Más allá de la minería de tierras raras. La provocación al Campo de Montiel en forma de visita instrumental solitaria
En la mañana de ayer (miércoles 21 de diciembre), con la tranquilidad habitual desayunaba un pan tumaca con aceite ecológico, café y la actualidad institucional de Castilla-La Mancha cuando inusitadamente me sobresalta un dato. Es que el Consejero de Agricultura visita el olivar ecológico con riego automático de un joven agricultor del Campo de Montiel, inmediatamente se me revuelve el estómago y repentinamente se torna ácido el agradable sabor del aceite.
Comienzo a sentirme inquieto, imaginándome el malestar que sentirán las gentes de la comarca cuando vean al “Terminator Regional”, también llamado por algunos, “tapa vergüenzas”, por actuar ocultando unas veces y subsanando otras las deficiencias de sus superiores en el PSOE. Me solidarizo estas gentes, con su indignación, y el descontento que, sin duda, embargarán a los aceituneros hoy como lo hicieran ayer, aquellos aceituneros altivos de Jaén, para gritar al visitante quien levanto los olivos, quienes son los verdaderos artífices de ese patrimonio agrario, ecológico o no, pues han amamantado los olivos con su vida, con su sudor, y como dice el Poeta, no la del explotador que se enriqueció en la generosa herida.
Me sonrojo profundamente, me inundo de vergüenza ajena, por la provocación realizada por el Sr. Francisco Martínez Arroyo a estas gentes, a quienes, por un lado, quita el pan, pues persiste en desacatar no solo la voluntad del Parlamento de su región, sino también la voluntad de su Presidente expresada de forma televisiva en un acto en Puertollano, y en esa línea, desprecia la petición de un Alto cargo constitucional, el Defensor del Pueblo, pero lo realmente grave es que desestima la súplica publica de los muchos agricultores, que salieron a clamar a sus representantes y gobernantes que no quebraran su vida ni su porvenir, como digo, desaíra al pueblo, los sepulta posiblemente en la pobreza si da autorización a la tan temida mina de tierras raras, pero envestido de la desfachatez que caracteriza últimamente a buena parte de la clase política, también da circo, pues de que ninguna otra forma puede ser calificada esa visita sino como un circo, pues ha realizado la visita acompañado únicamente de un Alcalde, D. León Fernandez, denostado públicamente por su pueblo el día 6 de diciembre, aferrado a un sillón con brillantina y ambos sin otro apoyo que el zaguán de turno, reflejo distorsionado de lo que debiera ser aquello que defiende ser. Y los medios de televisión y prensa, siempre presentes para aplaudir el nacimiento de nuevas figuras o para encumbrar las existentes de la alta política, que es muy baja en realidad.
Resulta llamativo que ningún boato se haya realizado en la zona, raro muy raro, pues este tipo de político gustan de rodearse de postín, sin duda no ha enviado mensajeros, temeroso de la reacción que pudiera surgir en el área afectada, dada la incondicional defensa que de la tierra que se está haciendo por parte de vecinos y agricultores frente al atropello del proyecto de minería de tierras raras que se pretende implantar en la comarca ciudadrealeña del Campo de Montiel. Es la voluntad popular quien brama al viento en los pueblos y en las redes sociales diciendo NO A LA MINA. SÍ A LA TIERRA VIVA.
En cualquier caso, la finalidad de la visita ha sido instrumental, una herramienta para propiciar dada su falta de credibilidad en el sector ecológico. Publicitarse como hacedor de agricultores ecológicos, eso sí, al amparo de las ayudas y bajo determinadas premisas. Pero en ningún caso ha existido intención alguna de buscar un dialogo en la zona, ni realizar así amparo ni dar cobertura a los Alcaldes a los que se dice apoyar, ni ha sido su objetivo sosegar a los habitantes.
Hay quien dijo que la política tenía relación con la decencia, integridad u honestidad, o que para ser respetado debe necesariamente saber respetar a otros, sin socarronerías ni burlas, por lo que vengo a extraer en el día de hoy, es como decía el Príncipe Maquiavelo “de los seres en general, se puede decir que son hipócritas y codiciosos” y de los políticos más. Para muestra, un botón.