Releo contra la censura rusofovica
Para afrontar la situación actual, cuando veo que lo que se da en llamar “el mundo de los intelectuales” se suma al coro que ha montado la sede de gobierno instalada en la embajada estadounidense, cerrando toda posibilidad de conocimiento y manifestación contra la OTAN y su guerra, me he preguntado por la calidad humana de ese grupo que se dice de “pensadores”. Entiendo que se han posicionado tras la censura a todo lo ruso. Los “intelectuales”, también contra el mundo cultural ruso. Si me parece nefasta la censura contra toda persona que tenga que ver con Rusia, ¡esa es la expresión más inmunda de racismo, de nazismo!, ¿qué pensar de la expulsión de artistas, del cierre de actos culturales, exposiciones, conciertos, hasta pruebas deportivas? ¿Qué quiere decir semejante plan de odio? ¿Quieren desde la máxima altura del mundo capitalista que sus huestes odien a sus semejantes? ¿Quieren que odiemos a Chejov, a Puskin, a Gogol, a todos y cada uno de los rusos que haya en la historia de la literatura? ¿Quieren que odiemos a Stanislavski y su creación teatral? ¿Quieren que odiemos el ballet ruso y todas sus obras? ¿Quieren que odiemos a los grandes directores de cine que han revolucionado esa disciplina artística, como Eisenstein, Protazanov, Vértov, …? ¿No avergüenza a nadie decir eso? ¿Estamos locos? ¿Podríamos arrancar de la historia “El acorazado Potenkin”? ¿Podríamos arrancar “Ven y mira”? ¿Quién nos quiere locos? ¿Quién se interesa en deshacer el mundo de la cultura, del conocimiento, de la creación humanística? ¿A qué tiempos volvemos? ¿Tenemos que decir ¡viva la censura! para ser admitidos en sociedad? ¿En qué sociedad nos quieren? ¿Debemos gritar ¡viva la ignorancia!, ¡viva la incomunicación entre los pueblos!? ¿Debemos decir ¡viva el miedo al diferente!? ¿Viva el qué? ¿El pensamiento único, Hollywood, los programas basura, la sociedad basura?
No, la cultura es conocimiento es respeto a las ideas que muestran riqueza de la condición humana. No hagamos lo que se nos manda, es un crimen cultural. ¿Qué promueven? ¿Qué imponen? ¿A ustedes les parecería bien que a más de 5.000 millones de personas, la inmensa mayoría de la humanidad, que son ese mundo que mira con desconfianza a EEUU y a Europa y no apoya las sanciones contra Rusia, se les prohibiese leer a Cervantes o a Shakespeare, a …? ¿No ven ustedes que lo que les piden es su cerebro, el suyo, el de cada persona para meterle sus fichas comerciales y de consumo? ¿No se sienten hartos de tanta mentira y tanta imposición sin que nunca se acuerden de su condición trabajadora?
Prohibir la aportación humanística cultural es gritar ¡viva la ignorancia!, y de eso, por desgracia tenemos y mucha, no la aumentemos.
¿Cuánto se invierte en armas y cuánto en cultura? EEUU tiene en presupuesto más de 800.000 millones de dólares para armamento. Rusia 60.000. EEUU tiene más de 12 veces de dinero en armamento que lo que tiene Rusia. Los países de la OTAN que amenazan a Rusia tienen más de 20 veces en armamento lo que Rusia tiene. EEUU, Inglaterra, Alemania, Francia, y otros tenían, han sido descubiertos, más de 30 laboratorios donde trabajaban con armas bacteriológicas para emplearlas en una guerra que tenían previsto emprender contra Rusia tan solo unos días más tarde de la acción defensiva de Rusia que tenía información de semejante propósito. ¿Cómo es que los mismos que andaban en ese propósito han convocado, facilitado, entrenado, dirigido, a todos los nazis del mundo, junto al nazi Zelensky, contra Rusia? ¿Son los que nos quieren prohibir la cultura, el conocimiento, el respeto?
Recuerdan tiempos pasados, de dictadura, de embrutecimiento. Habría que ir por todo el mundo enseñando las riquezas que han creado los seres humanos más humanos. Lean, enseñen, aprendan, sean más racionales, más humildes, y mírense en los demás para respetarse.
Siguiendo el título de la presente nota les invito a leer, releer, un texto del intelectual James Petras titulado “Los intelectuales y la guerra: de la retirada a la rendición.” Consta de dos partes, la 1ª titulada “Introducción”, y la 2ª titulada “De dobles demonios y del gran demonio.” En la próximas nota se las comentaré. Vayan buscándolo si pueden, ahí encontrarán a qué es debida la obediencia al imperio de ese grupo que se llaman “intelectuales”.
Siguiente: Resumen de “Los intelectuales y la guerra”, de James Petras, 1ª parte Introducción.