Carlos Mayolo, Andrés Caicedo y yo. Andrés Caicedo hace 40 años que murió; Carlos Mayolo falleció hace 10 años y yo hice una película reflejando un problema de salud grave que tuve y, entonces, en ese sentido sí que soy un superviviente.
-¿Tú eres como un tótem que guarda las señas de identidad de una época en Cali? ¿Te sientes un poco eso, un tótem?
L.O-Pues yo no me siento como un tótem, la verdad es que eso me suena absurdo. No, yo soy el testigo de una generación por un lado, un testigo de una ciudad por otro lado. Y pertenecí a un grupo de cine que ha trascendido y por eso es que se está haciendo una retrospectiva.
-¿Eso del realismo mágico a qué te suena?
L.O-No soy un gran admirador de García Márquez.
-Eso no te influye a ti para nada…
L.O-Para nada.
-¿Tú crees que el realismo mágico es folclore?
L.O-Un poco de folclore. Primitivismo.
-¿Indigenismo?
L.O-No. Yo soy una persona completamente urbana y estoy un poco alejado del realismo mágico y del indigenismo.
-¿O sea que tu perteneces a otra parte cultural digamos más alta?
L.O-No, considero que ese no es un problema de altura. Yo soy de Cali y en Cali realmente hay pocos indígenas. La influencia mayor que hay de otra etnia es la de los afroamericanos. Hay una gran influencia negra en Cali.
-¿Dicen que Cali es como una isla caribeña?
L.O-Sí, yo pienso que Cali es un puerto sin mar.
-La música de Cali es la salsa y por ésto se le reconoce en el mundo entero. Pero no es originaria de Cali, todo eso es foráneo, ¿no?
L.O-La han llegado a identificar como la capital de la salsa. Pero realmente la mayoría de la salsa que se escuchaba en los años 70 y 80 la producían grupos portorriqueños o neoyorquinos, porque la salsa nació en New York.
-¿Tú tuviste que escapar del provincianismo caleño e irte a EE.UU para entrar en el cosmopolitismo?
L.O-Yo no lo pondría en esos términos. Yo me fui a estudiar a EE.UU porque en Colombia no había escuelas de cine en ese momento. ¿Dónde estudiar cine? Pues en EE.UU, en los Ángeles, cerca de Hollywood.
-¿En esa época que te tocó vivir el cine era para una élite y el pueblo se quedaba muy al margen?
De repente Luis Ospina se encoleriza y me reprende pues ese tipo de preguntas que estoy haciendo son un poco ideológicas y eso no le gusta.
L.O-Tú me estás hablando de alto o bajo. Entonces ese tipo de preguntas no respondo.
-Se le despierta el iracundo caleño (le saqué la piedra) y amaga con irse¡, pero pronto recobra el aplomo de lord inglés y las aguas vuelven a su cauce. Los sentimos mucho pero son sencillamente inquietudes que de repente surgen para ponerle un poco de salsa al debate. Pero usted tiene todo el derecho a no contestarla, perdone.
Vamos a cambiar de tercio.
-Tú dices: todo comenzó por el fin ¿eso es parte de la memoria de la autodestrucción?
L.O-Entre otras cosas la película es sobre la autodestrucción, no. Entendiéndose la autodestrucción por el suicidio o con el abuso del alcohol o de las drogas. La autodestrucción forma parte de un modo de vida en los años sesentas y setentas.
-¿Tiene que ver algo con el hipismo?
L.O-Un poco. Yo pertenezco a una generación muy influenciada por el hipismo, y porque también estuve en California donde se desarrolló un movimiento contracultural muy fuerte, y también recibí el impacto del mayo del 68.
-¿Tú tienes mucha influencia de las películas de Hollywood?
L.O-Del Hollywood actual ninguna influencia, pero si con el cine que se hacía en Hollywood cuando yo crecí, es decir, el cine clásico de Hollywood de los 40 y 50. Películas con las que yo crecí. Entonces en eso si diría que hay una gran influencia. Aunque en los años 60 habían otras influencias como el cine Europeo. Ten en cuenta que en esa época las salas de cine daban un espectro más amplio de cine del que hay ahora. A Cali llegaba cine de todas partes de México, del cine francés o italiano.
-¿Es cierto que tú querías filmar tu muerte?
L.O-No, yo no he dicho nunca que haya querido filmar mi muerte. Tal vez yo he utilizado una cita de Jean Cocteau que dijo que el “cine filma la muerte trabajando”.
Luis Ospina apenas gesticula, mantienen la compostura y una imperturbable tranquilidad.
-¿Para ti un teatro o un cine es como un templo?
L.O-Eran. Antes de los múltiplex cada cine era como un templo, tenía su arquitectura y su decorado. Hoy son todos iguales. Hoy es lo mismo estar en un múltiplex aquí, que en Irak o en cualquier parte del mundo.
-Antes mucha gente se iba a enamorar al cine. Viendo una película se enamoraban.
L.O-Ah, sí, pues yo me enamoraba de las estrellas de cine.
-Otros se llevaban su novia allí…
L.O-La oscuridad ayuda.
-¿El cine con la era digital ha entrado en decadencia?
L.O-Ese es otro tipo de entretenimiento, tiene menos personalidad y hay tantas formas alternativas de ver el cine que ya no es un ritual.
-¿Qué opinas del cine consumista? ¿Comprar una entrada al cine no es así como ir a un burdel y pagarle a una prostituta para que te complazca?
L.O-Pues yo diría que eso se aplica al cine contemporáneo de Hollywood.
-Tú fuiste el que acuñaste la palabra porno-miseria, ¿no?
L.O-Carlos Mayolo y yo en el 78 rodamos una película que se llamaba “Agarrando Pueblo” y ahí fue cuando sacamos un manifiesto definiendo lo que es la porno-miseria y desde entonces ha permanecido esa palabra.
-¿Entonces la denuncia social-que hacen muchos documentalistas- también sería porno- miseria?
L.O-Depende de cuál es la ética de la persona que lo filma. Nosotros no estamos equiparando la porno-miseria con las películas que tratan asuntos sociales. Es la forma como se aproxima el realizador a esos temas. Lo tratan como una mercancía. Igual que el sexo se comercializa y se convierte en porno.
-Porque también podríamos hablar de la porno-opulencia, ¿no? Ese exhibicionismo de los ricos. En este acaso en Colombia los ricachones, los narcos, los traquetos, etc…
L.O-Pues la verdad es que yo no relacionaría la porno–miseria con la porno-opulencia. Nunca se me había ocurrido.
-Se habla de la obsesión por lo marginal en Europa y EE.UU
L.O-Sí, este digamos es un fenómeno de los festivales europeos y la cadenas de televisión europeas que era lo que ellos andaban buscando. Sobre todo, en los años sesentas y setentas en que estaban más politizados. Querían películas por así decirlo políticas que hablen sobre la pobreza un poco también para aliviar su mala conciencia.
-Andrés Caicedo se suicida y se le ensalza y se sublima. Para muchas religiones como la cristiana, la musulmana o la judía el suicidio es un pecado mortal y su autor condenado al infierno ¿Cómo es posible que Andrés Caicedo se suicidé y se trasforme en un mito, en un ejemplo?
-L.O-Pues por su literatura, por sus escritos. Él se volvió digamos inmortal. Él se fue al cielo, al cielo de los inmortales.
-Un suicida en este caso no es un mártir, ¿no?
-L.O- Es un mártir de su época, una persona incomprendida los años que vivió y eso le produjo bastante dolor.
-¿Él es un irreverente absoluto?
-L.O-Por supuesto.
-Cómo es qué él comienza por su admiración hacia EE.UU y luego vuelve a lo local, a lo caleño o latinoamericano. En este caso pasa de los Rolling Stone a la música salsa.
L.O-Digamos que todos los que crecimos en Cali en aquellos años cincuentas pues estábamos muy influenciados por EE.UU, por el “American way of life” por películas, la música, es decir, todo. Pero también muchos fuimos descubriendo que había una cultura local con una música y ritmos diferentes. Justamente su novela “Que Viva la Música” es sobre eso, no; una persona que cambia de un gusto al otro. Cambia de un entorno familiar en el norte a otro en el sur. Esta es una novela del desclasamiento.
-El desclasamiento es como el regreso a unas raíces, ¿no?
L.O-Sí.
-En viva la música se retrata un poco el eterno adolescente.
L.O- Sí, yo creo que sufría del síndrome de Peter Pan
-¿Él no quería ser viejo?
L.O-No, eso sí lo tenía muy claro.
-Y la única manera de no ser viejo es morir, ¿no?
L.O-Sí, porque nadie quiere a los niños viejos.
Entonces su rostro ya no es le de un hombre mayor sino que se transfigura en el de un adolescente.
-¿Podemos llamar a Colombia un país joven o un país prematuramente envejecido? Te hablo tanto de la naturaleza como del ser humano.
L.O- Todo el mundo, no; todo el mundo está al borde de un abismo. Colombia como dice Fernando Vallejo “no tiene perdón ni redención”. Es un desastre.
-¿No hay una esperanza?
L.O-Por lo menos en los años que me quedan yo no le veo ninguna esperanza.
-El ser humano también está en un momento de degeneramiento, decadencia y corrupción.
L.O- Pues si yo creo que es un problema inherente al ser humano. Si ves tú los vestigios arqueológicos pues siempre está la guerra presente, la violencia. En la Biblia se narra el asesinato que Caín cometió contra Abel. Eso está en la naturaleza humana.
-La metamorfosis. ¿Tu cómo ves esa escena de Kafka que dice que Gregorio Samsa un día amanece convertido en un enorme insecto?
¿El ser humano sufre una metamorfosis que muchas veces lo lleva a convertirse en un monstruo?
-L.O. Esa se me hace una manera muy rara. Yo no condeno la drogadicción, ni el alcoholismo ni nada. Todo el mundo tiene derecho a hacer con su cuerpo lo que quiera. Las mujeres si quieren abortar, por ejemplo. Pertenecemos a la generación que cree en la libertad extrema. Lo importante es que uno se responsabilice de lo que hace con su cuerpo.
-¿la moral no vale ahí?
-L.O No, no hay moral respecto a eso. Nada.
¿Tú no estás marcado por el pecado?
L.O-No
-Colombia es un país muy religioso. ¿Tú crees que la religión es un obstáculo para los creadores por sus tabúes y por sus prejuicios?
L.O-No, yo pienso que la influencia de la religión sobre los artistas hoy no tiene ninguna trascendencia.
-¿Tú crees que hoy reina la irreverencia?
L.O-No es que reine la irreverencia sino es que ya la iglesia no tiene el poder que tenía en cuanto a la creación artística.
-Porque siempre ha habido una autocensura…
L.O-yo pienso que eso ya no existe.
-¿Tu eres religioso?
L.O-No. Para nada.
-¿Desde Niño?
-L.O-Sí.
-¿y esa decisión cómo la tomaste?
L.O-Porque nada me indica lo contrario.
-Pero en todo caso a ti te obligaron a rezar…
L.O-Pero yo me rebelé muy joven contra esas cosas.
-¿Hoy tú crees que la sociedad es muy atea?
L.O-Más que atea, agnóstica, pienso yo.
-¿El hedonismo prima hoy?
L.O-No, todo lo contrario, yo creo que se está volviendo a tiempos de represión.
-¿Pero ese narcisismo de tomarse un selfie con un teléfono o una cámara, el Facebook, el Twitter?
L.O- Bueno, ese es un fenómeno de estos tiempos, de la falta de comunicación entre los seres y entonces tienen que buscar otra vías de aproximarse.
-¿Tú no utilizas esas vías?
L.O- Ah, yo sí, sí. Yo las utilizo y entiendo las redes sociales como una forma de promocionar lo que uno hace.
-Porque hoy una parte del alma de esa humanidad está ahí metida en las redes sociales.
L.O- Sí, eso también produce un exceso de imbecilidad. Todo el mundo tiene una tribuna para ser imbécil.
-Tú estuviste con Fernando Vallejo en México para hacer un documental.
Hay gente que se pregunta por esa imagen que se ve cuando Vallejo le está cepillando los dientes a un perro. Dicen que eso es muy obsceno que se muestre un amor tan apasionado por los animales mientras a los seres humanos se les desprecia.
L.O- Yo creo que Fernando Vallejo quiere más a los animales que a los seres humanos. En ese sentido mi documental estaba haciendo justicia a lo que piensa.
-Él dice también que hay muchos seres humanos en la tierra y que habría que quitarlos… ¿no?
L.O-Pues sí, pues sí.
-Él donó premios a los perros abandonados…
L.O- A los perros abandonados en dos oportunidades que yo recuerde.
-Ese discurso hoy no es políticamente correcto puesto que existen en el mundo grandes tragedias humanitarias, por ejemplo, la de los refugiados…
L.O- Yo creo que en el caso de Fernando Vallejo a él le preocupan más los animales que los seres humanos. Porque él considera que los animales son igual que los seres humanos; tienen sentimientos, tienen un sistema cerebral.
-Esa fue la conclusión que tú sacaste…
L.O-Sí.
-¿Tú piensas que hay un nacionalismo caleño?
L.O- Un regionalismo si lo entiendo en Cali. El Valle del Cauca siempre ha sido muy regionalista.
-¿Más que Medellín?
L.O-En Colombia somos muy regionalista pues es un país separado por una geografía muy quebrada y caótica. Cada zona tiene su identidad y tiende a afianzarla.
-En “Viva la Música” Caicedo hace una crítica a los grupos musicales de Medellín, el sonido paisa…
L.O-Lo nuestro no tiene nada que ver con esa cultura del sonido paisa.
-¿O sea que nació en Cali un ritmo musical caleño propio?
L.O-No, no nació fue influencia que vino de los ritmos afrocubanos vía Buenaventura. Así llegó la música afrocubana a Cali.
-¿Esa música no pertenecía más a los cabarets, a los prostíbulos?
-L.O- Inicialmente se arraigó más entre las clases bajas.
-¿Y cómo pasa a la clase alta?
-L.O- Pues yo me acuerdo un eslogan de una discoteca que decía “donde la salsa se viste de frac” Entonces, ahora ya cualquiera baila salsa; desde la persona más pobre hasta la persona más rica.
-¿Dicen que había o hay una especie de Sodoma y Gomorra en la avenida sexta? Así se refiere a esta zona el padre Hurtado Galvis en una entrevista que le hicieron poco antes de morir.
L.O-Pues la avenida sexta ya no es lo que era en esta perspectiva. Hay gente que va a Cali buscando los sitios de las novelas de Andrés Caicedo, pero ese Cali ya pasó. Ni siquiera arquitectónicamente. Todo ha cambiado. Ahora allí se oye toda clase de música de mal gusto, y hay prostitución también…
-A mí me preguntaron la otra vez en la calle ¿usted de dónde es? Y yo le dije: de Colombia y me contestaron: ah, Pablo Escobar. ¿Este que es un estigma que tenemos que llevar nosotros los colombianos por toda la eternidad?
L.O-Pues yo creo que Pablo Escobar es casi con una franquicia que tenemos en Colombia y eso ha dado para todo: las series, camisetas, libros. Colombia es un país asociado a la droga porque Colombia es el país que más drogas produce en el mundo. Y entonces siempre habrá esa asociación querámoslo o no. Los problemas de Colombia no se van a arreglar hasta que se legalice la droga en todo el mundo. No habrá paz en Colombia hasta que se legalice la droga y eso es difícil que se produzca en un futuro próximo.
-¿la Avenida del río o la avenida Colombia separa en dos partes a Cali?
L.O-Pues ya no. Cali ha crecido tanto que ya no hay esa división entre norte y sur. Hay una gran periferia por el oeste o el oriente y por todas partes. Cali es una ciudad de más dos millones de habitantes, no es la Cali en la que hablaba Andrés Caicedo o la Cali en la que crecimos nosotros. En los cincuentas era pequeña, ahora hay mucha inmigración y desplazamiento a causa de la guerra.
-¿Étnicamente Cali es más negra o más mestiza?
L.O-Yo creo que ya es más de la mitad negra
-¿Cómo?
L.O-Yo creo que más del 50% ya es afro.
-O sea, toda la inmigración que ha venido de Buenaventura y del Pacífico…
L.O- Del Pacífico, del Nariño, del Cauca, el Chocó. Pues este fenómeno de la guerra ha hecho que la ciudad haya crecido desmesuradamente. Y eso ya empezó en los años cincuentas con el enfrentamiento entre Liberales y Conservadores.
-¿Tú crees que puede existir un apartheid en Cali o no?
L.O-Nunca me he planteado ese problema.
-¿O hay cierto racismo con el negro?
L.O-Yo diría que hay un cierto racismo en Colombia y en Cali.
-¿El trópico tiene una influencia en ti o tu eres más de otra latitud, más del norte o europeo? ¿Tu cómo te ves?
L.O-Yo no me veo como en esos términos.
-Yo digo el Trópico es más folclórico, más exótico
-L.O-Yo vengo de una ciudad tropical que tiene una manera de ser, un humor…
-Que te ha marcado bastante
L.O-Bastante, sí
-Vamos a ver esta película “Todo comenzó por el fin” No es como un poco larga esta película que tiene 3 horas y media. ¿Es que el público soporta este tipo de películas maratonianas? ¿A qué tipo de público está dirigida? ¿A la intelectualidad? Hay mucha gente que con veinte minutos ya está aburrida…
L.O-Pues yo he presentado esa película en muchas partes del mundo y la gente no tiene ningún problema con la duración de la película. Hay películas de 80 minutos que parecen de tres horas. Hoy en día el Óscar al mejor documental lo ganó una película de siete horas y media. La noción del tiempo en el cine es muy diferente ahora, la gente se sienta a ver series todo el fin de semana, ¿no? Lo importante es que una película tenga un ritmo.
-¿Para que te tenga atrapado cómo en el “Tigre de Papel”?
L.O- ¡Pues el tigre hay que atraparlo!.
-Los colombianos estamos marcados por la guerra, ¿no? ¿Tú vienes a presentar aquí también como la guerra ha influido en varias generaciones? ¿La violencia?
L.O-No, yo creo que mi trabajo ya no radica mucho en eso, no. Mi trabajo tiene otra preocupaciones. Desde luego que todo fuimos afectados por la guerra. Yo nací en el 1949, el trágico 9 de abril fue en el 1948 y entonces no conozco otra cosa, pero mis películas en ese sentido no son testimonio de una guerra. Lo mío son experiencias de vida, cada sujeto es diferente, ¿no? hice una película sobre Fernando Vallejo y otra sobre Andrés Caicedo que son escritores de alguna forma diferentes. Yo no me considero parte de ese cine que trata fenómenos sociales.
-¿Y la paz en Colombia?
L.O- Mientras no se legalicen las drogas, jamás se acabará la guerra en Colombia.
-¿Tú fuiste testigo de esa explosión que hubo en Cali en el año 1956 y que destruyó buena parte de la ciudad? ¿Al parecer en ese momento trágico conociste a Mayolo Mayolo? ¿Te acuerdas de eso?
L.O-Si, si eso se ve en la película de “Todo comenzó por el fin” y claro que me acuerdo de eso: la casa de nuestra familia quedó destruida y entonces nos mudamos al barrio Centenario donde estaba la casa de mi abuela y el frente vivía Carlos Mayolo.
-Fue por este hecho trágico, por la explosión que tal vez surge Caliwood?
L.O-Sí, sí…
-¿Tú puedes dar una razón por la que se produjo esa tremenda explosión?
L.O-Eso quedó irresuelto, no. Se dice que fueron unos camiones que traían dinamita desde Buenaventura para el ejército y los parquearon en la zona roja de Cali. Hay muchas teorías de conspiración por parte del régimen dictatorial de Rojas Pinilla, pero eso tal vez fue fruto de un accidente fortuito y una decisión estúpida de meter en el casco urbano todos esos camiones cargados de dinamita puesto que podría explotar ante cualquier circunstancia anómala.
-¿Tú estás influido mucho por el sexo o no?
L.O-¿Por qué se interesa por mi vida sexual?
-No, no, no digamos que eso es algo importante en tu obra…
L.O- ja, ja, el sexo es importante para todos.
-Te hablo del Eros y del Tánatos
L.O- Se combinan las dos cosas. Sí, sí son inseparables. Porque de lo contrario no se le llamaría al orgasmo “la pequeña muerte.”
-Muchas gracias Luis Ospina por concedernos esta entrevista. Esperamos volver a encontrarnos contigo en otra oportunidad. Hasta la próxima.
Carlos de Urabá 2017
Toulouse.